viernes, 31 de julio de 2009

Once- Music From The Motion Picture (2007)



Seguramente si un cinéfilo de los de pata negra y pedigrí me pregunta si me gusta el cine, y le contesto que sí pero que hace bastante más de un año que no veo una película en la gran pantalla, se me lanzará al cuello soltando blasfemias. Sinceramente me he vuelto un poco vago, reconozco que el "american way of life" me ha ganado en este sentido, y prefiero disfrutar de una película en buena compañía y en la intimidad del salón de mi casa, lejos de pataditas en la butaca, de toses inoportunas, risas impostadas o de una terrorífica combinación de ruidos alimenticios (¿cuándo se enterará la gente de que al cine no se va a comer?) y lúbricos. Me duele en lo más hondo de mi alma formar parte de esa legión de seres alienados que prefieren el home cinema a las dimensiones mastodónticas de una pantalla de cine, supongo que es una pequeña muestra de hacia dónde nos lleva esta maldita sociedad: a encerrarnos en nuestros hogares, a ser cada vez menos sociales y menos sociables, a no relacionarnos con nuestros semejantes, a cultivar la fobia social; lo cual degenera en el abandono progresivo de las calles, que es donde se gestan los verdaderos movimientos sociales, hecho que hace que seamos cada vez más inofensivos. Todo está al alcance de nuestra mano, no hace falta que abandonemos nuestros hogares para disfrutar de nuestros pasatiempos favoritos; es más, este demonio a través del cual me comunico con vosotros ha contribuido a ello en gran medida, apoyado en una industria cada vez más pujante, la de los videojuegos (ya factura más dinero al año que la industria musical), que ha conseguido incluso que se pueda hacer deporte sin salir de casa, o tocar rock'n'roll con tus amigos sin molestar a los vecinos ni tener que buscarte un local, ¿os acordáis de cuando teníamos que ir a los recreativos para disfrutar de los avances del ocio electrónico? Parece que lo importante hoy en día es que pasemos el mayor tiempo posible en casa, sin molestar. No quiero resultar huraño, ni enarbolar la tan manida bandera de aquellos que afirman que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero sí que tengo claro que el ocio, entendido como un elemento social, ha vivido un descalabro absoluto en estos últimos años, sólo tenéis que observar lo que ha ocurrido con los cines en cualquiera de nuestras ciudades.

La lista de cines que han desaparecido en cualquiera de las urbes de este país en los últimos veinticinco años es escalofriante, hablo de CINES con mayúsculas, verdaderos templos del séptimo arte que han sido condenados a la piqueta del olvido y enterrados en una escombrera que se ha pasado por el arco del triunfo la liturgia, el misterio y el encanto que suponía para alguno de nosotros ir a ver una película en una de esas monumentales telas blancas que envolvían cuidadosamente todos y cada uno de nuestros sueños. No es que el cine como industria haya desaparecido, simplemente ya no quedan grandes cines, ya que éstos se han visto sustituídos por asépticas y deprimentes salas de proyección. De un cine-teatro se han sacado siete salas equipadas con todos los adelantos de imagen y sonido, capaces de convertir un bodrio insufrible en toda una experiencia estética. Señores responsables de la política cultural de las diferentes ciudades españolas, y más concretamente de ésta en la que yo vivo, la milenaria Caesaraugusta, ¿quieren saber por qué he dejado de ir al cine? Se lo diré gustosamente, mi postura no obedece únicamente al influjo del estilo de vida americano, ni siquiera tengo consola (no la tuve de niño, tampoco durante mi adolescencia, así que de qué me sirve ahora, entrado ya como estoy en la treintena...), no voy al cine porque ustedes se han encargado de destrozar parte del paisaje de mi infancia, aquel que contenía algunos de mis más preciados recuerdos, y eso es imperdonable. Desde el coqueto y funcional cine Pax, pasando por el Mola, Aragón, Iris y Actualidades, el monumental Fleta, el maravilloso Coliseo, el confortable Quijote, el cine Goya, que fue mutilado antes de darle la fatal puntilla, modestos cines de barrio como el Madrid, que se pierde entre mis primeros recuerdos frente a la pantalla, y muchos otros que ahora no consigo recordar, todos ellos han sido arrasados con nocturnidad y alevosía, con el beneplácito de aquellos que dicen servir al ciudadano y defender los intereses culturales de nuestra ciudad. Para mí sólo queda un cine en esta ciudad, el Elíseos, que aún conserva intacto el esplendor de antaño, cuando ir al cine era algo más que ir a ver una película; el resto son multicines y salas desprovistas de cualquier atisbo de humanidad, con oscuras y mullidas paredes y pantallas mucho más pequeñas que las de nuestra infancia, cines de todo a cien. Confío en que alguien me entienda, prefiero quedarme en mi casa antes que mostrar mi consentimiento y mi aprobación a semejante atrocidad.

A todos estos prejuicios, personales e intransferibles, se úne otro, y es mi más absoluto desinterés hacia la mayor parte del cine que se factura hoy en día, lo cual no ayuda demasiado a mover mis huesos hacia la sala de proyección más cercana; esto explica que vea la mayoría de las películas con varios años de retraso, como cuando teníamos que esperar a que nuestros filmes favoritos saliesen al mercado en formato VHS. A pesar de ello, la placidez de mi hogar me brinda en ocasiones gratas sorpresas, hasta el punto de llegar a lamentarme alguna vez por no haber visto determinadas películas recientes en la gran pantalla, eso es concretamente lo que me sucedió hace escasos meses con Once, de John Carney. Puedo aseguraros que si algo se me da mal en esta vida es hacer sinopsis de películas o resúmenes de libros, puedo liaros hasta extremos insospechados, consiguiendo que vuestra confusión vaya en aumento a medida que hago un esfuerzo titánico por intentar reconstruir la trama principal del film o de la novela en cuestión. Por todo ello os ahorraré mi sinopsis personal de Once, simplemente os diré que es una película que narra el encuentro de dos personas muy perdidas, dos seres humanos enamorados de la música y con una desafortunada vida personal, qué le voy a hacer, me encantan las películas tipo "perdedor conoce perdedora". Si bien el guión de Once es sólido, aunque quizás poco sorprendente, su fuerte reside en una impagable banda sonora, perfectamente estructurada y de un calado emocional sublime. La pareja protagonista de Once es además la encargada de poner música y voz a la banda sonora de la película, se trata del irlandés Glen Hansard, integrante de la banda The Frames, y de la checa Markéta Irglová, que con sólo 19 años debutó en esta película, ambos muestran una compenetración y una frescura únicas tanto en su trabajo como actores como en sus interpretaciones musicales. Glen Hansard abandonó el colegio con tan sólo 13 años y se lanzó a la calle a buscarse la vida como músico, tal y como hace el personaje que interpreta en Once, más tarde formaría la banda The Frames con quienes ha grabado un buen número de discos entre 1991 y 2006. Una de sus primeras apariciones públicas, o al menos la primera que le supuso cierta fama, fue en la película de Alan Parker The Commitments, donde interpretaba al guitarrista Outspan Foster, para ello se formó en la New York Film Academy School of Acting, algo que más tarde lamentaría, ya que consideraba que aquel período le había restado concentración y esfuerzo a su carrera como músico. Tras su fugaz experiencia como actor, Hansard retomó su trabajo con The Frames, y visitando Praga conoció a una joven llamada Markéta Irglová, una multiinstrumentista autodidacta y con un enorme talento, así surgiría una relación muy especial entre ambos que daría sus frutos en forma de maravillosas canciones, de este modo, en 2006 vería la luz el disco "The Swell Season". Ese mismo año ambos serían reclutados por el director irlandés John Carney (quien a su vez también fue músico profesional, tocando el bajo precisamente en The Frames entre 1991 y 1993) para interpretar a los dos protagonistas de su última película, "Once", Glen y Markéta se encargarían además de la banda sonora, cuya canción principal, "Falling Slowly", obtendría el Oscar de su categoría durante la entrega de premios de 2007. Tras el éxito cosechado, la pareja intervendría también en otra banda sonora, concretamente en el film de Todd Haynes I'm Not There, inspirada en la vida de Bob Dylan, y lo harían interpretando una de las canciones del gran Dylan, "You Ain't Goin' Nowhere", el mítico cantautor se declaró admirador del trabajo del dúo, al cual reclutaría como telonero para su gira mundial. Actualmente la pareja ha reconocido haber puesto punto y final a su relación sentimental, aunque se espera que en octubre vea la luz un nuevo disco fruto del trabajo de ambos titulado "Strict Joy", esperemos que la separación sentimental no signifique el fin de su inspirada carrera conjunta. Como curiosidad hay que citar que Glen Hansard ha tenido el honor de figurar dentro del elenco de celebridades que han aparecido en un episodio de los Simpsons, y lo ha hecho, como no podría ser de otra manera, como músico callejero en Irlanda.

