jueves, 24 de febrero de 2011

Zumpano- Look What The Rookie Did (1995)


Conforme uno va peinando canas (que ya es de lo poco que nos queda para poder peinar) se da cuenta de lo importante que es dar las gracias, una acción que en este mundo de prisas voraces y de egos superlativos olvidamos con bastante frecuencia. Cuando éramos niños, nuestros padres insistían en que dijésemos la palabra mágica a todo desconocido que nos diese un caramelo (otro día hablaremos de los caramelos con droga a la salida del colegio, qué fuerte...), nosotros asentíamos resignados y con un finísimo hilo de voz deslizándose entre nuestros labios susurrábamos unas "gracias" prácticamente inaudibles; el proceso de aprendizaje era costoso y se nos antojaba realmente complicado articular esas dos sílabas. "Es de bien nacido ser agradecido", me repetía mi padre, frase que con el tiempo he hecho mía en una clara muestra de la "carcamalización" a la que me estoy sometiendo; extraño animal el humano, al que hay que enseñarle a ser agradecido. Yo procuro comportarme como un bien nacido e intento dar las gracias siempre que puedo, hay tantos motivos por los que hacerlo que obviarlo sería de una arrogancia imperdonable. No quiero caer en la cursilería más almibarada, por lo que voy a omitir un millón de motivos por los que estoy agradecido a esta vida, los cuales prefiero reservar para sus principales destinatarios, pero sí que quiero agradecer de nuevo a todos los visitantes de Rainy Day Music su fidelidad, su complicidad y su compañía en esta singladura que va camino de cumplir tres años; gracias por todo lo bueno que me dais, que es mucho. Cuando uno emprende cualquier tipo de aventura personal ha de ser agradecido con todo aquel que le ha servido de apoyo, incluso con los adversarios (en caso de que los haya) que le han servido de estimulo para hacer mejor las cosas. Me encanta cuando un escritore dedica su libro a alguien, porque me hace fantasear con los motivos de tanta gratitud, pero sobre todo me gusta bucear entre los diminutos caracteres de los créditos de los discos en busca de los agradecimientos; dejad que os cuente algo acerca de una sorpresa que me esperaba escondida entre esas liliputienses letras.

Hace mucho tiempo el país estaba conmocionado por la olvidada crisis del fletán, aquel extraño incidente diplomático con Canadá que a punto de estuvo de convertirse en algo más serio. Yo no sabía qué era un fletán, la globalización piscícola no había llegado a la cocina de mi madre y a mí aún me quedaban unos cuantos años para descubrir especies como la Panga o la Perca del Nilo (¿qué demonios estaremos comiendo? Mejor no pensarlo). A mí todo aquello me daba igual, lo que verdaderamente me cabreaba de la crisis del fletán era que a consecuencia de la misma los visados a ciudadanos canadienses se habían denegado ¿Y qué me importaría eso a mí? os preguntaréis, pues muy fácil, una de mis bandas favoritas por aquel entonces, Bum, tenía programada una gira por España, la cual recalaba en mi ciudad, y tuvo que suspenderla por culpa de los dichosos fletanes y los besugos diplomáticos de turno. Bum era una banda canadiense diminuta para muchos pero enorme para mí, junto a otro buen puñado de melódicos airados se convirtieron en santo y seña de mis veinte años. Fue precisamente en el último disco de Bum (el último en el año 1 después del fletán, se entiende) donde me encontré por primera vez con nuestros lluviosos huéspedes de hoy. En los agradecimientos, mis añorados canadienses citaban a un sin fin de bandas, algunas de ellas eran conocidas para mí, otras me sonaban, pero mi atención recayó en una en concreto, "lookout for Zumpano" decían Bum. ¿Qué enigmático, verdad? Un agradecimiento y una encarecida recomendación al mismo tiempo; sin duda había que investigar. Los cachorros de la era digital serán incapaces de entender cómo un tipo podía gastarse 2500 pesetas (no saquéis las calculadoras, chavales, 15 eurazos) en un disco que nunca había escuchado, sólo porque lo recomendaba una banda a la que admiraba, internet estaba en pañales y Zumpano no sonaban en las emisoras de radio ni se dejaban caer por la MTV; había que jugársela, así es la droga (la de veces que hice este tipo de cosas, a veces salia bien, de otras mejor no hablar...). De modo que me puse en contacto con uno de mis camellos de aquel entonces y le pedí una buena dosis de Zumpano, pasaron los días y pronto cayó en mis manos un disco que me haría olvidar la crisis del fletán y se convertiría en parte muy importante de mi vida, así es como comenzó todo, con un simple agradecimiento.

