Es asombroso el número de personas tatuadas que pueblan nuestras ciudades hoy en día, son tantas que casi hacen que aquellos que lucimos nuestra piel inmaculada nos sintamos extraños, como si perteneciésemos a alguna remota especie humana, perdida en los confines del tiempo. Recuerdo cuando iba al instituto y un amigo decidió hacerse un tatuaje, rápidamente se convirtió en objeto de admiración y de temor a un mismo tiempo; aquel dibujo, grabado para siempre en su epidermis, lo situó en una dimensión diferente a la nuestra. No eran muchas las personas que se tatuaban en aquella época, todavía prevalecía el estigma del tatuaje como algo patibulario y propio de personas de mala vida. Pero la televisión nos fue mostrando poco a poco a jóvenes ídolos de adolescentes tatuados, a modelos y actrices que decoraban sus cuerpos mediante la tinta y la aguja, a intelectualoides de pose peligrosa atraídos por el lado oscuro, a deportistas de éxito mundial que adornaban sus hercúleos cuerpos como si de un lienzo se tratase; así fue como se democratizó el tatuaje. Con el tiempo hemos llegado a la moda del tatuaje adolescente e incluso a la del tatuaje en la tercera edad. Os prometo que el otro día vi a un señor de unos 70 años con un extraño dibujo en uno de sus brazos, cuando me aproximé pude comprobar que se trataba de un perro, un Fox Terrier, el mismo ejemplar que descansaba tumbado a los pies de su amo; un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Últimamente he estado prestando más atención al asunto y he descubierto por mi barrio a prepúberes con latinajos que dudo mucho que sean capaces de traducir (también dudo que estén correctamente escritos), señoras de avanzada edad con rostros infantiles en sus omóplatos, cuellos tatuados, imaginería animal, fascistoide y tribal, todo ello convive en este mundo de locos. ¿Y qué me decís de los piercings? Lo siento pero no puedo con ellos, cuerpos perforados por voluntad propia fruto de un anhelo que no alcanzo a comprender, ¿para qué quiere un ser humano ponerse una argolla en la encía? Lo ví el otro día en la tele y desde entonces me cuesta conciliar el sueño. Quizás me haya vuelto un conservador, aunque cuando me pronuncio políticamente, algo que no suele ocurrir con frecuencia, no me siento como tal. La cuestión es que aborrezco esta absurda moda, y añoro los días en que los tatuados eran unos excluídos sociales y no al contrario. Tal vez por eso cada vez me sienta más próximo a artistas como Jonathan Richman, João Gilberto, y todas aquellas antiestrellas del mundo de la música, personas que aportan su arte y que hacen gala de un peculiar estilo de vida alejado de modas y ridículas tendencias; seres humanos cercanos y entrañables, como Darren Hanlon, que hoy visita Rainy Day Music.
