sábado, 25 de abril de 2009

Morphine- Cure For Pain (1993)


Tenía 16 años cuando decidí que quería formar una banda de rock'n'roll, para ello sólo debía superar un pequeño obstáculo: debía aprender a tocar un instrumento. No tardé en elegir la guitarra, siempre me había gustado su sonido, sus formas, e incluso tenía estudiadas las poses de aquellos guitarristas que más me gustaban. Un verano tomé prestada la guitarra de una buena amiga y empecé a rasgar sus cuerdas con verdadera vehemencia, era capaz de pasar tardes enteras intentando extraer algún sonido de aquel complejo instrumento, además descubrí que el hecho de sentarme a intentar desentrañar los profundos misterios de la guitarra española me relajaba, hecho que no debemos pasar por alto en un momento tan complejo y agitado de la vida como es la adolescencia. Pasaban los meses y mi carrera como guitarrista apenas experimentaba mejorías, seguía sin saber cómo debía colocar los dedos, desconocía si el instrumento estaba afinado o no, y lo peor de todo, me había cargado dos cuerdas; eso sí, mis poses ante el espejo de la habitación de mis padres habían mejorado notablemente, no es lo mismo posar con una vieja raqueta de tenis que hacerlo con una guitarra auténtica, por muy desvencijada que esté. A pesar de que todos esos contratiempos me remitían a mi frustrante relación con la música, que comenzó a los ocho años cuando fui incapaz de aprender solfeo, estaba muy contento de tener un instrumento, yo me consideraba un guitarrista en ciernes, y vivía convencido de que en poco tiempo la guitarra no tendría secretos para mí. Un buen día una nueva cuerda se desgarró, quedando sólo tres cuerdas de las seis que componen este noble instrumento, entonces, como por arte de magia aquella guitarra empezó a sonar bien, quiero decir que a mí me sonaba bien. Era capaz de interpretar, a mi manera, canciones de otros desplazando mis dedos adolescentes por las tres cuerdas, e incluso empecé a crear mis propias canciones, burlándome de los acordes tradicionales, de la métrica y de la armonía, entonces me hice una pregunta: ¿por qué no se podía tocar la guitarra sólo con tres cuerdas? Unos días más tarde, estaba escuchando la radio y la voz del locutor captó mi atención, hablaba de una banda formada por tres tipos en la que no había guitarras, sólo batería, bajo y saxo, aquel melómano visionario pregonaba las grandezas de esta nueva formación y entre sus peculiaridades citaba que su bajista le había extirpado dos cuerdas a su instrumento, aquella banda era Morphine y aquel heterodoxo bajista era Mark Sandman; sin duda me había encontrado con mi alma gemela.

Decir Morphine es decir Mark Sandman, es un ejemplo típico de cantante o "frontman", como dicen los anglosajones, que fagocita al resto de la banda. La personalidad de Sandman, su azarosa existencia, y sobre todo su trágico final, han dado forma a una de las principales figuras de culto de la música en los últimos 25 años. Poco se sabe de los primeros años de vida de Mark Sandman, salvo que nace en 1952 y que tras finalizar sus estudios universitarios comienza a trabajar en un barco pesquero. Será a mediados de los años ochenta cuando comience la documentada relación de Sandman con el mundo de la música, durante esa etapa se afinca en Boston y entra a formar parte de una banda denominada Treat Her Right, una formación de raíces blues y con regusto punk, Sandman tocará la guitarra y coincidirá con un futuro miembro de Morphine, el batería Billy Conway. A lo largo de sus cinco años de existencia la banda consigue alumbrar tres discos de estudio y cosechar algún que otro éxito de repercusión local, al mismo tiempo, Sandman actúa de manera anárquica e independiente, colaborando con numerosos músicos, además de liderar nuevos proyectos, como Treat Her Orange, Supergroup, y sobre todo Hypnosonics; uno de esos proyectos tomará forma en 1990 bajo el nombre de Morphine. Sandman contará con los saxos de Dana Colley, que procedía de otra banda llamada Three Colors, y con las baquetas de Jerome Dupree en la primera formación de Morphine, desde el principio se muestran como una banda diferente, con una propuesta musical arriesgada y valiente: una batería, un saxo y un bajo, personalizado por Sandman y tocado con slide, nada más. El resultado de este experimento será un sonido áspero, grave, pero tremendamente seductor, una mezcla de jazz, con graves líneas de bajo que recuerdan al funk, y blues pantanoso, con unas letras cercanas a la literatura beatnik, cargadas de poesía sucia, que aluden a experiencias con psicotrópicos y a situaciones tormentosas, interpretadas por la voz cavernosa de un Mark Sandman en estado de gracia; el eslabón perdido entre Iggy Pop y Nick Cave. De este modo, Morphine debuta en 1991 con un disco titulado "Good", como curiosidad hay que señalar que a mitad de la grabación del primer álbum de la banda se produce un cambio de batería, y Billy Conway, con quien Sandman había coincidido en Treat Her Right, pasará a hacerse cargo de las baquetas. "Good" ve la luz en el sello independiente Accurate / Distortion (más tarde sería reeditado en Rykodisc, en 1992) y sorprende a propios y a extraños, nadie había oído algo parecido, su refrescante originalidad le allana el terreno y le hace un hueco en casi todas las emisoras de radio, las críticas de la prensa especializada se deshacen en elogios hacia el debut de Morphine y pronto llegará el contrato con Rykodisc.