Desde que comenzamos a escuchar la banda sonora de Once nos sentimos irremediablemente atrapados, sobre todo si antes hemos visto la película, ya que resulta muy complicado no dejarse arrastrar por dos personajes tan auténticos como los interpretados por Glen Hansard y Markéta Irglová, tan naturales, sin aditivos, colorantes ni conservantes. Es difícil distinguir entre los actores, los músicos y los personajes reales, hasta el punto de acabar creyendo que todos forman un único ser indisoluble, un ente que pone toda la carne en el asador cada vez que se enfrenta a una canción, que interpreta cada tema desde lo más profundo de su alma, que es capaz de cantar con el corazón, algo que muchos cantantes no conseguirán en toda su vida; no hay más que escuchar a Glen Hansard interpretando "Say It To Me Now" para comprobarlo, al mismo tiempo que el vello de todo nuestro cuerpo se eriza sin que podamos remediarlo. Hansard y su joven partenaire empastan sus voces con una precisión propia de cirujanos, es algo que nos queda claro desde que se abre el disco con la oscarizada "Falling Slowly", donde además el irlandés muestra un amplio registro vocal con unos falsetes muy efectivos y muy bien medidos. Aunque quien lleva la batuta es Glen Hansard, Markéta Irglová tiene sus instantes de lucimiento como sucede con "If You Want Me", una solvente canción de pop donde la checa demuestra poseer una deliciosa voz. La banda sonora de Once hace gala de un elegante eclecticismo que le acerca en ocasiones al pop comercial sin resultar por ello vulgar ni frívola, más bien al contrario, el cuerpo de la banda sonora se muestra realmente compacto, sin fisuras y con grandes momentos interpretativos a cargo de los dos músicos, tal es el caso de "The Hill" o "Leave", donde Markéta y Glen, respectivamente, se confirman como dos magníficos cantantes. También hay hueco para pasajes más relajados como la simpática "Fallen From The Sky", una pegadiza canción de ritmo repetitivo, o "Trying To Put Myself Away", un medio tiempo con un magnífico arreglo de cuerda. Todo ello hace que los trece temas que componen este disco sean de cómoda digestión, algo poco común en las bandas sonoras, perdidas generalmente en pasajes sinfónicos que pierden efectividad fuera del contexto de la gran pantalla, Once nos gana por su sencillez, por su humildad, por su falta de pretensiones, y lo mismo que sucede con la película ocurre con su banda sonora, que se convierte en una deliciosa sorpresa que uno no se cansa de disfrutar.

Llegados a este extremo, sólo me queda felicitar a los valientes que sigan manteniendo los ojos pegados a la pantalla para descifrar y asimilar todo este rollo, y por supuesto ir terminando antes de que me convierta en el primer usuario al que le cierran el blog por plasta. De modo que si tenéis ganas de completar esta entrada con más información, os dejo con un puñado de enlaces: muchos de ellos os conducirán a páginas donde se habla de la película, que por supuesto os recomiendo encarecidamente, es el caso de la página web oficial de Once, o del apartado que la película tiene en wikipedia (completísimo por cierto), o en Internet Movie Data Base, también conocido como IMDB, para aquellos que no sintonizáis con el idioma de la Pérfida Albión, podréis disfrutar de la magnífica reseña que en la página web de filmaffinity aparece en lengua culta. Por otro lado he querido recoger los enlaces al myspace y a la página web oficial de The Swell Season, el proyecto musical de Glen Hansard y Markéya Irglová, así como una videoentrevista hecha a la pareja con motivo del lanzamiento de la película Once. Y de premio dos vídeos, uno de ellos muestra una escena de la película, en la que se interpreta el tema "Lies", y el otro recoge a los dos músicos en el festival de Sundance 2007, interpretando el tema principal de Once, "Falling Slowly", en plena promoción de la película. Espero que os guste.




PÁGINA WEB OFICIAL DE ONCE

ONCE EN WIKIPEDIA

ONCE EN IMDB

ONCE EN FILMAFFINITY

THE SWELL SEASON. MYSPACE DE GLEN HANSARD Y MARKÉTA IRGLOVÁ

THE SWELL SEASON. PÁGINA WEB OFICIAL DE GLEN HANSARD Y MARKÉTA IRGLOVÁ

VIDEOENTREVISTA A GLEN HANSARD Y MARKÉTA IRGLOVÁ





ONCE- MUSIC FROM THE MOTION PICTURE

martes, 21 de julio de 2009

Una recomendación: Pájaro Jack


De vez en cuando ocurren cosas a través de esta bitácora que a uno le hacen recuperar la fe en el ser humano, y por supuesto le hacen darse cuenta de la utilidad y la vigencia de este medio de comunicación que es internet. Me explico: hace unos días al abrir mi correo electrónico me encontré con un mensaje de un seguidor de Rainy Day Music en el que me invitaba a escuchar el EP que había grabado con su banda, obviamente desconocía al grupo en cuestión y al remitente del mensaje, pero acepté gustoso la invitación, ya que se había hecho realidad uno de los objetivos de éste y de muchos otros blogs, poner en contacto a la gente con inquietudes similares, abriendo así una vía de comunicación a través de la cual podamos compartir experiencias y enriquecernos mutuamente de los conocimientos y de la sabiduría de todos aquellos que se acerquen a ésta, su casa. Sin duda he de agradecer a Jaime que me enviase ese mensaje, porque ha dado un paso más allá y ha abierto una brecha que espero tenga continuidad, con su gesto, Pájaro Jack ha trascendido los comentarios del blog, compartiendo con todos nosotros su proyecto artístico y haciéndonos partícipes del inicio de su aventura musical. Si alguno de vosotros, visitantes de Rainy Day Music, también tenéis una banda, cuyo sonido creéis que se ajusta a las coordenadas de este blog, no dudéis en poneros en contacto con nosotros, nos encantará conocer vuestra música y aprovecharemos esta diminuta ventana que nos ofrece el ciberespacio para daros a conocer al mayor número de personas posible.

Volviendo al mensaje de Jaime, tardé apenas unos segundos en pinchar el enlace a su myspace, donde pude disfrutar de los cinco temas que integran su primer EP, titulado "Las Luces". Me encontré con una banda joven, llena de buenas intenciones y con unas maneras más que aceptables, una banda bicéfala comandada por los cerebros de Jaime y Fran, amigos y residentes en Granada, dos tipos enganchados de por vida a la sencillez árida y descarnada de la música folk y del country, aquello que desde hace unos años se ha dado en llamar "Americana". La primera vez que escuché las canciones de Pájaro Jack me vinieron a la cabeza varios nombres: Wilco, The Jayhawks, Uncle Tupelo (Santísima Trinidad, amén), Calexico, Neutral Milk Hotel, Red House Painters, Buffalo Springfield, The Byrds, y en fin, un sonido próximo al de algunas bandas de folk de finales de los 60's y principios de los 70's, una coctelera que no resta personalidad a la propuesta de estos jóvenes granadinos. Me gustó mucho el hecho de que interpretasen sus temas en castellano, huyendo del esnobismo que impregna la escena independiente española, en la que el inglés muchas veces se utiliza para camuflar una más que evidente carencia de creatividad en asuntos relativos a la escritura, parte fundamental de cualquier buena canción que se precie. De este modo con unos cuantos "Oh Yeahs" y unos "C'mon Baby" más de una banda, de esas que son supuestamente respetadas y respetables, ha escrito un buen puñado de canciones que no pasarían la prueba de un comentario de texto para selectividad, Pájaro Jack en cambio se han lanzado a la piscina de la honestidad, que casi siempre esta vacía, sin miedo al qué dirán y han utilizado su lengua materna para las cinco canciones incluídas en "Las Luces", pero ese no es su único mérito. Este dúo de referencias ornitológicas ha conseguido un buen trabajo vocal, sin estar dotados de dos espectaculares vozarrones, Fran y Jaime han sabido sacar un buen partido a sus limitaciones y han sabido empastar sus voces a la perfección, una magnífica muestra de ello es el tema que da nombre a su EP, donde alternan protagonismo al frente del micrófono y juegan, sin resultar empalagosos, con unos coros bastante vistosos. Sin duda "Las Luces" es uno de los mejores temas de cuantos presenta Pájaro Jack en su primer trabajo, tanto las voces como la instrumentación dan una buena muestra de solvencia musical y sitúan a los granadinos en una situación privilegiada dentro del panorama folk de nuestro país, en el que, de seguir por este camino, están llamados a hacer algo importante. "Fuera del Juego" es un tema que se acerca al desierto estadounidense, a las áridas y polvorientas llanuras que han explorado algunas de las mejores bandas de los últimos diez años, el salvoconducto necesario para pasar a formar parte del selecto grupo de artistas que se encuadran dentro del rock de raíces. "Cosmética Platónica" es la canción más pop del EP, y personalmente me parece la más floja, no quiero decir con ello que sea un tema malo, simplemente da la ligera impresión de que desentona al lado de sus hermanos de "Las Luces", a pesar de ello también merece cierta atención. "Lo de Ayer" es un delicioso vals fruto de un enorme minimalismo instrumental y compositivo, un tema que también flirtea con el pop, pero con mayor fortuna que la canción que le precede, es el tema de mayor duración del EP y en él vuelve a destacar el trabajo vocal, austero y sin alardes, de Fran y Jaime. Y por último "Probabilidades", que es el tema que cierra el debut de Pájaro Jack, una canción que retoma los aires desérticos y fronterizos de "Fuera del Juego", un broche de oro que nos hace volver la vista atrás para ver las siluetas de Roger McGuinn o de Crosby, Stills & Nash, levantando una buena polvareda mientras cabalgan a lomos de sus guitarras eléctricas. Antes de dar por concluída esta entrada, veamos que cuentan estos granadinos de sí mismos a través de su myspace, os adelanto que son parcos en palabras:

"Después de un viaje por Portugal, acompañados de las guitarras y de la corta pero increíble discografía de Nick Drake, es cuando, movidos por nuestras ganas de hacer música y nuestra pasión por la música Folk, reunimos unas cuantas canciones y decidimos darle forma.

En Enero de 2009 grabamos en casa de Jaime cinco canciones con muy pocos recursos, y con la ayuda de Mario Fernández (Mafo) tocando las baterías. Pasa un tiempo hasta que, con Paul Grau, mezclamos las canciones en Gismo 7(Motril), y empezamos a buscar musicos para completar la banda.
"

¿A que os habéis quedado con ganas de saber más? pues no lo dudéis y visitad el myspace de Pájaro Jack, justo debajo de este párrafo encontraréis el enlace que solucionará vuestras dudas, además a través de su myspace podréis descargaros de manera totalmente gratuita el EP "Las Luces" y disfrutar así del buen oficio de estos jóvenes granadinos que prometen regalarnos magníficos momentos musicales, maneras no les faltan y desde luego tienen toda una vida por delante para conseguirlo, ojalá así sea. Espero que os guste.


MYSPACE DE PÁJARO JACK





jueves, 2 de julio de 2009

VV. AA.- Rainy Day Music presenta: Raindrops


He vuelto. Supongo que algunos me habrán echado de menos, al igual que otros me echarán de más, sea como fuere, después de un mes ajetreadísimo al fin consigo tomarme un respiro para cumplir con el compromiso que me une a vosotros a través de este blog. Dado que esta ausencia ha supuesto un punto y aparte (nunca un punto y final) retomaré mi discurso justo donde lo había dejado, que era ni más ni menos que en plenos fastos por el primer aniversario de Rainy Day Music. Como os comenté en la anterior entrada, cuando pensé en celebrar de una manera especial este primer año del blog, se me ocurrieron dos ideas, la primera: postear el disco que da nombre a esta bitácora, y la segunda: dar forma a un recopilatorio que sirviese de banda sonora para la ocasión. Pues bien, satisfecha la primera parte del plan, sólo me quedaba dar forma a la segunda, asunto que nos ocupa en este feliz regreso. Siempre me ha gustado grabar recopilatorios, recuerdo las cassettes grabadas para amigos con motivo de fiestas, cumpleaños, o simplemente por el mero placer de regalar, sin razón aparente; entendía la grabación de esos recopilatorios personalizados como un verdadero arte, tal y como le ocurre a Rob Gordon (John Cusack) en la película de Stephen Frears "Alta Fidelidad". De modo que vi un signo inequívoco de romanticismo en el hecho de dedicar a través de Rainy Day Music una de esas recopilaciones a todo aquel que estuviese interesado, al mismo tiempo me puse trascendente y me invadió la clásica trinidad metafísica: ¿Quién soy? ¿Adónde voy? ¿De dónde vengo? No sé muy bien que relación existe entre la filosofía de todo a cien y los recopilatorios personalizados, pero ambos conceptos se presentaron de la mano en el salón de mi casa, y sin darme derecho a réplica. Analizado el percal, y tras noches de insomnio y de vagas cavilaciones, tuve una visión: dedicaría el recopilatorio a los blogs que me habían inspirado a crear Rainy Day Music, sin duda alguna ellos son la razón de que yo esté aquí escribiendo estas plabras, si nunca me hubiese topado con ellos ahora no estaría aquí. Así que me puse manos a la obra y empecé a reunir canciones de diferentes blogs, de los cuales soy asiduo visitante desde hace tiempo; ésta me pareció una manera honesta y sincera de agradecerles todo cuanto me habían proporcionado a lo largo de estos años. Dicho y hecho.

De este modo he echado mano (sin permiso, así que espero que sepan perdonarme) de discos y canciones que he bajado de mis sitios favoritos, componiendo un disco doble al que he titulado "Raindrops" en un alarde falta de creatividad y de originalidad. Me siento en deuda con todos estos blogs y quiero que este homenaje sirva, no sólo para festejar el primer año de Rany Day Music, sino también la existencia de todas estas magníficas bitácoras que luchan contra viento y marea por difundir libremente la cultura musical, un trabajo que llevan a cabo de manera gratuita, sin obtener nada cambio, una tarea que deberían hacer los políticos y las plataformas oficiales, ante cuya pasividad es inevitable que surjan iniciativas, desde mi punto de vista, tan loables, como las que voy a enumerar. Cuando me senté a trabajar en el recopilatorio enseguida me vino a la cabeza un nombre: 1PocodMusica. Para mí, esta web, con su administrador, Emerad, al frente, supuso el principio de todo, me descubrió todo un mundo, me puso en contacto con gente maravillosa y me regaló, sin pedirme nada a cambio, horas y horas de diversión. Sin duda 1PocodMusica es un ejemplo de dedicación y de altruismo, puro amor por la música, ojalá cumpla muchos años. Acto seguido me acordé de un blog ya desaparecido, el Blue Music de Pep Sonic, auténtico caviar de beluga para los amantes del universo 60's en todas sus vertientes: garage, folk, psych, beat... Qué os voy a decir de Pep, pues que es uno de los mejores tipos que he conocido a través de la web, y que en materia musical le debo muchísimo, creo que he saqueado su colección de discos hasta un punto que roza la indecendia, Pep, amigo, jamás podré agradecerte toda tu generosidad, sigue currando a través de Trashsistors, eres un crack. Lo mismo puedo decir del señor Johnny Trashe, a quien conocí a través del difunto, nunca mejor dicho, Cementerio del Rock'n'Roll, una bitácora que me descubrió a un tipo excelente, un verdadero compañero de fatigas que me brindó la oportunidad de colaborar por primera vez en un blog, fue a través de Trashsistors y jamás podré agradecerle como se merece aquella complicidad y aquella confianza, keep on rockin', Johnny!. Un cuarto visitante ocupó mi mente, el señor Meurglys, otro verdadero erudito del ramo sesentero y setentero, quien a través del desaparecido Hippidetrippi nos obsequió con una cantidad ingente de discos y con una apasionada forma de ver el mundo, tan brillante como mordaz. Sin duda Hippidetrippi siempre estará en nuestra memoria, ahora In Slow Time le ha tomado el relevo, reconozco que estoy descolgado, pero desde aquí aprovecho para desear lo mejor para Meurglys y su blog. Otro blog por el que siento total devoción es PHROCK, cuya nómina de colaboradores recoge a verdaderos especialistas de la música de los 60's y 70's, una delicia para los sentidos en la que se da forma a un trabajo esmeradísimo donde la calidad prima sobre todas las cosas, gracias muchachos de PHROCK. Poco a poco los nombres de mis blogs favoritos se fueron agolpando en mi cabeza: Bienvenidos a la Monga! (qué grandes sois, compañeros), Días de Garage (un saludo, Pablo, siempre me dio envidia vuestro banner... ¡eres un monstruo del garage!), Las Galletas de María (un blog confortable lleno de amigos y buenas vibraciones, seguid así), Nosotros Somos los Muertos (auténticos estajanovistas sin prejuicios que hacen que sea casi imposible descargar todo lo que suben, si no los conocéis no dejéis pasar esta oportunidad), One Ray (exquisito y selecto, un saludo, Ray), P&C (recientemente tocados, pero no hundidos, esperamos ansiosamente vuestro regreso, un abrazo y ánimo, Paola y Charly), The Lake Band (un blog con el que me siento especilmen hermanado porque tiene una filosofía muy similar a la de Rainy Day Music, y gestionado por una gente verdaderamente encantadora, gracias por vuestro esfuerzo), todos estos y muchos más son los responsables de que sigan naciendo nuevos blogs, espacios de encuentro, lugares donde compartir inquietudes, creo que es justo darles las gracias por su trabajo y dedicarles un pequeño homenaje, no sé si estaré a la altura, pero creedme que lo hago de todo corazón.