Mientras Cobi y Curro andaban haciendo de las suyas, dos músicos canadienses, Jason Zumpano y Michael Ledwidge tomaban una decisión muy arriesgada para sus carreras, disolver su banda justo cuando estaban a punto de firmar con una importante multinacional; el motivo, considerar que la formación había degenerado en algo artísticamente impuro, aquella banda se llamaba Glee. Tras su alocada muestra de honestidad, aquellos dos jóvenes deciden embarcarse en un nuevo proyecto, para ello será clave otro músico, Carl Newman, amigo de la infancia de Michael Ledwidge. Superconductor era la banda en la que tocaba Carl Newman, una formación de Vancouver que se declaraba admiradora de Glee, de modo que cuando Newman, se enteró de la separación de estos, les propuso crear una nueva formación. Los tres músicos contarían con la ayuda del bajista Stefan Niemann, de este modo quedaría configurada la formación de Zumpano, con Michael Ledwidge a la guitarra y a los teclados, Carl Newman como cantante y guitarra rítmica y Jason Zumpano al mando de la percusión. Durante un breve período de tiempo la banda se llama The Wayward Boys, aunque finalmente deciden adoptar como nombre el apellido de su batería por su fuerte sonoridad, así es como nace Zumpano. Las coordenadas sonoras de Zumpano están muy claras desde el principio, formaciones como Love, The Beach Boys, The Left Banke, The 5th Dimension, y sobre todo The Zombies, figurarán en la hoja de ruta del cuarteto de Vancouver. La maquinaria de Zumpano se puso pronto en marcha y enseguida comenzaron los conciertos, varios de esos directos les llevaron a Seattle, donde la discográfica Sub Pop caería rendida a los pies de estos muchachos que facturaban un pop fresco y diferente a todo aquello que llevaba la firma del sello padrino del grunge. En 1994 Zumpano firma con Sub Pop, ese mismo año graban su primer tema, una versión de The Zombies, "Changes", para un disco homenaje editado por Popllama, titulado "The World of The Zombies". Un año más tarde sale a la calle su primer disco, "Look What The Rookie Did", una pequeña obra de arte que sería fundamental en el devenir de la discográfica de Seattle, ya que supondría su apertura a sonoridades diferentes de las que marcaron la transición entre la década de los 80 y la de los 90. Aquellas farragosas guitarras y aquella querencia por el ruido y la distorsión que dieron lugar al grunge, daban paso a las armonías vocales, las guitarras limpias y los arreglos cuidados característicos del pop artesano con sabor a años sesenta.

"Look What The Rookie Did" puede parecer una afirmación arrogante, pero en el fondo el título del primer disco de Zumpano nace de una broma entre los integrantes de la banda, de hecho es una frase de una película porno gay. Michael Ledwidge trabajó durante un tiempo duplicando cintas de video, muchas de ellas porno, y para matar el tiempo y entretenerse editaba sus propias cintas con extractos de diferentes películas, cintas que luego visionaba con sus amigos. "Look What The Rookie Did" fue una frase muy celebrada entre los jóvenes Zumpano, y que acabaría convirtiéndose en el título de ni más ni menos que su debut discográfico, pero con el paso del tiempo se ha convertido en una afirmación que ha cobrado más sentido conforme pasaban los años: "Mira lo que hizo el novato". Y es que estos novatos se encierran en un estudio en 1995 para dar forma a un disco soberbio, y lo hacen de manera inocente, con una naturalidad pasmosa, sin atisbo alguno de pretenciosidad; ahí reside, quizás, la grandeza de este disco, en su falta de pretenciones, en su espontaneidad, características que acabarán convirtiéndolo en un disco atemporal, un trabajo fundamental en la historia de la música de los últimos 20 años. El album comienza con "The Party Rages On", una canción luminosa, que en principio parece una muestra más de power pop, pero que se va complicando conforme transcurren los segundos. El trabajo de guitarras en el primer corte del disco es brillante, siendo ésta una tónica que dominará el album de principio a fin; los diálogos entre la guitarra principal y la rítmica, los punteos, algún riff lleno de energía, pinceladas de lap steel, constantes cambios de ritmo, todo ello nos dará una idea del nivel compositivo que desprende este LP. "The Party Rages On" es una declaración de intenciones, un compendio de lo que nos espera a lo largo de "Look What The Rookie Did", una canción capaz de sorprendernos, que huye de la monotonía y de las estructuras típicas del pop. A todo ello hay que sumarle una compleja letra, me refiero a la hora de insertarla vocalmente en el cuerpo de la melodía (intentad cantarla a modo de karaoke con el vídeo que encontraréis más abajo), la dicción es enrevesada y descubre a un Carl Newman rotundo, que se bautiza como pequeño genio en este disco para subir más tarde a los altares de la música independiente de la mano de The New Pornographers. "Oh That Atkinson Girl" es una deliciosa canción que se abre con un toque de flauta que da paso a unos Zumpano un poquito más acelerados que en la primera pista, una vez más, hay que destacar el papel de las guitarras, tarea en la que Michael Ledwidge es el principal responsable. El fraseo de la flauta es el distintivo de esta canción, que además se encarga de separar y estructurar las diferentes partes de la misma. El tercer tema de "Look What The Rookie Did" es una versión, la única de todo el disco, se trata de "Rosecrans Boulevard", de Jimmy Webb. Comienza con teclado y voz únicamente, para más tarde dar paso al resto de instrumentos, que poco a poco irán contribuyendo a complicar la melodía y a introducir los cambios de ritmo que tanto gustan a la banda. Sin duda, "Rosecrans Boulevard" es una canción que parece escrita para Zumpano, un tema que se ajusta perfectamente a los postulados de la banda y que enlaza perfectamente con el soft rock y con el pop barroco más elegante, por algo siempre reconocieron a Jimmy Webb como uno de sus principales referentes. "Platinum Is Best Served Cold" es, según mi opinión, el tema que menos encaja en "Look What The Rookie Did". No quiero decir que no esté a la altura del conjunto del disco, sino que suena diferente, como si se hubiese producido en otro estudio y por otras manos. A pesar de su arrollador comienzo, con ese punteo de guitarra que llevará el peso de la melodía, es la canción más plana del disco, y aquella en la que los cambios resultan menos sorprendentes, aún con todo, nos encontramos ante un gran tema. La quinta pista del disco es "Evil Black Magic", no os dejéis engañar por el título, lejos de encontrarnos ante un pelotazo de blues pantanoso fabricado en New Orleans, nos hallamos ante una monumental canción de pop con mayúsculas, la primera del disco en introducir metales. Zumpano vuelven a la senda del pop trabajado, pulido con maestría hasta la saciedad, y lo hacen con un tema que desprende elegancia desde el primer segundo. "Evil Black Magic" es una canción más convencional en su estructura, aunque sin renunciar a los cambios de ritmo, y con una sección de metales fantástica en el estribillo, que se acompaña de unas voces perfectamente empastadas. Y a partir de aquí agarraos bien fuerte porque se avecinan emociones fuertes, llegamos al cogollo del disco y tenemos por delante cinco canciones que deberían figurar por méritos propios entre lo mejorcito del pop de las últimas décadas. ¿No me creéis? Probemos con "Temptation Summary".