En 1993 Morphine graba su segundo trabajo, "Cure For Pain", el disco que contribuirá a consagrar al trío de Boston, una de las obras maestras de la música en estos últimos años. El éxito de "Cure For Pain" será tremendo, Morphine se convierte en la banda de moda, constantes apariciones en la televisión, vídeos en la MTV, y en plena efervescencia de los festivales de verano, serán objeto de deseo de todos los promotores de conciertos. La salida del disco lleva aparejada una intensa promoción y una interminable gira por Europa, finalmente se venden 300.000 copias del "Cure For Pain", unas cifras apabullantes para un sello como Rykodisc y para una banda tan personal e inclasificable como la de Boston. "Yes" será el sucesor de "Cure For Pain", un disco esperadísimo por la crítica internacional que había quedado atrapada por la hechizo hipnotizador del segundo disco de Morphine, corre el año 1995 y la banda ya se encuentra plenamente afianzada en la escena mundial. Con su tercer álbum la banda de Boston busca un sonido más accesible, pero sin perder la marcada personalidad de la que hacían gala sus predecesores, la propuesta sigue siendo la misma, aunque con matices que contribuyen a suavizarla para hacerla menos indigesta ante la maquinaria del mainstream; se trata de un disco lleno de instantes brillantes, aunque un peldaño por debajo de "Cure For Pain". Dreamworks (sello que más tarde sería comprado por Universal) echa sus redes sobre Morphine y en el año 1997 edita su cuarto disco de estudio, "Like Swimming", Sandman y los suyos no parecen sentirse del todo a gusto trabajando para una potente discográfica y firman su disco más flojo, no se trata de un disco malo, pero evidentemente pierde enteros si lo comparamos con trabajos de la talla de "Cure For Pain" o "Yes". Los temas del cuarto disco de Morphine han perdido la intensidad de la que hacían gala los mejores temas de sus anteriores discos, la fórmula, aunque sigue convenciendo, ha dejado de resultar original e incluso parece generar cierto hastío en sus creadores. Sandman es consciente de que la banda necesita dar un paso más allá, que necesitan dar forma a un disco que esté, como mínimo, a la altura de "Cure For Pain" y que suponga un punto de inflexión en la carrera de Morphine, de modo que se embarca en un proceso creativo de enorme intensidad que hará mella en la salud del bajista y cantante. También en 1997, Rykodisc aprovecha para apurar las migajas del pastel de Morphine, sacando al mercado un disco que recoge las caras B's y rarezas que la banda creó bajo su auspicio, su título "B-Sides & Otherwise". A comienzos de 1999 Morphine se encierra en el estudio para grabar su quinto disco, Jerome Dupree regresa a la banda, pero no lo hace para suplir a nadie, sino para enriquecer a la formación, que pasará así a contar con cuatro miembros. Sandman sigue perfeccionando los temas del último disco, al que deciden llamar "The Night", al mismo tiempo que comienza una intensa gira para la banda que les llevará, entre otros países, a Italia. El 3 de julio de 1999, Morphine toca en directo en los "Giardini del Príncipe" en Palestrina, a escasos kilómetros de Roma, en el festival Nel Nome del Rock, en medio de la actuación, y ante el estupor de todos los presentes, Mark Sandman se desploma, instantes más tarde fallece de ataque al corazón, tenía 47 años.

Aquella noche todo cambió, el pasado, el presente y el futuro de Morphine se fueron al traste como un castillo de naipes. La conmoción en la escena musical internacional fue absoluta, Sandman, azote de los críticos y periodistas por su difícil carácter en las entrevistas, había fallecido en lo más álgido de su carrera, justo cuando había colocado a Morphine entre los grandes de finales de los años noventa y cuando había dado forma a un nuevo disco, del que se sentía muy orgulloso. En ese momento Morphine se disuelve, ya no tenía sentido continuar sin la persona que había liderado este proyecto desde su nacimiento, aquel que era responsable de la práctica totalidad de los temas de la banda, un artista diferente y carismático con una personalidad única. Con la llegada de la nueva centuria, Dreamworks decide editar el disco póstumo de Morphine, el testamento sonoro de Mark Sandman, de este modo "The Night" verá la luz en 2000, al mismo tiempo que Rykodisc pone en el mercado un directo oficial de la banda, titulado "Bootleg Detroit", ¿casualidad u oportunismo? Sea como fuere, Colley y Conway se embarcan en nuevos proyectos, el primero de ellos será Orchestra Morphine, con el que junto a varios amigos de Sandman contribuyen a mantener vivo el espíritu del desaparecido músico, y sobre todo a sentar las bases del Mark Sandman Music Education Fund, creado en apoyo al sistema público de enseñanza musical de Cambridge, Massachussets. Otro proyecto que ha intentado retomar la propuesta de Morphine ha sido Twinemen, que cuenta con Colley, Conway y Laurie Sargent, además los dos componentes de Morphine han creado un sello llamado Hi-n-Dry, en el que han editado una caja bajo el título "Sandbox", que contiene material grabado por Mark Sandman, entrevistas, actuaciones en directo, etc. En 2006 Dana Colley formó la banda A.K.A.C.O.D., con quienes ha grabado un disco en 2008 titulado "Happiness".