¿Qué vais a encontrar en este recopilatorio? Pues pocas sorpresas, siento no ser muy original. Los dos discos están en la línea habitual de Rainy Day Music: música tranquila, donde prima la emoción y la emotividad, canciones que emanan nostalgia y melancolía. La mayoría de los temas pertenecen a discos que están disponibles en otros blogs, lamento no haber citado la procedencia de cada uno de ellos, pero en ocasiones me ha resultado imposible recordar el origen de algunas canciones. Otros temas en cambio son de cosecha propia, canciones que me gustan, que me parecen especialmente "lluviosas" y que he creído que estaría bien compartir con vosotros en este doble CD. A lo largo de "Raindrops" vais a encontraros con pinceladas de country, con dosis elevadas de folk, incluso de acid folk, con trazos de psicodelia, con brochazos de pop, con un aliño de chanson y con gotitas de powerpop; el eclecticismo marca de la casa. Por estos dos discos desfilan algunos viejos conocidos de Rainy Day Music, como M. Ward, con su magnífico tema "Chinese Translation", Josh Rouse, reinterpretando en formato acústico un tema de The Smiths incluído en los extras de la reedición de "Dressed Up Like Nebraska", Melingo o Pelle Carlberg, de quien he querido incluir un tema que pertenece a los extras de su último trabajo, "The Lilac Time", y en el que este sueco sin par relata una rocambolesca historia en la que se vio envuelto durante su gira por Malasia, donde los promotores del evento se negaron a colocar su apellido en el cartel al considerar que podía molestar a los patrocinadores, una marca de cervezas llamada Tiger Beer que no estaba muy de acuerdo en poner dinero para promocionar a alguien apellidado "Carlsberg". Como curiosidad podéis encontrar en el primer CD el grupo del gran dibujante de cómics Peter Bagge, The Action Suits, donde Peter toca la batería, en el CD 2 he incluído un temazo de Van Morrison, se trata de una versión de "Beside You" diferente, yo diría que incluso mejor, que la que figura en "Astral Weeks", desconozco de dónde ha salido este tema, que lleva años buceando en mi PC, así que si alguien está puesto en la vida y milagros del "León de Belfast" y me saca de esta duda le estaré eternamente agradecido. En "Raindrops" se dan cita además verdaderas rarezas musicales, obtenidas gracias a los blogs anteriormente citados, sobre todo tengo que agradecer a este respecto el material proporcionado por Meurglys, Pep y los integrantes de PHROCK, que surten a sus visitantes de verdaderos tesoros. Lamentablemente no tengo los conocimientos suficientes como para hablar de la mayoría de estos músicos, pero sólo tenéis que escuchar joyas como "Essex Queen" de A to Austr, "Patrice" de Simon Finn o "Forge Your Own Chains" de D.R. Hooker, para saber de lo que os hablo. Y en cuanto a mi toque personal, sin duda el más discutible de todos, he querido seguir la tónica general de este blog, dando cabida también a músicos de habla no inglesa, es el caso de Caetano Veloso o Michael Polnareff (no os perdáis "Petite Petite"), junto a músicos españoles como Santi Campos o Deluxe; también he querido recordar al tristemente desaparecido Sergio Algora, de cuya muerte pronto se cumplirá un año, incluyendo mi canción favorita de El Niño Gusano, "Pon tu Mente al Sol". Y en cuanto a los músicos en lengua bárbara, he seleccionado algunos temas muy conocidos, puede que a alguno le sorprendan, que me parecen tremendamente "lluviosos", es el caso de "I'll Be Your Mirror" de Nico con The Velvet Underground, o de "Everybody's Talking At Me" de Harry Nilson. Junto a ellos podréis disfrutar de bandas como The Essex Green y su temazo "Rabbit", o Andrew Bird, con el que es uno de los mejores temas del recopilatorio según mi opinión, "Plasticities", el pop marciano de Mercury Rev en el momento más psicótico de "Raindrops" con "Car Wash Hair (The Bee's Chasing Me)", los inspirados Herman Düne con su "Blinded", el singular Devendra Banhart con "Santa Maria da Feira", otro de los hits dementes y friquis del recopilatorio, o los geniales Teenage Fanclub interpretando "Norman 3". Todo ello da forma a este humilde homenaje con el quiero dar, una vez más, las gracias a los visitantes del blog, y en esta ocasión muy especialmente a todos los administradores, creadores y cerebros de esos blogs que tanto me han inspirado e influído, y sin los cuales jamás me habría decidido a crear Rainy Day Music; que nadie os llame piratas ni delincuentes, podéis estar orgullosos de vuestro trabajo, vosotros, más que nadie, demostráis día a día un amor desinteresado por la música, y eso nunca podrá ser un delito.

Os dejo, esta vez sin información extra, ni enlaces ni vídeos, pero con el deseo de que "Raindrops" pase a formar parte de vuestras vidas y se convierta en la digna banda sonora con la que celebrar este primer año de vida, así como muchas cosas más, porque este es un año en el que tenemos mucho que celebrar, y quienes me conocéis ya sabéis a que me refiero. Perdonadme, pero en cuanto al diseño gráfico ya veis que no soy un genio, de todas formas espero que os guste.


RAINDROPS CD 1


RAINDROPS CD 2

viernes, 15 de mayo de 2009

The Jayhawks- Rainy Day Music (Bonus CD Edition)


Es asombroso cómo pasa el tiempo, cómo todo envejece, incluídos nosotros mismos. Este mes Rainy Day Music cumple su primer año de existencia, el 19 de mayo de 2008 veía la luz la primera entrada de este blog, una bitácora que me ha regalado muchas alegrías. Mi intención siempre ha sido la de hacer de éste un sitio relajado, un humilde rincón en el que las prisas, los números y la vulgaridad no tuviesen cabida, para eso ya contamos con la vida cotidiana y su implacable ritmo. Hasta el momento, puedo decir que he visto cumplidas con creces todas mis expectativas, y sin duda todo ello se debe a vosotros, que estáis al otro lado de la pantalla compartiendo experiencias y soportando estoícamente mis interminables reseñas. Por todo ello, pensé que en el primer aniversario del blog debía hacer algo especial, algo encaminado a agradeceros vuestro apoyo y vuestra confianza a lo largo de estos 365 días de singladura, pero uno no siempre dispone del tiempo necesario, o en ocasiones se encuentra con una inspiración esquiva que decide ir a por tabaco para no regresar jamás. Finalmente he tenido que estructurar este singular programa de festejos en apenas unos días, y he tenido un par de ideas, probablemente una sea mala y la otra nefasta, pero estoy seguro de que sabréis perdonarme; y es que ya me lo decía mi madre desde bien pequeño, "hijo mío, lo dejas todo para el último día". En esta primera entrega del especial aniversario, he querido rendir homenaje a quienes me inspiraron el día que se me pasó por la cabeza crear este blog, me refiero a The Jayhawks, y quiero hacerlo, como no podía ser de otra manera, con el disco que me sirvió para bautizar esta bitácora, "Rainy Day Music".