El sexto tema de "Look What The Rookie Did" comienza con un suave e insinuante punteo de guitarra, que en apenas unos segundos da paso a una cascada de instrumentos que se dejan llevar por una trepidante batería y que acaban rematados por una ráfaga de metales. El conjunto funciona como un caos perfectamente ordenado en el que destacan los punteos de guitarra y la magnífica voz de un inspiradísimo Carl Newman, que consigue una matricula de honor en otra complicada prueba en lo que a dicción se refiere. "Temptation Summary" es Zumpano en estado puro, con constantes cambios y con una instrumentación elegante y compacta. Si a estas alturas aún no te has enamorado de Zumpano no insistas, será mejor que te dediques a hacer otras cosas, aunque dudo que puedan ser más hermosas que esta canción. Casi sin dejarnos recobrar el aliento, el cuarteto canadiense contraataca con "I Dig You", un tema que parte de una estructura básica, en cuanto al cuerpo y al estribillo se refiere, y que cuenta con un trepidante in crescendo en su recta final que muestra a los Zumpano más guitarreros acompañados de un fantástico teclado. El octavo tema del LP es "Wraparound Shades", que de nuevo se abre con el teclado, en este caso las guitarras permanecen agazapadas otorgando protagonismo a la sección rítmica, en especial al bajo. Un cambio de ritmo saca de su letargo a las seis cuerdas, que abren la ráfaga del estribillo para luego devolver la batuta al bajo, entre medio se abre un pequeño agujero a través del cual penetra la luz de la mejor tradición vocal de los 60; un nuevo cambio de ritmo que conduce a la canción a derroteros muy diferentes de aquellos que al principio se sugerían. Y llegamos a mis dos momentos favoritos del disco, el primero se titula "Snowflakes and Heartache". Esta novena pista de "Look What The Rookie Did" está emparentada con "Temptation Summary", aunque en este caso la banda va directa al grano, sin concesiones. Nos encontramos de nuevo ante una compleja estructura, de apariencia caótica pero de resultado armonioso, una canción que hace un brillante uso de los metales y que cuenta con unos punteos de guitarra flamencados que sitúan a Zumpano en la mejor tradición del pop elegante y atemporal, pasando a formar parte de una genealogía que les emparenta directamente con monstruos de la talla de Love, The Zombies o The Beach Boys. "Snowflakes and Heartache" es sencillamente sublime, y lo es en la medida que lo son "Alone Again Or" o "The Time of The Season", no creo que una sola banda de pop en la primera mitad de los años 90 haya sido capaz de igualar el nivel que alcanzan Zumpano con esta canción. La canción funciona como un todo colectivo en el que cada instrumento tiene su función e incluso ritmos diferentes, no se trata de seguir la pauta que marca la sección rítmica sino de crear una melodía utilizando diferentes tonalidades, como si se tratase de una composición polifónica. Y lo mejor de todo es que lo que muchos habían logrado en casi diez minutos de canción, Zumpano lo condensan en apenas tres minutos y medio; ese es el caos controlado y armonioso que tan bien dominan Zumpano, y "Snowflakes and Heartaches" es su mejor expresión. Pero cuando estéis a punto de desfallecer de la emoción y del gozo, no se os ocurra bajar la guardia, porque los cuatro geniecillos canadienses nos van a dar la puntilla con "Jeez Louise". Zumpano saca a relucir su lado más punk en la décima canción del disco, un tema para escuchar a todo volumen y no parar de dar saltos. La canción se abre con una guitarra con wha wha que acaba dando paso a una verdadera explosión de energía, una fiesta a la que también están invitados los metales, protagonistas de los cambios de ritmo y encargados de insuflar swing a un tema redondo de principio a fin. Y después del ritmo frenético de "Jeez Louise" llega la calma de "(She's A) Full Blodded Sicilian", el tema que cierra los créditos de "Look What The Rookie Did". Esta canción cierra perfectamente el disco, se trata de un medio tiempo en el que aparece como invitado especial un banjo, curiosamente es la canción más larga del LP, un tema marca de la casa con ecos de The Zombies y Brian Wilson y con unas guitarras que van del swing al surf pasando por el folk sin apenas despeinarse. "Look What The Rookie Did" guarda una sorpresa a modo de canción oculta, un tema que no aparece en los créditos y que supone la pista número doce. Se trata de una canción que recoge el ambiente de lo que bien pudiera ser un local de ensayo, en el que escuchamos una batería y una guitarra distorsionada en constante diálogo; es una pista que no aporta nada y que bien se podrían haber ahorrado el cuarteto de Vancouver. Ésta es una opinión personal, pero nunca he entendido por qué se hacen este tipo de cosas en algunos discos, si nos fijamos, en los años 90 era bastante frecuente, ahora, afortunadamente, esta tendencia parece haber desaparecido.