"Cure For Pain" es la piedra angular de la propuesta musical de Morphine, su disco más brillante. Es un álbum que te atrapa desde el primer tema, un disco que te engulle sin que puedas remediarlo y te sumerge en un mundo desconocido, donde los instrumentos han mutado y no suenan como solían hacerlo, y los cantantes tienen una extraña e hipnótica voz, a medio camino entre un crooner y un actor de doblaje. ¿A qué demonios suena Morphine? es complicado describirlo, en cierta ocasión un crítico musical le preguntó a Sandman qué tipo de música hacía la banda, el enigmático cantante afirmó: "low rock". Objetivamente podríamos afirmar que el ideario musical de Mark Sandman bebe del jazz y del blues fundamentalmente, aunque sin desdeñar aspectos del rock'n'roll más clásico, el rock independiente americano de los años ochenta, la psicodelia e incluso el funk. Lo que hace verdaderamente único el sonido de Morphine es su bajo, instrumento omnipresente en todos los temas de la banda, el bajo de Sandman es un instrumento de fabricación casera, se trata de un bajo eléctrico despojado de dos de sus cuerdas, las dos existentes están tensadas de manera que emiten la misma nota, y la mayoría de las notas están ejecutadas con un slide, el resultado es lo que el propio Sandman define como "two-string slide bass". Uno de los momentos más brillantes del "two-string slide bass" es el comienzo del tema "Buena", incluido en "Cure For Pain", una de las mejores composiciones de Sandman. Pero el segundo disco de Morphine cuenta con otros grandes momentos, con temas como "I'm Free Now", "All Wrong", "Candy", "Let's Take A Trip Together", o "Sheila", por citar alguno de los clasicos que componen este disco. Las atmósferas que son capaces de crear Sandman con su bajo y Colley con su saxo son sorprendentes, caminan constantemente por el filo de la navaja, nos sugieren ambientes ácidos donde se desatan las más bajas pasiones, y al mismo tiempo nos transmiten una melancolía encubierta, fruto del placer que en ocasiones obtenemos cuando lamemos nuestras propias heridas. Siempre se ha establecido una evidente analogía entre las letras que Sandman escribe para Morphine y la literatura de la generación beat, este hecho se hace patente cuando escuchamos las canciones de la banda, en las que el sexo, las drogas y el rechazo a un modo de vida convencional, entroncado con el "american way of life", es más que evidente; las letras de Sandman son poéticas y sucias al mismo tiempo, evocadoras y oscuras, seductoras y crueles, son, en suma, el complemento perfecto a la música de Morphine. "Cure For Pain" es el gran disco de Morphine, el trabajo en el que encontramos a un trío que funciona como una maquinaria perfectamente engrasada, hasta el punto de que en ocasiones nos cuesta creer que en algunas canciones sólo intervengan tres músicos, es un album en el que se percibe perfectamente la libertad creativa de unos músicos que se encuentran en su mejor momento, un disco con pasajes innovadores que permanecerá para siempre entre las grandes grabaciones del siglo XX.

Es evidente que "Cure For Pain" es un disco que no guarda muchas similitudes sonoras con los álbumes que suelen asomarse por este blog, es una grabación dura, densa, áspera, pero tampoco todos los días de lluvia son iguales, de modo que he querido ver en Morphine el vigor de la tormenta y la inquietud provocada por sus poderosos rayos y truenos; quizás me equivoque, pero pienso que "Cure For Pain" es un disco perfecto para disfrutar de las repentinas tormentas de verano. En cuanto a los extras, he seleccionado cuatro enlaces, el primero de ellos a una completa biografía de Mark Sandman aparecida en The Boston Phoenix, en cuanto al segundo link, os conducirá a una página web dedicada a Morphine llamada The Other Side (que toma su nombre de un tema de la banda incluído en su primer disco, "Good"), he querido completar los enlaces con una entrevista realizada a la banda en Mondosonoro, y por último con un fantástico, y recomendadísimo, especia que Ruta 66 dedicó al trío de Boston en octubre de 1999. En cuanto al vídeo, me he decantado por una actuación en directo de Morphine para la televisión francesa, en la que interpretan dos temas, "All Wrong", incluido en "Cure For Pain", y "Whisper", de su tercer disco, "Yes". Espero que os guste.