The Jayhawks es el resultado del encuentro entre dos tipos con un talento fuera de lo común, dos genios de nuestro tiempo capaces de crear unas armonías vocales y unas composiciones que se han convertido por derecho propio en clásicos del r'n'r, me refiero, claro está, a Mark Olson y Gary Louris. Corre el año 1985 en la ciudad de Minneapolis cuando Mark Olson, que había militado en una banda de rockabilly llamada Stagger Lee, decide emprender su carrera en solitario, para así poder dar rienda suelta a su creatividad e interpretar sus propias composiciones. En su deseo de crear su propia banda, Olson recluta a Marc Perlman, un músico que tocaba la guitarra en una formación llamada The Neglecters, y poco más tarde se sube al tren el batería Norm Rogers. El trío comienza a dar conciertos, y en uno de ellos, se encuentra entre el público un joven músico de la escena local que había militado en formaciones como Schnauzer o Safety Last, se trata de Greg Louris, quien, impresionado por el sonido de los tres músicos de Minneapolis, entablará conversación con Mark Olson. Instantes más tarde, Greg Louris se convierte en miembro de la banda, que decidirá llamarse The Jayhawks. Olson y Louris se convierten en los cerebros de The Jayhawks, a ellos se debe la casi totalidad de los temas interpretados por la banda y juntos crecen como compositores, dando muestra de una simbiosis perfecta. Desde el principio The Jayhawks van a mostrar sus credenciales, dejando patente la procedencia de su sonido, cuyas melodías nos remiten a Neil Young, Bob Dylan, Gram Parsons, The Louvin Brothers, Tim Hardin, Buffalo Springfield o The Byrds, entre otros; un equipaje que es sinónimo de buen viaje. La formación se va asentando y los conciertos se suceden, poco a poco The Jayhawks se hacen un nombre en la escena local de Minneapolis y cuentan con un nutrido grupo de seguidores, todo ello espoleará al cuarteto a editar su primer disco en 1986, un trabajo homónimo de reducida tirada que dejará muy buen sabor de boca en público y crítica, pero que no llega a cuajar en las grandes discográficas. 1988 será un año de cambios para la banda, en primer lugar porque supondrá la marcha del batería Norm Rogers, que será reemplazado por Thad Spencer, y en segundo lugar porque obligará a The Jayhawks a tomarse un obligado descanso, debido a un accidente de tráfico que a punto estuvo de costarle la vida a Greg Louris. A pesar de ello, los responsables del sello Twin/Tone deciden editar las demos de la banda, que tras la debida producción verán la luz en 1989 bajo el título de "Blue Earth", para sorpresa de muchos, el disco se convierte en un pequeño éxito, consiguiendo que las canciones de The Jayhawks empiecen a sonar en las emisoras de varios estados y que lleguen a captar la atención de un sello potente. El éxito de "Blue Earth" coincide con el regreso a la banda de Greg Louris, recuperado de su grave accidente, y supondrá el inicio de una gira más ambiciosa, en la que se producirá un nuevo cambio en las baquetas, en este caso será Ken Callahan el encargado de sustituir a Thad Spencer.

Greg Drakoulias es un productor norteamericano de orígenes griegos que se interesará en la banda gracias a un capricho del destino. Un buen día Drakoulias se encuentra hablando por teléfono con los responsables del sello Twin/Tone y de fondo descubre una música que le atrapa instantaneamente, sin dudarlo pregunta a su interlocutor por esa banda que ha captado su atención y poco después decide ficharlos para el recién creado sello Def American (que más tarde sería rebautizado como American Recordings), una especie de escisión del sello, capitaneado por Rick Rubin y especializado en rap, Def Jam. "Hollywood Town Hall" sale al mercado en 1991 y es el disco que lo cambia todo, el album que supone el reconocimiento internacional de la banda, un trabajo en el que Greg Drakoulias sabe sacar lo mejor de The Jayhawks, y en el que Mark Olson y Gary Louris abandonan su crisálida de compositores prometedores y despliegan sus alas de genios, situándose a la cabeza de una generación comprometida con el rock de raíces y los sonidos hasta entonces proscritos entre la élite cultural norteamericana (y por ende europea), como por ejemplo el country. El disco se convierte en un generador de éxitos que no cesan de sonar en la radio, temas como "Waiting For The Sun", "Take Me With You (When You Go)" o "Settled Down Like Rain", aúpan a "Hollywood Town Hall" a la lista de lo mejor del año en casi todos los medios especializados. Al tercer disco de The Jayhawks le seguirá una intensa gira, en la que la banda fichará a la pianista Karen Grotberg, que pasará a engrosar las filas de los de Minneapolis. Con todo este exitoso bagaje, la banda se dispone a grabar un nuevo album, para el que contará de nuevo con los servicios de Greg Drakoulias, pero antes tendrá que hacer frente a un contratiempo, el abandono de su batería, Ken Callahan, que será sustituído por el músico de sesión Don Heffington, que se encargará de las baquetas en "Tomorrow the Green Grass", el cuarto disco de The Jayhawks. La fama que precede a Drakoulias no es precisamente buena, se le achaca un carácter que roza la tiranía, además de una meticulosidad y un perfeccionismo enfermizo, conocida es la trifulca ocurrida durante la grabación del disco de The Black Crowes, "Shake Your Money Maker", en el que músicos y productor llegaron a las manos; los planes del excéntrico productor para el cuarto disco de The Jayhawks eran realmente ambiciosos, hasta el punto de que la producción del disco fue realmente costosa. Si bien el disco fue un verdadero éxito, que contibuyó a afianzar a la banda fuera de los USA, la casa discográfica no quedó del todo satisfecha dados los elevados costes, la calidad del disco está fuera de todo tipo de dudas, algunos de los mejores clásicos de la banda figuran precisamente en "Tomorrow The Green Grass", pero "don Dinero" no entiende de calidad, sino de rentabilidad, fue entonces cuando Mark Olson vio la cara menos amable de este negocio.

Mark Olson había conocido poco antes de la grabación de "Tomorrow The Green Grass" a Victoria Williams, quien pasaría a ser su pareja sentimental, de hecho una de las canciones del cuarto disco de la banda lleva por título "Miss Williams' Guitar" en homenaje a la compositora (la historia de Mark Olson y Victoria Williams se contó aquí), y no tardarían en componer sus primeros temas juntos, formando poco más tarde The Original Harmony Ridge Creekdippers. Este nuevo proyecto, que fue ganando peso e importancia, junto a la dificultad que manifestaba Olson para digerir los aspectos menos lúdicos y creativos del negocio de la música y de la recién adquirida fama, motivaron su salida de The Jayhawks. Gary Louris se convertía ahora en el principal compositor de la banda, compartiendo formación con Perlman, Grotberg, y un nuevo batería, Tim O'Reagan, juntos conducirían a la banda a territorios más cercanos al pop en su siguiente disco, "Sound Of Lies", que vería la luz en el año 1997. En "Sound Of Lies" The Jayhawks abandonan al excéntrico Drakoulias, y consiguen un album muy meritorio, en el que, a pesar de acercarse a sonidos más accesibles, consiguen consolidar su estilo, a pesar de ello la ausencia de Olson tendrá mucho peso mediático y "The Sound of Lies" será injustamente infravalorado. Al mismo tiempo, Gary Louris y Marc Perlman se embarcan en otro proyecto, ya que pasan a engrosar las filas de Golden Smog, un supergrupo en activo desde finales de los 80's y por el que han pasado miembros de Wilco, como Jeff Tweedy, de Soul Asylum, es el caso de Dan Murphy y Dave Pirner, de The Replacements, representados por el batería Chris Mars, e incluso de Big Star, como Jody Stephens. Tres años más tarde, Karen Grotberg abandonará The Jayhawks, siendo sustituída por Jen Gunderman, y poco después verá la luz "Smile", el disco más heterodoxo de The Jayhawks, que supondrá además el debut del guitarrista Kraig Johnson. En 2002 se edita "Live From The Women's Club", un directo en forma de dos volúmenes que se vende en los conciertos de la banda a modo de bootleg oficial, y que servirá como aperitivo antes del lanzamiento del séptimo disco de estudio de The Jayhawks, "Rainy Day Music". El nuevo disco de la banda viene precedido por el fichaje de un nuevo guitarrista, ni más ni menos que Stephen McCarthy, que formó parte de los míticos Long Ryders, que sustituiría a Kraig Johnson, la inclusión de McCarthy en la banda tiene efectos muy positivos, supone la vuelta a las raíces de The Jayhawks y dota de una enorme calidad instrumental al nuevo trabajo de los de Minneapolis. "Rainy Day Music" suponía el cierre a una brillante carrera, que dejaba ante todo dos trabajos de primerísimo nivel, dos clásicos instantaneos del rock de los 90's, como son "Hollywood Town Hall" y "Tomorrow The Green Grass", los discos que contribuyeron a consagrar a la banda y que destaparon a dos compositores en estado de gracia, dos tipos dotados de un talento especial, Mark Olson y Gary Louris. Por su parte, Mark Olson disfrutaba de su regresión particular, dejando atrás el mundo de fama al que renunció y grabando unos discos de una calidad excepcional, abriendo caminos que llevaban mucho tiempo cerrados, dotando de prestigio al country y al folk estadounidense, y convirtiéndose en un ejemplo de honestidad. La ruptura de The Jayhawks fue muy dolorosa para todos sus seguidores, sobre todo después de un buen trabajo como "Rainy Day Music", pero en una época en la que las reuniones de viejas glorias parecen haberse puesto de moda (The Stooges, New York Dolls, The Police, etc.), pronto hubo quen fantaseó con un reencuentro entre Olson y Louris, algo que no tardaría en hacerse realidad. De este modo, durante el invierno de 2005 y la primavera de 2006, los dos compositores estuvieron girando juntos, poniendo en escena un show al que bautizaron "From The Jayhawks: An Evening with Mark Olson & Gary Louris, Together Again", hecho que coincidió con la separación de Mark Olson y su esposa, Victoria Williams. Lo que parecía ser una reunión tenporal, acabó tomando forma como proyecto definitivo, en septiembre de 2008 la formación original de The Jayhawks de 1995, se juntó para tocar en el festival Azkena Rock de Vitoria, y unos meses más tarde aparecería el disco "Ready for the Flood", firmado por Mark Olson y Gary Louris. A día de hoy, no sé si se puede afirmar que la banda sigue en activo, si bien no hace mucho los dos compositores se embarcaron en una ambiciosa gira que los trajo por nuestro país, sea como fuere, quedan para la posteridad sus trabajos, en los que se encierra la esencia del mejor rock de los 90's, aquel con el que dieron forma a un estilo que ha creado escuela, y con el que encabezaron una generación que arriesgó y apostó por la vuelta a las raíces, y cuyos principales representantes son, además de The Jayhawks, Wilco y Uncle Tupelo.