El debut de Zumpano fue muy bien recibido por la crítica, aunque tuvo unas ventas discretas, algo llamativo en un momento en el que se vendían muchos más discos que en la actualidad (que curioso que ahora, que es cuando más música se escucha, sea cuando menos se vende), los periodistas especializados se vieron sorprendidos por el sonido de Zumpano, una propuesta sin grandes pretensiones que ofrecía una pincelada diferente en un panorama dominado por los monolíticos sonidos del grunge y por la estrechez de miras del pop más comercial. En 1996 Zumpano remataría su carrera con su segundo disco, "Goin' Through Changes", un trabajo en el que las melodías dan un pasito más allá y apuestan por una mayor complejidad, emparentándose directamente con las composiciones de Burt Bacharach. "Goin' Through Changes" fue unánimemente aclamado por la crítica, que sigue considerándolo el mejor disco de Zumpano, para este humilde escribiente es un magnífico disco, aunque más blandito que su antecesor, con menos garra y frescura que "Look What The Rookie Did"; digan lo que digan, no hay amor como el primero. Y pasaron los años sin que hubiese noticia alguna sobre Zumpano, nadie había anunciado su disolución pero tampoco se había presentado material nuevo por parte de la banda, su situación era un misterio. Hasta que en el año 2000 Carl Newman reaparece de manera fulgurante con su nueva banda, The New Pornographers, con la que conocerá las mieles del éxito que se le habían negado a Zumpano. The New Pornographers es un antiguo proyecto que Carl Newman decide retomar en los albores del nuevo milenio, esta formación cuenta con la presencia de la mismísima Neko Case, niña mimada de la crítica independiente. Será en una entrevista, ya al frente de su nueva banda, cuando el propio Newman reconozca la separación de Zumpano, la cual se produjo poco después de que "Goin' Through Changes" viese la luz. También en el año 2000, Michael Ledwidge vuelve a la escena como Near Castlegar, convertido en hombre orquesta, Jason Zumpano haría lo propio en 2003 al frente de Sparrow, y más tarde, en 2007, con Attics and Cellars. Jason Zumpano y Carl Newman (que también firma sus discos como A.C. Newman) han grabado material en solitario, y el primero de ellos se ha destapado como un magnífico pianista, así lo plasma en sus propias grabaciones y en las distintas colaboraciones en las que se ha involucrado. Para la historia quedan dos sobresalientes LP's y tres singles, uno de ellos compartido con otras tres bandas, además de varias participaciones en recopilatorios y discos de homenaje; ese es el pequeño, pero exquisito, legado que nos deja Zumpano.

Llega la hora de echar el cierre a esta extensa entrada y lo vamos a hacer, como es costumbre, con los enlaces y los videos. Cuando Zumpano estaban en activo, queridos niños, ese invento del demonio llamado internet apenas se conocía, es por eso que me ha resultado complicado encontrar enlaces de enjundia para recomendaros. No obstante, no soy de los que se rinde fácilmente, de modo que finalmente he seleccionado cuatro enlaces que podrán proporcionaros una visión más amplia de la carrera del cuarteto de Vancouver; vamos allá: El primer link os conducirá a la web de Sub Pop, donde hay un pequeño espacio dedicado a Zumpano, ahí podréis encontrar una breve historia de la banda (extraída de Wikipedia, por cierto, ya les vale...), además de fotos y las grabaciones del cuarteto, las cuales podéis adquirir a precios asequibles. El segundo enlace os situará en la web personal de Jason Zumpano, en la que el músico canadiense muestra detalles de sus trabajos más recientes. Pero el enlace más jugoso es el tercero, el de la web Behind The Beehive, una página diseñada por un fan de la banda (no en vano, "Behind The Beehive" es el título de uno de los temas incluídos en el segundo disco de Zumpano) y en la que ponen a nuestra disposición todas las rarezas y caras B's de la banda, además de entrevistas, directos y vídeos; no os la perdáis, aunque el diseño deja mucho que desear. Y por último, como no he encontrado una entrevista decente realizada a Zumpano en ninguna web (aunque podéis disfrutar de una en Behind The Beehive), he elegido un link que os llevará a una entrevista realizada a Jason Zumpano en mayo de 2010 en The Line of Best Fit. En cuanto a los videos, tampoco había mucho donde elegir, así que he optado por lo fácil, los dos clips que se rodaron de "Look What The Rookie Did": "Party Rages On" y "I Dig You". No hace falta que me deis las gracias, más bien soy yo quien os agradece que aún estéis leyendo este testamento, aunque si queréis hacerlo no os lo impediré; ser agradecidos saca lo mejor que llevamos dentro, y eso siempre resulta sorprendente y reconfortante. Espero que os guste.