Tras el amable rostro de Darren Hanlon se esconde un veterano de la escena musical australiana, un tipo que ha militado en diferentes formaciones hasta encontrar su propio espacio como solista, siempre bien acompañado por solventes músicos. La afición de Darren por la música le vino gracias a un vecino, profesor de música, que ostentaba una tremenda colección de discos; poco a poco, el joven Darren fue buceando entre aquellos vinilos, sintiéndose irremediablemente atrapado por aquellos sonidos. Más tarde, cuando Darren ingresa en la escuela de música, no tarda en tomar contacto con gente de la escena de Queensland, pasando a engrosar las filas de una banda universitaria llamada Playground. Tras un período de crisis, esta formación volvería a los ruedos musicales con otro nombre, The Simpletons, llegando a realizar una gira por toda Australia. Compartir escenario y vivencias con Shane Gelagin, miembro de The Simpletons, supondrá un antes y un después para Darren Hanlon, y tal vez se pueda citar al desaparecido músico australiano como una de sus principales influencias y estímulos a la hora de componer su propio material. Tras abandonar la disciplina de The Simpletons, nuestro afable aussie pasará de puntillas por otras formaciones, como The Lucksmiths o The Deerhunters, donde colaborará tocando el teclado y la guitarra, y también pasará un año tocando con otro músico australiano, Mick Thomas. Será en los últimos estertores de los 90 cuando el sello Candle Records convenza a Darren Hanlon para grabar sus propias canciones, podemos decir que la carrera en solitario de Hanlon da comienzo en el año 200o con el EP "Early Days". Desde entonces, se ha mostrado como un músico inquieto y prolífico, en este tiempo ha grabado cuatro discos de estudio, además de dos EP's y un buen puñado de singles, colaborando también en varios recopilatorios; todo el material plasmado en recopilatorios, así como las caras B de los singles y algún que otro tema inédito, se reunió en 2009 en el disco "Pointing Ray Guns at Pagans". A lo largo de este tiempo, Darren Hanlon se ha recorrido medio mundo, en solitario y colaborando con otros músicos, como es el caso de Gary Olson y sus Ladybug Transistor. Músico de gran talento, con un singular sentido del humor y con un buen olfato para crear melodías pegadizas, Darren Hanlon ha sido comparado a menudo con Billy Bragg y con Stephin Merritt, músicos a los que admira y de los que se confiesa seguidor y amigo.
"I Will Love You at All" es, hasta la fecha, el último LP de Darren Hanlon, y el primero en ver la luz con el sello Yep Roc. El disco está grabado en la estadounidense ciudad de Portland, con la que el músico australiano mantiene una estrecha relación, y el responsable de la producción del mismo es Adam Selzer, quien también está detrás de trabajos de músicos como The Decemberists, M. Ward o She & Him. El disco es una mezcla de la sencillez folk y del pop inteligente que tan bien domina Hanlon, un compendio de canciones que se mueven por terrenos agridulces, con unas letras que son capaces de sacarnos una sonrisa incluso en las situaciones más insospechadas; Darren Hanlon es ante todo un magnífico contador de historias. En una primera escucha, "I Will Love You at All" puede resultar un disco sencillo y amable, pero si nos exponemos en repetidas ocasiones a las canciones del australiano, nos encontraremos con historias llenas de aristas, así como con un variado catálogo de melodías y detalles que a simple vista pueden pasar desapercibidos, detalles que enriquecen el disco hasta acabar confiriéndole una pátina especial. "Butterfly Bones" es el tema que abre el disco, y es una canción que funciona perfectamente para hacernos una idea de cómo es el recetario musical de Darren Hanlon: una voz cálida, de calidad pero sin grandes alardes, una instrumentación cuidada, con delicados detalles, y un aire melancólico que se mueve en coordenadas próximas al melodrama; al fin y al cabo, qué es la vida sino un enorme melodrama... El testigo lo recoge "Modern History", un notable acústico que incluye voces femeninas y que navega cercano a algunos temas de The Jayhawks. "Scenes from a Separation" es una de las mejores canciones del disco, claro exponente del estilo de Hanlon, una historia que ahonda en las relaciones sentimentales, uno de los ejes compositivos del australiano, que canta al amor y al desamor, pero huyendo de manidos tópicos y creando intimistas historias en torno a curiosas situaciones. El cuarto tema, "All These Things", es el single por excelencia del LP, una canción pegadiza, un ejercicio de ukelele contagioso y delicados arreglos de metales; un delicoso dúo con Shelley Short que en un mundo musical más justo merecería sin duda mejor suerte. "House" es un temazo, una canción que en la primera escucha puede pasar desapercibido, pero que a menudo que nos vamos adentramos en "I Will Love You at All" va creciendo de manera exponencial hasta colarse en nuestra cabeza y en nuestros corazones como uno de los mejores pasajes del álbum, casi ocho minutos en los que descubrimos al Hanlon más íntimo, más emocional. El disco también tiene cabida para momentos más lúdicos, como es el caso de "If Only My Heart Were Made of Stone", que cabalga entre el country y el pop, o la simpática "Folk Insomnia", donde Darren Hanlon hace gala de su inteligente sentido del humor. "Home", es una canción dedicada a su ciudad natal, Gympie, uno de los momentos más ligeros del album junto con la velvetiana "Buy Me Presents", que explora el lado más animado y bailongo de nuestro entrañable australiano. Por último, "What Can We Say?" cierra el disco, una canción con cuidados arreglos de cuerda y piano, con un tono instrumental que roza la épica, un registro que no encaja muy bien con la idiosincrasia del australiano.