"Rainy Day Music" es un disco que supone la vuelta a los orígenes de The Jayhawks tras la marcha de Mark Olson y dos discos con resultados desiguales y con ambiciones más comerciales. A lo largo del séptimo disco de la banda se asoman clásicos como The Byrds, Crosby, Stills & Nash o Buffalo Springfield, componiendo una armoniosa amalgama de sonidos en la que country, folk, pop y r'n'r se dan la mano. Las canciones de corte folk, y con cierta querencia sixtie, conviven con temas cercanos al pop y de estribillo más contagioso que la gripe porcina, desvelando a un Gary Louris que realiza su trabajo más completo como compositor. El papel de McCarthy en "Rainy Day Music" es muy importante, siendo responsable del sonido cristalino de las guitarras, pero también hay que destacar la magnífica producción de Ethan Johns, o las colaboraciones de compañeros como Jakob Dylan, y sobre todo Matthew Sweet, quien compone e interpreta junto a Louris la magnífica "Stumbling Into The Dark", que sirve para abrir el disco. Las seis primeras canciones de "Rainy Day Music" son oro puro, es difícil quedarse con una de ellas, todo suena en su sitio, las voces empastan a la perfección y los estribillos tienen gancho, pero el séptimo tema, compuesto por Tim O'Reagan, supone una ruptura que hace perder enteros al disco, que parece caer en un extraño letargo del que se recupera gracias al noveno corte, "Angelyne", una inspirada canción de amor que nos hace recobrar la fe en Gary Louris, hasta el punto de pedir su beatificación. Hacia el final del disco nos encontramos con otra grata sorpresa, "Will I See You In Heaven", una canción firmada por Marc Perlman, un delicioso vals que pone el broche de oro al disco justo antes de que Matthew Sweet y Gary Louris nos vuelvan a deleitar con el reprise de "Stumbling Into The Dark". "Rainy Day Music" cuenta con una edición especial, que es precisamente la que se recoge en este blog, y que consta de dos discos, en el primero se puede encontrar el album íntegro, en su formato oficial, mientras que el segundo, titulado "Bonus", cuenta con seis temas que recogen demos del disco e interpretaciones de algunos éxitos de la banda en formato acústico, como "Waiting For The Sun", incluída en "Hollywood Town Hall".

Entre los extras de esta entrada os encontraréis con seis enlaces, el primero de ellos os conducirá al Myspace de la banda, el segundo recoge la principal página web de fans de The Jayhawks, un tercer enlace os llevará a Commonplace Streets, una página en castellano dedicada a los de Minneapolis, continuamos con dos especiales dedicados a la banda, uno en Indyrock, y el otro en Aloha Poprock, y por último una entrevista aparecida en Ultrasonica con motivo del lanzamiento de "Rainy Day Music". Este plato combinado contará además con una buena guarnición doble de vídeos, por un lado el videoclip oficial de "Blue", un temazo incluído en "Tomorrow The Green Grass", y por otro un vídeo en el que podréis disfrutar de una actuación en directo de The Jayhawks en el show de David Letterman interpretando "Save It For A Rainy Day", canción presente en el repertorio de "Rainy Day Music". Espero que os guste.




MYSPACE DE THE JAYHAWKS

PÁGINA DE FANS DE THE JAYHAWKS

COMMONPLACE STREETS

THE JAYHAWKS EN INDYROCK

THE JAYHAWKS EN ALOHA POPROCK

ENTREVISTA A THE JAYHAWKS EN ULTRASONICA




THE JAYHAWKS- RAINY DAY MUSIC

sábado, 25 de abril de 2009

Morphine- Cure For Pain (1993)


Tenía 16 años cuando decidí que quería formar una banda de rock'n'roll, para ello sólo debía superar un pequeño obstáculo: debía aprender a tocar un instrumento. No tardé en elegir la guitarra, siempre me había gustado su sonido, sus formas, e incluso tenía estudiadas las poses de aquellos guitarristas que más me gustaban. Un verano tomé prestada la guitarra de una buena amiga y empecé a rasgar sus cuerdas con verdadera vehemencia, era capaz de pasar tardes enteras intentando extraer algún sonido de aquel complejo instrumento, además descubrí que el hecho de sentarme a intentar desentrañar los profundos misterios de la guitarra española me relajaba, hecho que no debemos pasar por alto en un momento tan complejo y agitado de la vida como es la adolescencia. Pasaban los meses y mi carrera como guitarrista apenas experimentaba mejorías, seguía sin saber cómo debía colocar los dedos, desconocía si el instrumento estaba afinado o no, y lo peor de todo, me había cargado dos cuerdas; eso sí, mis poses ante el espejo de la habitación de mis padres habían mejorado notablemente, no es lo mismo posar con una vieja raqueta de tenis que hacerlo con una guitarra auténtica, por muy desvencijada que esté. A pesar de que todos esos contratiempos me remitían a mi frustrante relación con la música, que comenzó a los ocho años cuando fui incapaz de aprender solfeo, estaba muy contento de tener un instrumento, yo me consideraba un guitarrista en ciernes, y vivía convencido de que en poco tiempo la guitarra no tendría secretos para mí. Un buen día una nueva cuerda se desgarró, quedando sólo tres cuerdas de las seis que componen este noble instrumento, entonces, como por arte de magia aquella guitarra empezó a sonar bien, quiero decir que a mí me sonaba bien. Era capaz de interpretar, a mi manera, canciones de otros desplazando mis dedos adolescentes por las tres cuerdas, e incluso empecé a crear mis propias canciones, burlándome de los acordes tradicionales, de la métrica y de la armonía, entonces me hice una pregunta: ¿por qué no se podía tocar la guitarra sólo con tres cuerdas? Unos días más tarde, estaba escuchando la radio y la voz del locutor captó mi atención, hablaba de una banda formada por tres tipos en la que no había guitarras, sólo batería, bajo y saxo, aquel melómano visionario pregonaba las grandezas de esta nueva formación y entre sus peculiaridades citaba que su bajista le había extirpado dos cuerdas a su instrumento, aquella banda era Morphine y aquel heterodoxo bajista era Mark Sandman; sin duda me había encontrado con mi alma gemela.