BIOGRAFÍA DE MARK SANDMAN EN THE BOSTON PHOENIX

THE OTHER SIDE

ENTREVISTA A MORPHINE EN MONDOSONORO

ESPECIAL MORPHINE EN RUTA 66




MORPHINE- CURE FOR PAIN

sábado, 18 de abril de 2009

The Decemberists- Castaways and Cutouts (2002)


No hay melodrama más intenso que la propia vida, una sorprendente película repleta de giros inesperados y con la colaboración de numerosos invitados especiales, muchos de los cuales no aparecen siquiera en el guión. Nuestras respectivas existencias están trufadas de sorpresas que nos hacen pasar inesperadamente de la euforia al llanto, de momentos carentes de interés pero llenos de tensión emocional, que parecen extraídos de un film de autor, y de instantes en los que uno es incapaz de entender nada, como si estuviéramos viendo una película subtitulada en armenio. Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha buscado inspiración en el dramatismo inherente a la condición humana, de este modo han nacido grandes obras de arte que han pasado a los anales de la literatura, de la pintura, de la danza, del cine, y por supuesto de la música. Los creadores más sensibles han sabido interpretar el lirismo propio del melodrama humano para transformarlo en auténtica poesía, de este modo, a lo largo de la historia existen composiciones musicales capaces de emocionarnos, canciones con el poder de transmitir sensaciones comunes a todos los mamíferos humanos, espejos en los que mirarnos en momentos delicados. La música pop no ha sido ajena a este fenómeno y cuenta a lo largo de su historia con un sin fin de intérpretes y bandas que han hecho del melodrama su principal fuente de inspiración, precisamente hoy visita este humilde blog una de las bandas que mejor ha sabido interpretar el melodrama en los últimos años, The Decemberists.

The Decemberists comienzan a tomar forma en el año 2000, cuando su líder Colin Meloy abandona Montana, donde dejará a la que por entonces era su banda, Tarkio, y se traslada a Portland. Allí conocerá a Nate Query, quien a su vez le presentará a Jenny Conlee, dos espíritus inquietos que conectarán a la perfección con el carácter de Meloy, juntos comienzan a idear proyectos y a perpetrar excentricidades, entre las que destaca el rodaje de una película muda. Colin Meloy no abandona su carrera musical y también se dedica a ofrecer conciertos en Portland, en uno de ellos conoce a Chris Funk, fan de la antigua banda de Meloy. Estos nombres, junto al de Ezra Holbrook, que tocará la batería, compondrán la primera formación de The Decemberists; de este modo, Nate Query se encargará del bajo, Jenny Conlee estará al frente de los teclados y del acordeón, Chris Funk será el guitarrista, entre otros menesteres, y por último Colin Meloy llevará la voz cantante y se encargará de componer las canciones. A la hora de buscar un nombre, el quinteto deja entrever su querencia por la historia y se inspiran en la denominada "Revuelta Decembrista", que tuvo lugar en la Rusia Imperial de 1825; precisamente la historia y el melodrama serán los dos grandes protagonistas de las composiciones de Colin Meloy. En 2001 The Decemberists deciden actuar al más puro estilo Juan Palomo, haciendo suya la máxima de "yo me lo guiso, yo me lo como", es decir, que se autoproducen su primer trabajo, sus miras no son excesivamente ambiciosas y la banda se cocina un EP, al que darán el título de "5 Songs", un trabajo que paradójicamente estará compuesto por seis temas y que grabarán en poco más de dos horas. La original combinación de ritmos y sonidos de la banda impactará de forma muy positiva en los críticos y en los responsables de las radios locales, poco a poco esa mezcla de cabaret, música portuaria, folk y pop de cámara, irá llamando la atención de más y más personas, hasta crear una pequeña legión de seguidores que se dejarán seducir por el atractivo cóctel sonoro que propone The Decemberists. En 2002 verá la luz el primer larga duración de la banda, titulado "Castaways And Cutouts", que supondrá la confirmación de todas las virtudes apuntadas en su EP de debut. Ese mismo año, la banda ficha por el sello Kill Rock Stars, que reeditará "Castaways and Cutouts"y producirá dos trabajos más de The Decemberists. En el año 2003 Rachel Blumberg se suma a la banda para hacerse cargo de los teclados, su llegada coincide con la grabación del segundo LP de The Decemberists, titulado "Her Majesty", un disco en el que mantienen su personal propuesta musical, a base de evocadoras letras, cargadas de lirismo y de capacidad narrativa, acompañadas de ritmos que nos acercan tanto al music hall como al pop de pata negra.