Conocí a Darren Hanlon a través de la gira "My Dear Crooner", un proyecto capitaneado por Grabaciones en el Mar y que acercó a nuestro país a dos grandes músicos y amigos, como son Gary Olson y el propio Hanlon, que, perfectamente escoltados por nuestro admirado El Brindador, recorrieron varios puntos de nuestra geografía. En cuanto vi a ese menudo australiano en el escenario, solo con su guitarra, caí rendido a sus pies, su simpatía y su capacidad para contactar con el público le hacen valedor de un más que interesante directo. Cómo resistirse a alguien que se planta en el escenario, saca un papel arrugado de uno de los bolsillos de su pantalón y dice en un torpe español: "Hola, mi nombre es Darren Hanlon, soy australiano y no tengo nada que ver con Russel Crowe" (es obvio el parecido entre el cantante y el célebre actor) . Recientemente, Darren Hanlon, ha colgado en su web fotografías y anotaciones sobre sus conciertos en España. Estoy seguro de que su música y su peculiar universo de historias acabará atrapándoos. Tatuaos su nombre.
Como extras, os dejo unos cuantos enlaces: los oficiales (web y myspace), además del espacio que el músico tiene dedicado en la web de sus dos discográficas, Candle y Yep, también acompaña este texto una reseña de "I Will Love You at All", que apareció en la web de Pitchfork, y dos entrevistas; una de ellas para que perdáis tiempo leyendo e intentando descifrar esa lengua bárbara que es el inglés, y que figura en la web de The Au Review, y otra más atractiva, que podréis disfrutar a través de la web de RTVE, que colgó el audio del programa de Radio 3, Hoy Empieza Todo, y que dedicó su "Entrevista Acústica" a los tres responsables del tour My Dear Crooner. Y si todo esto os sabe a poco, os dejo una buena dosis de videos, los dos clips oficiales de "Butterfly Bones" y "All These Things" (Darren Hanlon es conodido por cuidar mucho sus videoclips, que se aproximan más al coprtometraje que al propio clip musical), y el especial que se le dedicó en Shoot The Player, donde interpreta "Folk Insomnia" y "Scenes from a Separation". Espero que os guste.
DARREN HANLON- I WILL LOVE YOU AT ALL
DARREN HANLON EN CANDLE RECORDS
RESEÑA DE "I WILL LOVE YOU AT ALL" EN PITCHFORK
ENTREVISTA A DARREN HANLON EN THE AU REVIEW
ESPECIAL DEDICADO AL TOUR MY DEAR CROONER EN HOY EMPIEZA TODO
6 comentarios:
Gran post. Sí, señor. De acuerdo contigo con lo de los Tatoos y en cuanto al disco...., apuntado queda en futuribles, no creo que tarde en conseguirlo, me da buena espina.
Hola, soy David del blog Sintonía de la mediatarde, por supuesto que añado tu blog, que además ya hace tiempo que lo sigo, ya que me gustan bastante sus entradas y en general la selección musical de la que sueles hablar.
Igualmente te agradeceré que me añadas entre tus enlaces. Mil gracias.
Un saludo.