ZUMPANO EN LA PÁGINA WEB DE SUB-POP

PÁGINA WEB DE JASON ZUMPANO



BEHIND THE BEEHIVE

ENTREVISTA A JASON ZUMPANO EN THE LINE OF BEST FIT




ZUMPANO- LOOK WHAT THE ROOKIE DID

jueves, 3 de febrero de 2011

C.W. Stoneking- Jungle Blues (2008)

Siempre me fascinaron las películas de Tarzán, su inocente y maravillosa combinación de aventuras, comedia y romance se ha convertido en santo y seña de mis primeros recuerdos cinematográficos. Seguro que más de uno de vosotros también recuerda aquellas tardes de sábado frente al televisor disfrutando de las andanzas del hombre mono, sus eternas luchas contra cocodrilos de cartón piedra y sus acrobáticos saltos de liana en liana. Sé que tiendo a ponerme melancólico y plasta con estas cosas, y que caigo fácilmente en la agridulce trampa generacional que nos lleva a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero es que en este caso lo creo así, y además con una fe inquebrantable. ¿Qué hacíamos nosotros, hijos de la Transición, disfrutando con películas de hacía más de 40 años? ¿Os imagináis a un niño de hoy en día viendo una película en blanco y negro en la que los efectos especiales no estén hechos con ordenador? Con todos mis respetos, a mí me cuesta mucho imaginarlo. A veces pienso que hemos sido una generación privilegiada, que aquellos que hoy tenemos entre 30 y 40 años hemos disfrutado de la mejor televisión que ha tenido este país, una tele que distaba mucho de lo que hoy denominamos "caja tonta". Aquella tele nos invitaba a soñar, como niños que éramos, pero al mismo tiempo se empeñaba en hacer de nosotros futuros adultos responsables, comprometidos con unos valores que hoy en día son ninguneados al ser considerados como algo caduco e incluso reaccionario; sin duda una relectura más que interesada por parte de aquellos a los que les interesa que la ciudadanía sea una masa iletrada y apática, dos cualidades que garantizan el inmovilismo y la desidia que tanto gusta a nuestros actuales dirigentes. Pero volviendo a las películas de Tarzán (que resultan mucho más estimulantes que la actualidad mundial), lo que más me ha llamado la atención con el paso de los años es comprobar como nuestro entrañable héroe de la jungla sobrevivía con un más que exiguo vocabulario. Apenas media docena de términos bastaban al hombre mono para comunicarse con la población local, animales incluídos, ríase usted del inglés en 1000 palabras. Entre aquellos vocablos sobresalían tres: Ungawa (léase "angagua"), Juju (pronúnciese "yuyu") y Chita (ésta, amigos, no necesita interpretación fonética); ahí prácticamente terminaba el vocabulario de Tarzán, fascinante. Como cualquier niño de mi generación, yo quería parecerme a Tarzán (a pesar de que me inquietaba aquel insignificante taparrabos y la posibilidad de dejar mis vergüenzas al descubierto), vivir un sin fín de aventuras, saltar de liana en liana con una guapa chica abrazada a mi hercúleo torso y someter a nativos y animales con cuatro ridículas palabras. Mis padres en cambio insistían en que estudiase, no acababan de ver claro lo de convertirme en hombre mono, sobre todo porque para ello se necesitaba una gran pericia como nadador, y mi familia ha sido víctima durante siglos de una terrible maldición que le impide desplazarse por el agua con la más mínima dignidad; pero ése es otro tema del que prometo hablaros otro día. Han pasado muchos años desde aquellas entrañables películas, cintas que ya no se pasan por la tele, y yo he ido fabricando mis propias junglas en las que poder sentirme como mi admirado Tarzán. Algunas de esas junglas son tortuosas y siniestras, por lo que procuro alejarme de ellas, otras en cambio son amables y están llenas de inofensivos animales y de simpáticos indígenas, es a ésas a las que me aferro desesperadamente. Y por supuesto también me adentro en multitud de junglas sonoras, todas ellas reconfortantes y estimulantes, por ello he querido dedicar esta entrada tan selvática a un disco con un título alusivo a la jungla, y con un repertorio musical plagado de ecos que nos hacen viajar a la época en que se filmaron todas aquellas películas de Tarzán; niños y niñas, con todos vosotros C.W. Stoneking y su Jungle Blues, preparaos para una increíble aventura.