Corre el año 2004 y The Decemberists deciden ir calentando motores antes de sacar a la calle su tercer disco, y lo harán grabando un EP titulado "The Tain", compuesto por cinco temas y cuyo título se inspira en un poema medieval irlandés . En 2005 llega el ansiado LP, que verá la luz con el título de "Picaresque", un disco que será muy bien recibido a pesar de que no se trata de su mejor trabajo. La banda se convertirá además en la primera formación musical en distribuir vía BitTorrent un vídeo musical, el autoproducido "16 Military Wives", tema incluido en este tercer trabajo, lo que demuestra el interés de The Decemberists por las nuevas vías de promoción y difusión que abre internet. "Picaresque" mantiene el buen tono general de sus predecesores, aunque en algunos momentos suena peligrosamente parecido a alguna de las bandas con las que siempre les han comparado, de este modo la alargada sombra de Belle and Sebastian, R.E.M. o los injustamente infravalorados Neutral Milk Hotel, sobrevuela a lo largo de algunas canciones, tal vez fruto de un inocente intento por abrirse a un público mayoritario o quizás simplemente fruto de la casualidad, que cada uno juzgue según su criterio. Sea como fuere la buena reputación de la banda y la calidad de sus primeros trabajos hizo que un sello grande, de repercusión internacional, se fijara en The Decemberists y acabara echando sus redes sobre los muchachos de Portland. El siguiente trabajo de The Decemberists verá la luz con Capitol y se titulará "The Crane Wife", no sólo significará el cambio de sello sino que además implicará un pequeño retoque en la formación, ya que coincide con la salida de Ezra Holbrook y la llegada de John Moen, que pasará a ser el titular de las baquetas de la banda. "The Crane Wife", o "La Esposa Grulla" para los que no hablan lenguas bárbaras, toma su nombre directamente de un cuento popular japonés, y para quien escribe estas líneas, es el disco más flojo de la banda, y no precisamente porque su sonido resulte previsible o comercial a raíz de su contrato con una multinacional, sino porque se acerca a postulados más cercanos al rock progresivo, perdiendo así la frescura que emanaba de las composiciones más portuarias y taberneras de The Decemberists. Aún con todo, "The Crane Wife" es un disco muy recomendable, de digestión más pesada que la de sus predecesores, una grabación ambiciosa que contará con colaboraciones de calidad, como la de la cantautora de Seattle Laura Veirs; se trata del trabajo que consagró definitivamente a la banda de Portland a todos los niveles, un LP que se coló en todas las listas de lo mejor del año en 2006. El éxito acarreará giras interminables, apariciones en los principales shows de la TV estadounidense, e incluso el apoyo público a la campaña del, por entonces, candidato a presidente Barack Obama. Afortunadamente este año la banda ha regresado a los estudios de grabación para dar forma a su, hasta la fecha, último album, "The Hazards Of Love", un trabajo que acaba de cumplir tan sólo un mes de edad y del que lamentablemente no puedo decir nada porque todavía no lo he escuchado. Es evidente que es un disco muy esperado y que gozará de un recibimiento espectacular a lo largo de los siguientes meses, todo apunta a que The Decemberists han retomado la senda de la inspiración folk que tan buenos resultados les había dado en sus tres primeros trabajos. Entre tanto la banda ha editado varios singles y EP's, e incluso su líder, Colin Meloy, ha encontrado tiempo para debutar en solitario, grabando varios EP's en los que se atreve con versiones de Morrisey o de Sam Cooke, entre otros, y en los que cuenta con la colaboración de artistas como Laura Veirs, a la que casi se puede considerar una "decembrista" a tiempo parcial.

"Castaways and Cutouts" es uno de los mejores discos de The Decemberists y podríamos decir que es el manifiesto fundacional de sus intenciones sonoras. En el primer disco de la banda de Portland se dan cita todos los parámetros musicales que en adelante manejarán The Decemberists, que son aquellos que habían asomado en el EP "5 Songs"; un gran sentido teatral, tanto en la interpretación como en las propias letras de las canciones, una querencia no disimulada por el melodrama y por géneros como el music hall o el cabaret, la influencia del folk de finales de los sesenta y principios de los setenta, y un evidente gusto por el pop de cámara. Todo ello conforma una personal amalgama en la que conviven los ambientes refinados del pop cuidado y trabajado con las atmósferas inquietantes de los bajos fondos, escenas de puertos y prostíbulos que nos vienen a la imaginación cada vez que oímos el acordeón de Jenny Conlee o prestamos atención a las esmeradas letras de Colin Meloy. The Decemberists es una banda que cuida su imagen de manera escrupulosa, en sus fotos promocionales suelen aparecer con trajes que parecen sacados de finales del siglo XIX o principios del XX, también se visten con casacas militares inspiradas en la Guerra de Sucesión, y además de todo esto, son una formación que pone un celo especial en el diseño de sus discos, algo que todos aquellos que seguimos comprando música original agradecemos sobremanera. La encargada del diseño en los albumes de The Decemberists no es otra que Carson Ellis, la esposa del líder de la banda, Colin Meloy, una fantástica diseñadora de Portland que ha trabajado también para otras bandas, como Weezer, y aportando sus ilustraciones a una buena cantidad de libros. "Castaways and Cutouts" es un album maravilloso, tremendamente evocador, tanto en sus sonidos como en sus letras, una auténtica experiencia por la que desfilan desde gitanos españoles hasta prostitutas turcas, un disco con una producción exquisita donde casa instrumento está en su lugar idóneo, un trabajo en el que no sobra, ni falta, absolutamente nada. El primer larga duración de The Decemberists cuenta con momentos tremendamente emotivos, reflejados en temas como "Here I Dreamt I Was An Architect" o "Grace Cathedral Hill", conmovedoras baladas como "Cocoon" o "Clementine", composiciones de ambiente cabaretero como "A Cautionary Song" o "The Legionnaire's Lament", dos temas donde el acordeón tiene un papel fundamental, y sobre todo contiene una joya de casi diez minutos de duración que navega entre la psicodelia, el acid folk y el pop barroco, y que se titula "California One Youth and Beauty Brigade"; todo ello da forma a un disco que debería figurar por méritos propios entre lo mejor de los últimos 10 años.