Decir Morphine es decir Mark Sandman, es un ejemplo típico de cantante o "frontman", como dicen los anglosajones, que fagocita al resto de la banda. La personalidad de Sandman, su azarosa existencia, y sobre todo su trágico final, han dado forma a una de las principales figuras de culto de la música en los últimos 25 años. Poco se sabe de los primeros años de vida de Mark Sandman, salvo que nace en 1952 y que tras finalizar sus estudios universitarios comienza a trabajar en un barco pesquero. Será a mediados de los años ochenta cuando comience la documentada relación de Sandman con el mundo de la música, durante esa etapa se afinca en Boston y entra a formar parte de una banda denominada Treat Her Right, una formación de raíces blues y con regusto punk, Sandman tocará la guitarra y coincidirá con un futuro miembro de Morphine, el batería Billy Conway. A lo largo de sus cinco años de existencia la banda consigue alumbrar tres discos de estudio y cosechar algún que otro éxito de repercusión local, al mismo tiempo, Sandman actúa de manera anárquica e independiente, colaborando con numerosos músicos, además de liderar nuevos proyectos, como Treat Her Orange, Supergroup, y sobre todo Hypnosonics; uno de esos proyectos tomará forma en 1990 bajo el nombre de Morphine. Sandman contará con los saxos de Dana Colley, que procedía de otra banda llamada Three Colors, y con las baquetas de Jerome Dupree en la primera formación de Morphine, desde el principio se muestran como una banda diferente, con una propuesta musical arriesgada y valiente: una batería, un saxo y un bajo, personalizado por Sandman y tocado con slide, nada más. El resultado de este experimento será un sonido áspero, grave, pero tremendamente seductor, una mezcla de jazz, con graves líneas de bajo que recuerdan al funk, y blues pantanoso, con unas letras cercanas a la literatura beatnik, cargadas de poesía sucia, que aluden a experiencias con psicotrópicos y a situaciones tormentosas, interpretadas por la voz cavernosa de un Mark Sandman en estado de gracia; el eslabón perdido entre Iggy Pop y Nick Cave. De este modo, Morphine debuta en 1991 con un disco titulado "Good", como curiosidad hay que señalar que a mitad de la grabación del primer álbum de la banda se produce un cambio de batería, y Billy Conway, con quien Sandman había coincidido en Treat Her Right, pasará a hacerse cargo de las baquetas. "Good" ve la luz en el sello independiente Accurate / Distortion (más tarde sería reeditado en Rykodisc, en 1992) y sorprende a propios y a extraños, nadie había oído algo parecido, su refrescante originalidad le allana el terreno y le hace un hueco en casi todas las emisoras de radio, las críticas de la prensa especializada se deshacen en elogios hacia el debut de Morphine y pronto llegará el contrato con Rykodisc.

En 1993 Morphine graba su segundo trabajo, "Cure For Pain", el disco que contribuirá a consagrar al trío de Boston, una de las obras maestras de la música en estos últimos años. El éxito de "Cure For Pain" será tremendo, Morphine se convierte en la banda de moda, constantes apariciones en la televisión, vídeos en la MTV, y en plena efervescencia de los festivales de verano, serán objeto de deseo de todos los promotores de conciertos. La salida del disco lleva aparejada una intensa promoción y una interminable gira por Europa, finalmente se venden 300.000 copias del "Cure For Pain", unas cifras apabullantes para un sello como Rykodisc y para una banda tan personal e inclasificable como la de Boston. "Yes" será el sucesor de "Cure For Pain", un disco esperadísimo por la crítica internacional que había quedado atrapada por la hechizo hipnotizador del segundo disco de Morphine, corre el año 1995 y la banda ya se encuentra plenamente afianzada en la escena mundial. Con su tercer álbum la banda de Boston busca un sonido más accesible, pero sin perder la marcada personalidad de la que hacían gala sus predecesores, la propuesta sigue siendo la misma, aunque con matices que contribuyen a suavizarla para hacerla menos indigesta ante la maquinaria del mainstream; se trata de un disco lleno de instantes brillantes, aunque un peldaño por debajo de "Cure For Pain". Dreamworks (sello que más tarde sería comprado por Universal) echa sus redes sobre Morphine y en el año 1997 edita su cuarto disco de estudio, "Like Swimming", Sandman y los suyos no parecen sentirse del todo a gusto trabajando para una potente discográfica y firman su disco más flojo, no se trata de un disco malo, pero evidentemente pierde enteros si lo comparamos con trabajos de la talla de "Cure For Pain" o "Yes". Los temas del cuarto disco de Morphine han perdido la intensidad de la que hacían gala los mejores temas de sus anteriores discos, la fórmula, aunque sigue convenciendo, ha dejado de resultar original e incluso parece generar cierto hastío en sus creadores. Sandman es consciente de que la banda necesita dar un paso más allá, que necesitan dar forma a un disco que esté, como mínimo, a la altura de "Cure For Pain" y que suponga un punto de inflexión en la carrera de Morphine, de modo que se embarca en un proceso creativo de enorme intensidad que hará mella en la salud del bajista y cantante. También en 1997, Rykodisc aprovecha para apurar las migajas del pastel de Morphine, sacando al mercado un disco que recoge las caras B's y rarezas que la banda creó bajo su auspicio, su título "B-Sides & Otherwise". A comienzos de 1999 Morphine se encierra en el estudio para grabar su quinto disco, Jerome Dupree regresa a la banda, pero no lo hace para suplir a nadie, sino para enriquecer a la formación, que pasará así a contar con cuatro miembros. Sandman sigue perfeccionando los temas del último disco, al que deciden llamar "The Night", al mismo tiempo que comienza una intensa gira para la banda que les llevará, entre otros países, a Italia. El 3 de julio de 1999, Morphine toca en directo en los "Giardini del Príncipe" en Palestrina, a escasos kilómetros de Roma, en el festival Nel Nome del Rock, en medio de la actuación, y ante el estupor de todos los presentes, Mark Sandman se desploma, instantes más tarde fallece de ataque al corazón, tenía 47 años.

Aquella noche todo cambió, el pasado, el presente y el futuro de Morphine se fueron al traste como un castillo de naipes. La conmoción en la escena musical internacional fue absoluta, Sandman, azote de los críticos y periodistas por su difícil carácter en las entrevistas, había fallecido en lo más álgido de su carrera, justo cuando había colocado a Morphine entre los grandes de finales de los años noventa y cuando había dado forma a un nuevo disco, del que se sentía muy orgulloso. En ese momento Morphine se disuelve, ya no tenía sentido continuar sin la persona que había liderado este proyecto desde su nacimiento, aquel que era responsable de la práctica totalidad de los temas de la banda, un artista diferente y carismático con una personalidad única. Con la llegada de la nueva centuria, Dreamworks decide editar el disco póstumo de Morphine, el testamento sonoro de Mark Sandman, de este modo "The Night" verá la luz en 2000, al mismo tiempo que Rykodisc pone en el mercado un directo oficial de la banda, titulado "Bootleg Detroit", ¿casualidad u oportunismo? Sea como fuere, Colley y Conway se embarcan en nuevos proyectos, el primero de ellos será Orchestra Morphine, con el que junto a varios amigos de Sandman contribuyen a mantener vivo el espíritu del desaparecido músico, y sobre todo a sentar las bases del Mark Sandman Music Education Fund, creado en apoyo al sistema público de enseñanza musical de Cambridge, Massachussets. Otro proyecto que ha intentado retomar la propuesta de Morphine ha sido Twinemen, que cuenta con Colley, Conway y Laurie Sargent, además los dos componentes de Morphine han creado un sello llamado Hi-n-Dry, en el que han editado una caja bajo el título "Sandbox", que contiene material grabado por Mark Sandman, entrevistas, actuaciones en directo, etc. En 2006 Dana Colley formó la banda A.K.A.C.O.D., con quienes ha grabado un disco en 2008 titulado "Happiness".