Christopher William Stoneking nace en 1974 en la lejana y exótica Australia, más o menos cuando pasaban las películas de Tarzán por TVE. Hijo de estadounidenses, su infancia fue un tanto atípica, ya que sus padres se separaron poco después de que él naciera y el niño Stoneking pasó esta decisiva etapa en la vida de cualquier ser humano con su padre, el escritor y profesor Billy Marshall Stoneking, quien decidió criar al niño en una comunidad aborigen, concretamente la de Papunya. A los 9 años se mudaría con su padre a Sidney, donde tardaría poco en descubrir la música, allí comenzará a tocar la guitarra con 11 años, pasando a formar parte de algunas bandas locales con tan sólo 13. Recién empezado el instituto, C.W. Stoneking descubre las grabaciones de su padre, viejos discos y cassettes de blues y country, muchos de ellos de artistas de los años 20's y 30's que le descubren un universo totalmente nuevo. En 1997 decide mudarse a Melbourne, donde comienza a tocar como solista de blues y se autoproduciría un disco homónimo con versiones del género que vería la luz en 1998. Ese mismo año consigue formar una banda, a la que llamará C.W. Stoneking & the Blue Tits, y que tendrá una cortísima vida, ya que se desintegró debido a la muerte de uno de sus miembros, concretamente el mandolinista Charlie Bostock. De aquella época queda como testimonio una grabación no oficial, que ha estado en circulación desde 1999, titulada C.W. Stoneking & the Blue Tits y que recoge una actuación de la banda en una radio de Melbourne. Al igual que Tarzán, C.W. Stoneking también se verá envuelto en numerosas aventuras, fruto de sus viajes por medio mundo, en esos viajes vivirá insólitas experiencias, como cuando trabajó como asistente de un peculiar doctor vudú en Nueva Orleans. Pero sus frecuentes éxodos también le servirán para ir dando forma a su personal estilo, muestra de ello será su estancia en Trinidad, donde aprenderá las bases del calypso. Nuestro hombre de la selva particular estaba dispuesto a pelear contra cocodrilos, leones y cuantas fechorías le tuviese preparadas el temible hombre blanco, todo con tal de encarrilar su carrera como músico. Así es como decide volver al formato de solista para grabar un disco que recoge grabaciones originales inspiradas en su colección de discos de calypso, ragtime, blues, country, hillbilly y jazz. Tendrán que pasar unos años para que el primer disco oficial de C.W. Stoneking se convierta en una realidad, será concretamente en 2005 bajo el título de "King Hokum", editándose por primera vez en Australia en 2006 con el sello Low Transit Industries Recordings. Poco después el sello suizo Voodoo Rhythm editaría "King Hokum" en Europa, descubriendo a los melómanos del viejo continente a un músico fascinante, capaz de tocar y cantar blues como si hubiera nacido a principios del difunto siglo XX. La crítica se rendiría ante el disco de C.W. Stoneking, su personal voz, que recuerda inevitablemente a Tom Waits, su añejo recetario musical e incluso su excéntrica indumentaria, lo convertirán en un personaje difícil de clasificar y "King Hokum" aparecerá entre los favoritos del año en Australia, al mismo tiempo que irá sonando cada vez con más fuerza en Europa y América. Finalmente C.W. Stoneking dará forma a su banda, un asunto que parecía obsesionarle desde hacía años, a la que aglutinará bajo el nombre de The Primitive Horn Orchestra, y que incluirá a Ros Jones a la tuba, Ed Farlie como trompetista, Kynan Robinson al trombón y Kirsty Fraser, esposa de Stoneking, haciendo voces; esta es la formación que le acompañará en su segundo disco, "Jungle Blues".