Entre los extras de esta entrada encontraréis un buen número de enlaces, por supuesto aparecen la página web oficial de la banda, así como su myspace, también he querido incluir dos entrevistas realizadas a The Decemberists, una de ellas en español para la página web Ultrasónica, y la otra en la lengua de los hijos de la Gran Bretaña para Pitchfork. Y por último la joya de los enlaces, un link al apartado que The Decemberists tienen en la página web de la NPR, donde, además de información, podréis disfrutar de varios directos de la banda, no os lo perdáis. Como siempre, he querido completar la entrada con un par de vídeos, en este caso me he decantado por una fantástica interpretación del tema "The Mariner's Revenge Song", incluído en el disco "Picaresque", una auténtica maravilla que debería enseñarse en todos los colegios del mundo, públicos y privados, y lo he acompañado del vídeoclip de "Here I Dreamt I Was An Architect", canción que figura precisamente en "Castaways and Cutouts". Espero que os guste.




PÁGINA WEB OFICIAL DE THE DECEMBERISTS

MYSPACE DE THE DECEMBERISTS

ENTREVISTA A COLIN MELOY EN ULTRASONICA

ENTREVISTA A THE DECEMBERISTS EN PITCHFORK

THE DECEMBERISTS EN NPR




THE DECEMBERISTS- CASTAWAYS AND CUTOUTS

jueves, 2 de abril de 2009

Claudine Longet- Cuddle Up With... The Complete Barnaby Records Sessions 1970 / 1974 (2003)


La primera vez que fui consciente de la existencia de los años sesenta tuvo lugar cuando vi, a la tierna edad de 10 años, "El Guateque" ("The Party" para los no hispanohablantes). Recuerdo aquella tarde de sábado frente al televisor siguiendo las desventuras de Hrundi V. Bakshi, hipnotizado por los colores de la película de Blake Edwards, sorprendido ante las ropas y los peinados, tan diferentes a los de la década en que me había tocado vivir, unos años ochenta crueles y despiadados que hicieron del exceso y del mal gusto su santo y seña. Ese día descubrí lo que para mucha gente significaba aquella década, para mí remota, casi perdida en el tiempo, y sobre todo descubrí que te podía doler el estómago de tanto reír. Con el tiempo "El Guateque" se convirtió en una de mis películas favoritas, pero curiosamente me resistía a volver a verla, me daba miedo enfrentarme a un recuerdo tan bueno, por otro lado, mi interés por los años sesenta comenzó a aflorar desde el punto de vista musical, gracias a la colección de singles de mi padre; fue así como conocí a The Kinks, The Monkees, The Music Explosion, The Left Banke o a Los Salvajes, todos ellos se convertirían en eternos compañeros de viaje. Inevitablemente llegó el día en que me enfrenté de nuevo a mi recuerdo de "El Guateque", para entonces ya era un adolescente en plena crisis emocional y existencial, y allí me encontré con ella. En mi recuerdo infantil de la película de Blake Edwards el protagonista absoluto era Peter Sellers, pero de repente mis desatadas hormonas de quinceañero sólo tenían ojos para Claudine Longet, pura inocencia sensual al servicio del séptimo arte. Así fue como me enamoré de Claudine Longet, o más bien de Michele Monet, que era como se llamaba el personaje que protagonizaba en la mencionada película, de hecho la escena que hizo aflorar mi líbido adolescente mostraba a Claudine, o Michele como se prefiera, guitarra en mano, interpretando para los invitados de la fiesta una canción con aires de bossa nova, al mismo tiempo que el pobre Hrundi, en segundo plano, se esforzaba por aguantarse unas terribles ganas de descargar su vejiga.