Muchas gracias binguero. Desconocía a este ARTISTA. Y lo pongo en mayúsculas, porque el disco me ha parecido soberbio. Hace poco leía una crítica a un disco en la única revista musical que sigo, desde hace ya tantos años que ni me acuerdo, y a la que publicito con permiso de la autoridad competente, mi querida Ruta 66, y la crítica comenzaba diciendo que cuando “se tiene, se tiene” y se refería al talento para componer música. Y Darren Hanlón lo tiene, vaya que si lo tiene. Vaya colección de canciones se ha marcado en este disco. Modern History no es un notable acústico, es un sobresaliente acústico. Esta canción podría estar firmada por Dean Wareham tranquilamente. Podría comentar canción a canción, pero en este caso vale decir que el nivel que mantiene el señor Darren a lo largo de todo el disco es de sobresaliente. Quizá, y es solo la opinión de una primera escucha, baja el nivel en los 2 temas más folk, “Folk Insomnia” y “Buy Me Presents”.
Y ya que he mencionado a Mr. Dean, digo que, al escuchar este disco he sentido lo mismo que sentí cuando escuché por primera vez Bewitched. Un placer solo comparable a la ingesta de una buena tortilla de patata con una cervecita muy fría.
2 últimas cosas, una que me alegra saber que no solo de gasolina de 98 octanos viven los grupos de rock australinos, y otra que Darren Hanlón se viene conmigo estas vacaciones.
Hola binguero,
hace un tiempo comentaste mi primer disco. Quería recomendarte el segundo, que salió el mes pasado, cantado en castellano. En mi bandcamp se puede descargar y adquirir en vinilo: albertomontero.bandcamp.com
Saludos!
Es cierto que hace muchos años los tatuajes eran distintivos de piratas, legionarios, marineros etc. como ha cambiado todo... Muy buenos los videos de Darren Hanlon para mi era un desconocido hasta ahora, pero para eso está este estupendo blog.
Gracias por tu visita y un saludo.
Muchísimas GRACIAS a todos por vuestros comentarios, es una grata sorpresa desplegar esta ventana y encontrarse con vuestras amables palabras, no os imagináis cuánto os necesita este humilde blog...
Nikochan, me alegra estar en sintonía contigo en lo referente a los tatuajes, de los piercings mejor ni hablamos... Hazte con el disco en cuanto puedas, seguro que el amigo Darren se queda contigo para siempre. Un saludo, compañero.
David García, muchísimas gracias por enlazarme en tu blog, es un placer estar en contacto con un blog tan interesante como Sintonía de la mediatarde. Por supuesto, quedas enlazado, espero verte por aquí a menudo. Un saludo.
Pep, qué lujo de comentarios los tuyos, en serio, no sé cómo agradecértelos. Me alegra la efusividad con la que hablas de este disco, que para mí también es una pequeña joya que seguramente pasará sin pena ni gloria a los anales de la música. Estoy muy de acuerdo en el análisis que haces de "I Love You at All", y me alegra que te haya acompañado durante tus últimas vacaciones; hay discos que dan forma y sentido a unas vacaciones, hay discos que acaban siendo el leitmotiv de unas vacaciones. Como siempre, un placer verte por aquí. Un fuerte abrazo.
Alberto Montero, ¡qué alegría verte por aquí! Gracias por acordarte de Rainy Day Music. Por supuesto que me pasaré por tu bandcamp para disfrutar de tu nuevo trabajo, con el que te deseo toda la suerte del mundo, te la mereces. A ver cuando te vemos por Zaragoza... Un abrazo.
Antonilópez, gracias también a ti por la visita. La verdad es que los tatuajes se han desvirtuado, ahora es muy fácil ser un tipo "malo", hasta tal punto que lo realmente contestatario es ser amable y educado; es la única forma de rebelarse contra una sociedad adocenada, cada vez más alienada y carente de cualquier ideal mínimamente respetable. Me alegra que te haya sorprendido Darren Hanlon, seguro que poco a poco se hace un hueco en tu discoteca. Un saludo.
Seguid visitando Rainy Day Music y dejad vuestros comentarios, sois el combustible que evita que este pobre barco quede varado en las playas del olvido de internet. Gracias a todos.
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