Cuando uno se adentra en el universo de C.W. Stoneking e intenta descifrar sus letras (tarea siempre compleja para los que no somos angloparlantes) enseguida se da cuenta de que el australiano es un magnífico contador de historias. No tengo muy claro si es una muestra más de su imaginación y su talento como escritor y letrista, pero C.W. Stoneking afirma que "Jungle Blues" nació inspirado, en parte, por una rocambolesca historia (que él mismo relata en la contraportada del disco), concretamente un naufragio en la costa occidental de África del que nuestro hombre consiguió sobrevivir. Sea como fuere, es innegable que "Jungle Blues" es un disco único, una verdadera rara avis en los tiempos que corren, fruto del talento y de la cultura musical de su autor. El disco se abre con la canción que le da título, "Jungle Blues", con sólo escuchar las primeras notas ya nos hemos embarcado en un maravilloso viaje, una aventura terpidante que nos llevará a lugares que nunca habíamos soñado visitar. Los metales y el banjo abren fuego y enseguida hay un lugar que nos viene a la mente: Nueva Orleans, es entonces cuando irrumpe una voz masculina haciendo las veces de maestro de ceremonias advirtiéndonos de los peligros de este viaje, acto seguido la tuba se hace dueña y señora de la canción y C.W. Stoneking comienza a relatar la aventura de su naufragio en las costas africanas; apenas ha paado un minuto y estoy seguro de que ya estás enganchado. La voz de C.W. Stoneking se compara a menudo con la de Tom Waits, no se puede negar que hay un cierto parecido en la manera en que arrastran las sílabas y en el tono cavernoso que sale de la garganta de ambos, pero sin duda el australiano tiene personalidad propia, y es que C.W. Stoneking no tiene nada que ver con la figura del crooner que tanto inspira a Tom Waits, sobre todo en sus celebrados primeros trabajos. Sea como fuere, el hecho es que "Jungle Blues" acaba de empezar y nosotros queremos más; la réplica llegará con "Talkin' Lion Blues". El segundo corte del disco es un blues que nos retrotrae a la música tradicional del período Entreguerras, canciones que sonaban con frecuencia en el sur de los Estados Unidos y que emanan un aroma a algodón recién recogido, un tiempo visitado a menudo por otro enorme genio, Robert Crumb, un defensor a ultranza de esta tradición musical. "Talkin' Lion Blues" es una hilarante historia acerca del encuentro del protagonista con un león parlanchín, que consigue embaucarle para finalmente acabar preso y sentenciado por un mono; muestra a un Stoneking más contenido, alejado de sus registros más oscuros. El tercer tema del disco lleva por título "Jungle Lullaby" y es uno de los momentos fuertes de "Jungle Blues". La historia sigue ambientada en África, como sus predecesoras, y nos transporta a los últimos estertores del colonialismo, dibujando un paisaje exótico y siniestro al mismo tiempo, un escenario en el que el protagonista sale a pasear con una bella muchacha y acaba embarcado en una nueva aventura repleta de peligros y sobresaltos. La melodía me recuerda a "Quiero ser como tú" de "El Libro de la Selva", sé que hay quien creerá que estoy loco, pero me suena como una versión ralentizada del célebre tema de la factoría Disney. Comparaciones al margen, "Jungle Lullaby" es una canción inquietantemente bella, con unos metales y un violín sencillamente maravillosos. La cuarta canción del disco es una de mis favoritas, "Brave Son of America", un tema en el que C.W. Stoneking abandona momentáneamente el continente negro para centrarse en la figura del general MacArthur, ahí es nada. Ferviente anticomunista, MacArthur es un verdadero héroe militar, un tipo que fue nombrado general con tan sólo 32 años y que participó en tres guerras (Las dos Grandes y la de Corea), venerado por unos y odiado por otros, el viejo general es el icono perfecto del belicismo y de la épica militar estadounidense, alguien a quien muy poca gente hoy en día le dedicaría una canción, aunque claro, C.W. Stoneking no tiene nada de convencional. "Brave Son of America" es un calypso en el que los metales tienen un enorme protagonismo, un tema que da rienda suelta al Stoneking más cavernoso y visceral y que nos regala un solo de trompeta magistral, una canción que nos traslada al Pacífico Sur y que casi nos permite ver al general fumando una de sus características pipas de mazorca.

Tras glosar las hazañas de MacArthur, C.W. Stoneking regresa al sur de los USA con "Jailhouse Blues", un blues de corte clásico en el que el australiano se acompaña únicamente de su guitarra. Se trata de una historia de ambientación presidiaria y de amores fatales: "Some would murder with a gun or a knife, Some would lock a man away the rest of his life, Lord, lord, lord, I got the Jailhouse Blues", se lamenta Stoneking. "Housebound Blues" marca el ecuador del disco y es la única canción en que la voz cantante la lleva Kirsty Fraser. Es un tema que cabalga entre el ragtime y los ambientes más cabareteros, donde sobresale, de nuevo, la magnífica trompeta de Ed Farlie. La letra ironiza sobre la desigualdad entre sexos, y con un delicioso aire añejo (que no retro) muestra las quejas de una mujer harta de las continuas salidas de su esposo y cansada de estar encerrada en casa al cargo de las tareas domésticas, una situación insostenible que llevará a nuestra protagonista a abandonar a su holgazán compañero. "I Heard the Marching of the Drum" es el séptimo tema de "Jungle Blues", un tema que, a pesar de no seguir los patrones del calypso, nos remite a "Brave Son of America" por su brillante sección de metales: tuba, clarinete, trompeta y trombón, que suenan como un cañón y con una sincronía que recuerda a las fanfarrias de la Europa oriental. La fórmula sigue siendo la misma, y además tiene más de setenta años de existencia, pero si a estas alturas todavía no te has enganchado a "Jungle Blues" posiblemente tengas un problema. Por si acaso, C.W. Stoneking te lo va a poner fácil con otro de los momentazos del disco, un nuevo calypso titulado "The Love Me or Die". Stoneking se descuelga con otro tema que enlaza con su peculiar biografía, el vudú, en este caso la historia relata las penurias de un enamorado no correspondido que recurre a sus conocimientos sobre magia negra para fabricar una poción llamada "The Love Me or Die". Ante la reticente postura de su amada el protagonista decide hacer uso de la fórmula mágica obteniendo un resultado no deseado, así es como termina este octavo tema de "Jungle Blues", una verdadera maravilla que cuenta con un fraseo de trompeta que no podréis sacaros de la cabeza en meses. Superado el desparrame de "The Love Me or Die", Stoneking vuelve a encarar un blues clásico, se trata de "Early in the Mornin". En esta ocasión, nuestro Tarzán austral se hace acompañar de un contrabajo que dota de más cuerpo a la canción, un tema que alude a un lugar inhóspito al que Stoneking asegura no querer regresar jamás. Y llegamos al final de la mano de "The Greatest Liar", el corte que cierra "Jungle Blues". Una voz masculina se encarga de presentar a una estrella llegada de Nueva Orleans, King Hokum (recordad que éste era el título del primer album de C.W. Stoneking), que nos cuenta una rocambolesca historia acerca de un tipo al que considera el mayor embustero del mundo, un discurso de unos tres minutos tras el cual irrumpe la banda de Stoneking atacando, de manera fugaz, un tema de jazz con regusto añejo y ragtime, puro New Orleans para cerrar un disco enorme.