Claudine Longet nace el 29 de enero de 1942 en París, enseguida pronuncia esa frase que toda madre tiene pavor a escuchar: "mamá, quiero ser artista", y con tan sólo 18 años decide mudarse a los Estados Unidos de América en busca de fortuna. Poseedora de una belleza delicada y sofisticada, la joven Claudine encuentra trabajo como bailarina principal en el show del Folies Bergere en Las Vegas, donde conocerá al que se convertirá en su esposo, el crooner Andy Williams. En 1961 suenan campanas de boda para Claudine Longet, su prometido se encuentra en la cima de su popularidad, y los 14 años de diferencia existentes entre ambos provocan más de un recelo entre los seguidores de Andy, la joven bailarina decide aparcar su carrera y dedicarse a formar una familia. Tras un período en el que Claudine ejerce de perfecta madre y ama de casa, entre 1963 y 1964 llegarán las primeras oportunidades para que la bella parisina se asome a la pequeña pantalla, y lo hará apareciendo como estrella invitada en varias series, entre ellas: "Combat!", "Hogan's Heroes", "Run For Your Life" y "The Rat Patrol", al mismo tiempo, y como era de esperar, Claudine aparecerá de manera intermitente en el programa de su marido, "The Andy Williams Show". En 1966 se le abre la puerta de la música y se le ofrece un contrato con A&M Records, a pesar de sus evidentes limitaciones vocales Claudine no lo desaprovecha y graba su primer single, "Meditation", que se convertirá en un pequeño éxito. Un año más tarde verá la luz su primer larga duración, titulado "Claudine", un disco íntegro de versiones en el que con su sensual y susurrante voz reinventa alguno de los temas originales, dotándoles de unos matices inexistentes en las interpretaciones de sus creadores. El acento francés y la estética de Claudine se convierten en su peculiar seña de identidad, tiene el exotismo de algunas estrellas del pop francófono, pero sin el transgresor componente erótico que tanto asusta a la mojigata sociedad yanqui. A lo largo del primer LP de Claudine Longet suenan versiones de The Beatles, "Here, There and Everywhere", o de Vinicius de Moraes y Tom Jobim, "A Felicidade", aparecen hits como "My Guy", que fue compuesta en 1964 por Smokey Robinson para Mary Wells, o incluso el tema principal de la banda sonora de "Un Hombre y Una mujer" ("Un Homme et Une Femme"); ese será el estilo de Claudine Longet, eclecticismo pop con muy buen gusto. También en 1967 verá la luz su segundo LP, que tomará su título de un célebre tema de Burt Bacharach, "The Look Of Love", de nuevo esa amalgama de pop sofisticado, jazz suave y bossa nova dará sus frutos gracias a unos buenos arreglos y a una magnífica producción. La popularidad de Claudine Longet crece como la espuma gracias a sus apariciones en la poderosísima televisión y a sus dos primeros discos, y en 1968 alcanzará su cima gracias a la grabación del que es posiblemente su mejor disco, "Colours", y a su papel en la película de Blake Edwards, "El Guateque".

En 1970 Claudine Longet edita su cuarto disco, "Run Wild, Run Free", que será su último trabajo para A&M, ya que no tardará en firmar por un nuevo sello, Barnaby Records, una discográfica que había fundado su marido en 1963. Son momentos de cambio para Claudine, no sólo en el aspecto profesional, sino también en el plano personal, ya que su matrimonio comienza a hacer aguas, las diferencias con su marido son irreconciliables y finalmente la pareja opta por separarse en 1971, curiosamente en ese mismo año aparece un nuevo album de Claudine bajo el irónico y premonitorio título de "We've Only Just Begun". Con Barnaby Records, Claudine grabará varios singles y dos LP's, el ya mencionado y un segundo trabajo editado en 1972 que lleva el título de una célebre canción de los Stones, "Let's Spend The Night Together", además también dejó material grabado para un tercer disco que permanecería inédito, aunque muchos de los temas de ese disco frustrado aparecerían en 1993 en un album titulado "Sugar Me", lamentablemente los masters de alguna de aquellas grabaciones no incluídas en este disco han desaparecido. "Cuddle Up With Claudine Longet" es un disco editado en 2003 por el sello Vampisoul, subsidiario de Munster Records, y que recoge gran parte de las grabaciones que la cantante y actriz realizó para el sello Barnaby, canciones que mantienen la línea de los dos primeros discos de Claudine y que siguen apostando por la combinación de pop exquisito, jazz reposado y comercial, y bossa nova, todo ello susurrado por este ángel que se escapó de París para vivir un sueño que acabaría convirtiéndose en su peor pesadilla.