"Jungle Blues" vio la luz en 2008 y lo hizo bajo el propio sello de Stoneking, King Hokum, el disco refrendaría las buenas críticas de su antecesor y supondría el despegue definitivo de su autor, coronado como una de las mayores figuras del blues moderno, además de un verdadero arqueólogo musical, capaz de rescatar tradiciones que amenazan con caer en el olvido en éstos nuestros días en los que todo se vive demasiado deprisa. A pesar de ello hay quien considera a Stoneking un impostor, e incluso quien critica su marcada pronunciación y su forma de cantar; en mi humilde opinión, Stoneking está en las antípodas (nunca mejor dicho) de resultar un farsante. Es evidente que no es un anciano negro y ciego (puestos a exagerar tópicos) que canta blues después de una dura jornada de trabajo en el campo, pero también es innegable que lo que hace no es una parodia ni una simple revisión, Stoneking muestra una pasión desenfrenada por aquello que hace, y alguien que se apasiona con su trabajo nunca puede ser un embaucador. Sigo sin entender a quienes critican a aquellos que encuentran en épocas pasadas su fuente de inspiración, a nadie se le ocurre censurar a un cantante de jota, y lo que está haciendo es continuar con una antigua tradición musical, inspirarse en ella y dotarla de dignidad y vigencia, ¿por qué no ocurre lo mismo con el rock'n'roll y con el pop, que es la música popular del siglo XX? Uno ya se cansa de escuchar aquello de "no crean nada nuevo, es más de lo mismo", creo que existe un culto mal entendido hacia la originalidad, que es precisamente el que se encarga de crear pastiches infumables y que genera artistas y estilos que acaban sumidos en el olvido con el paso de los años. Dudar de la integridad de músicos como Stoneking es propio de necios, lo que deberían hacer estas personas, por muy puristas y entendidos que sean, es agradecerle al australiano que haya dado a conocer una riquísima tradición musical a varias generaciones que hasta ahora la ignoraban. Los pobres iletrados, que nos emocionamos y conformamos con muy poquito, esperaremos a la tercera entrega de nuestro particular Tarzán, quien mientras tanto se dedica a disfrutar de una plácida existencia junto a su esposa y sus dos hijos, al margen de absurdas polémicas sobre certificados de autenticidad.

Ya va siendo hora de poner el punto y final a esta entrada, y lo haremos, como siempre, con unos cuantos enlaces. Como no podía ser de otra manera, comenzamos con los enlaces a la web oficial y al myspace de C.W. Stoneking, no os perdáis su web oficial, entre otras cosas porque allí encontraréis las letras de todas las canciones de "Jungle Blues", algo más que necesario si no eres angloparlante y quieres desentrañar su contenido. Continuamos con un enlace a la web de la BBC, donde aparece una crítica de "Jungle Blues", y otro link a Soulshine, una web australiana dedicada a la música independiente, en el que podréis leer una entrevista realizada a Stoneking el pasado 2010; ambos enlaces en la lengua de Shakespeare. Como último enlace he seleccionado una videoentrevista realizada al músico australiano y emitida por la canadiense Falls TV, de nuevo tendréis que poner a prueba vuestras meninges y hacer uso de esos cursos de inglés de CCC. Y finalmente los consabidos videos, el primero de ellos, el videoclip oficial del tema que da título al disco, "Jungle Blues", y el segundo, una actuación en directo en el Barbican de Londres, donde C.W. Stoneking y su banda interpretan dos temas: "Don't Go Dancin' ", incluído en su primer disco, y el tremendo "The Love Me or Die". Por mi parte, no tengo nada más que decir, bueno sí, Juju Ungawa Chita, o lo que es lo mismo, espero que os guste.

PÁGINA WEB OFICIAL DE C.W. STONEKING

MYSPACE DE C.W. STONEKING



RESEÑA DE JUNGLE BLUES EN LA WEB DE LA BBC

ENTREVISTA A C.W. STONEKING EN SOULSHINE

VIDEOENTREVISTA A C.W. STONEKING EN FALLS TV




C.W. STONEKING- JUNGLE BLUES