Y es que a partir de 1974 la carrera de Claudine Longet entra en un importante declive, hasta el punto de que no se puede citar ningún trabajo de relevancia en el que intervenga la musa del susurro, parecía que el destino le estaba preparando para lo que se le avecinaba. Al mismo tiempo que su fama y su carrera como actriz y cantante son engullidas por el implacable olvido, Claudine Longet se enamora perdidamente del campeón olímpico de esquí Spider Sabich, con quien decide mudarse en 1974 a Aspen, Colorado, allí residirán de forma habitual y llevarán una convivencia con muchos altibajos, Sabich es un apuesto atleta acostumbrado a flirtear con numerosas jóvenes, y la presencia de Claudine y sus tres hijos trastoca radicalmente su estilo de vida. El 21 de marzo de 1976, suena un disparo y el cuerpo del deportista cae sin vida al suelo, el arma se encontraba en las manos de Claudine Longet, que comenzaba de este modo su calvario personal. Mucha gente se dedicó a inculpar a Claudine, señalando que se trataba de un crimen a sangre fría, motivado por las continuas desavenencias de la pareja, pero ella se empeña en demostrar su inocencia y señala que el arma se disparó accidentalmente cuando la víctima le estaba enseñando a manipularla. El caso se convierte súbitamente en carnaza para los tabloides más amarillos y para la despiadada televisión, Claudine Longet, una actriz y cantante de éxito en la década de los sesenta, amiga personal de Bob Kennedy, se convierte ahora en un monstruo capaz de asesinar a su pareja sentimental; ciertamente la cantante de la respiración entrecortada protagoniza el papel principal de una película que desearía que no se hubiese estrenado jamás. Tras un doloroso, polémico y largo juicio, en el que siempre contó con el apoyo de su ex marido, a Claudine se le encuentra culpable de negligencia criminal y se le condena a una multa y a cumplir treinta días en prisión, un mal menor si tenemos en cuenta la gravedad de los hechos ocurridos. Todo cuanto envuelve este turbio episodio de la vida de Claudine Longet es realmente oscuro y escabroso, el tiempo ha demostrado que durante el proceso judicial y en la investigación del crimen se cometieron sorprendentes errores que evitaron la incriminación de la actriz y cantante; muestras de sangre de la imputada que contenían cocaína, las páginas de un diario en las que Claudine escribía sobre su amarga relación con Sabich, todo ello no se pudo utilizar como prueba en el juicio por no haberse obtenido siguiendo los cauces que marca la legislación. La familia de Sabich no se dio por satisfecha con el fallo judicial e intentó reabrir el caso, que finalmente se cerró gracias a un acuerdo económico que además incluía la condición de que Claudine Longet nunca escribiría ni hablaría sobre los hechos ocurridos, punto este último que contribuye a dotar de más misterio si cabe a esta historia. Toda esta enrevesada trama inspiró a sus satánicas majestades, concretamente a Mick Jagger, que compuso un tema titulado "Claudine" que finalmente quedó fuera del disco "Emotional Rescue" de 1980, en algunos bootlegs de la banda se puede encontrar la citada canción.

Tras cumplir con la justicia, Claudine Longet retomó su vida y lo hizo al lado del abogado que le había defendido durante el juicio, Ron Austin, quien abandonó a su familia para enrolarse en una historia de amor que permanece viva. Claudine Longet abandonó el mundo de la música y de la interpretación y se recluyó en su casa de Aspen junto a su nueva pareja, con la que esperaba encontrar una nueva oportunidad para ser feliz tras la amarga experiencia por la que había pasado. Ya en los años noventa, la figura de Claudine Longet como cantante empezó a reivindicarse, su voz y su estética se convirtieron en signo de sofisticación y elegancia y sedujeron a bandas como Stereolab o Ivy, al mismo tiempo que aparecían recopilatorios con lo mejor de su carrera y reediciones de sus trabajos con A&M. Finalmente la fama y el reconocimiento que se le habían negado a Claudine durante los últimos veinte años hacía acto de presencia y contribuía a limpiar la imagen de esta artista, que tan deteriorada y vilipendiada se había visto desde mediados de los años setenta. A mí poco me importa si Claudine apretó o no el gatillo de ese revólver, para mí siempre será la chica de "El Guateque", aquella que nos hizo perder el sentido a Hrundi V. Bakshi y a mí. He querido completar esta entrada con unos enlaces y un vídeo, como viene siendo habitual; entre los links, que esta vez están todos en el idioma de la Pérfida Albión, encontraréis la entrada que Wikipedia le dedica a la cantante, en segundo lugar, la página web del club de fans de Claudine Longet, en tercer lugar, un blog dedicado en cuerpo y alma a Claudine , y por último un enlace a un maravilloso especial dedicado a la cantante parisina y que aparece en una página llamada Confessions of a Pop Culture Addict. En cuanto al vídeo, no podría ser de otra manera, os dejo con la impagable escena de "El Guateque" en la que Claudine interpreta la canción "Nothing To Lose", un tema escrito por Henry Mancini y con letra de Don Black. Espero que os guste.


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