"Cure For Pain" es la piedra angular de la propuesta musical de Morphine, su disco más brillante. Es un álbum que te atrapa desde el primer tema, un disco que te engulle sin que puedas remediarlo y te sumerge en un mundo desconocido, donde los instrumentos han mutado y no suenan como solían hacerlo, y los cantantes tienen una extraña e hipnótica voz, a medio camino entre un crooner y un actor de doblaje. ¿A qué demonios suena Morphine? es complicado describirlo, en cierta ocasión un crítico musical le preguntó a Sandman qué tipo de música hacía la banda, el enigmático cantante afirmó: "low rock". Objetivamente podríamos afirmar que el ideario musical de Mark Sandman bebe del jazz y del blues fundamentalmente, aunque sin desdeñar aspectos del rock'n'roll más clásico, el rock independiente americano de los años ochenta, la psicodelia e incluso el funk. Lo que hace verdaderamente único el sonido de Morphine es su bajo, instrumento omnipresente en todos los temas de la banda, el bajo de Sandman es un instrumento de fabricación casera, se trata de un bajo eléctrico despojado de dos de sus cuerdas, las dos existentes están tensadas de manera que emiten la misma nota, y la mayoría de las notas están ejecutadas con un slide, el resultado es lo que el propio Sandman define como "two-string slide bass". Uno de los momentos más brillantes del "two-string slide bass" es el comienzo del tema "Buena", incluido en "Cure For Pain", una de las mejores composiciones de Sandman. Pero el segundo disco de Morphine cuenta con otros grandes momentos, con temas como "I'm Free Now", "All Wrong", "Candy", "Let's Take A Trip Together", o "Sheila", por citar alguno de los clasicos que componen este disco. Las atmósferas que son capaces de crear Sandman con su bajo y Colley con su saxo son sorprendentes, caminan constantemente por el filo de la navaja, nos sugieren ambientes ácidos donde se desatan las más bajas pasiones, y al mismo tiempo nos transmiten una melancolía encubierta, fruto del placer que en ocasiones obtenemos cuando lamemos nuestras propias heridas. Siempre se ha establecido una evidente analogía entre las letras que Sandman escribe para Morphine y la literatura de la generación beat, este hecho se hace patente cuando escuchamos las canciones de la banda, en las que el sexo, las drogas y el rechazo a un modo de vida convencional, entroncado con el "american way of life", es más que evidente; las letras de Sandman son poéticas y sucias al mismo tiempo, evocadoras y oscuras, seductoras y crueles, son, en suma, el complemento perfecto a la música de Morphine. "Cure For Pain" es el gran disco de Morphine, el trabajo en el que encontramos a un trío que funciona como una maquinaria perfectamente engrasada, hasta el punto de que en ocasiones nos cuesta creer que en algunas canciones sólo intervengan tres músicos, es un album en el que se percibe perfectamente la libertad creativa de unos músicos que se encuentran en su mejor momento, un disco con pasajes innovadores que permanecerá para siempre entre las grandes grabaciones del siglo XX.

Es evidente que "Cure For Pain" es un disco que no guarda muchas similitudes sonoras con los álbumes que suelen asomarse por este blog, es una grabación dura, densa, áspera, pero tampoco todos los días de lluvia son iguales, de modo que he querido ver en Morphine el vigor de la tormenta y la inquietud provocada por sus poderosos rayos y truenos; quizás me equivoque, pero pienso que "Cure For Pain" es un disco perfecto para disfrutar de las repentinas tormentas de verano. En cuanto a los extras, he seleccionado cuatro enlaces, el primero de ellos a una completa biografía de Mark Sandman aparecida en The Boston Phoenix, en cuanto al segundo link, os conducirá a una página web dedicada a Morphine llamada The Other Side (que toma su nombre de un tema de la banda incluído en su primer disco, "Good"), he querido completar los enlaces con una entrevista realizada a la banda en Mondosonoro, y por último con un fantástico, y recomendadísimo, especia que Ruta 66 dedicó al trío de Boston en octubre de 1999. En cuanto al vídeo, me he decantado por una actuación en directo de Morphine para la televisión francesa, en la que interpretan dos temas, "All Wrong", incluido en "Cure For Pain", y "Whisper", de su tercer disco, "Yes". Espero que os guste.



BIOGRAFÍA DE MARK SANDMAN EN THE BOSTON PHOENIX

THE OTHER SIDE

ENTREVISTA A MORPHINE EN MONDOSONORO

ESPECIAL MORPHINE EN RUTA 66




MORPHINE- CURE FOR PAIN

sábado, 18 de abril de 2009

The Decemberists- Castaways and Cutouts (2002)


No hay melodrama más intenso que la propia vida, una sorprendente película repleta de giros inesperados y con la colaboración de numerosos invitados especiales, muchos de los cuales no aparecen siquiera en el guión. Nuestras respectivas existencias están trufadas de sorpresas que nos hacen pasar inesperadamente de la euforia al llanto, de momentos carentes de interés pero llenos de tensión emocional, que parecen extraídos de un film de autor, y de instantes en los que uno es incapaz de entender nada, como si estuviéramos viendo una película subtitulada en armenio. Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha buscado inspiración en el dramatismo inherente a la condición humana, de este modo han nacido grandes obras de arte que han pasado a los anales de la literatura, de la pintura, de la danza, del cine, y por supuesto de la música. Los creadores más sensibles han sabido interpretar el lirismo propio del melodrama humano para transformarlo en auténtica poesía, de este modo, a lo largo de la historia existen composiciones musicales capaces de emocionarnos, canciones con el poder de transmitir sensaciones comunes a todos los mamíferos humanos, espejos en los que mirarnos en momentos delicados. La música pop no ha sido ajena a este fenómeno y cuenta a lo largo de su historia con un sin fin de intérpretes y bandas que han hecho del melodrama su principal fuente de inspiración, precisamente hoy visita este humilde blog una de las bandas que mejor ha sabido interpretar el melodrama en los últimos años, The Decemberists.

The Decemberists comienzan a tomar forma en el año 2000, cuando su líder Colin Meloy abandona Montana, donde dejará a la que por entonces era su banda, Tarkio, y se traslada a Portland. Allí conocerá a Nate Query, quien a su vez le presentará a Jenny Conlee, dos espíritus inquietos que conectarán a la perfección con el carácter de Meloy, juntos comienzan a idear proyectos y a perpetrar excentricidades, entre las que destaca el rodaje de una película muda. Colin Meloy no abandona su carrera musical y también se dedica a ofrecer conciertos en Portland, en uno de ellos conoce a Chris Funk, fan de la antigua banda de Meloy. Estos nombres, junto al de Ezra Holbrook, que tocará la batería, compondrán la primera formación de The Decemberists; de este modo, Nate Query se encargará del bajo, Jenny Conlee estará al frente de los teclados y del acordeón, Chris Funk será el guitarrista, entre otros menesteres, y por último Colin Meloy llevará la voz cantante y se encargará de componer las canciones. A la hora de buscar un nombre, el quinteto deja entrever su querencia por la historia y se inspiran en la denominada "Revuelta Decembrista", que tuvo lugar en la Rusia Imperial de 1825; precisamente la historia y el melodrama serán los dos grandes protagonistas de las composiciones de Colin Meloy. En 2001 The Decemberists deciden actuar al más puro estilo Juan Palomo, haciendo suya la máxima de "yo me lo guiso, yo me lo como", es decir, que se autoproducen su primer trabajo, sus miras no son excesivamente ambiciosas y la banda se cocina un EP, al que darán el título de "5 Songs", un trabajo que paradójicamente estará compuesto por seis temas y que grabarán en poco más de dos horas. La original combinación de ritmos y sonidos de la banda impactará de forma muy positiva en los críticos y en los responsables de las radios locales, poco a poco esa mezcla de cabaret, música portuaria, folk y pop de cámara, irá llamando la atención de más y más personas, hasta crear una pequeña legión de seguidores que se dejarán seducir por el atractivo cóctel sonoro que propone The Decemberists. En 2002 verá la luz el primer larga duración de la banda, titulado "Castaways And Cutouts", que supondrá la confirmación de todas las virtudes apuntadas en su EP de debut. Ese mismo año, la banda ficha por el sello Kill Rock Stars, que reeditará "Castaways and Cutouts"y producirá dos trabajos más de The Decemberists. En el año 2003 Rachel Blumberg se suma a la banda para hacerse cargo de los teclados, su llegada coincide con la grabación del segundo LP de The Decemberists, titulado "Her Majesty", un disco en el que mantienen su personal propuesta musical, a base de evocadoras letras, cargadas de lirismo y de capacidad narrativa, acompañadas de ritmos que nos acercan tanto al music hall como al pop de pata negra.

Corre el año 2004 y The Decemberists deciden ir calentando motores antes de sacar a la calle su tercer disco, y lo harán grabando un EP titulado "The Tain", compuesto por cinco temas y cuyo título se inspira en un poema medieval irlandés . En 2005 llega el ansiado LP, que verá la luz con el título de "Picaresque", un disco que será muy bien recibido a pesar de que no se trata de su mejor trabajo. La banda se convertirá además en la primera formación musical en distribuir vía BitTorrent un vídeo musical, el autoproducido "16 Military Wives", tema incluido en este tercer trabajo, lo que demuestra el interés de The Decemberists por las nuevas vías de promoción y difusión que abre internet. "Picaresque" mantiene el buen tono general de sus predecesores, aunque en algunos momentos suena peligrosamente parecido a alguna de las bandas con las que siempre les han comparado, de este modo la alargada sombra de Belle and Sebastian, R.E.M. o los injustamente infravalorados Neutral Milk Hotel, sobrevuela a lo largo de algunas canciones, tal vez fruto de un inocente intento por abrirse a un público mayoritario o quizás simplemente fruto de la casualidad, que cada uno juzgue según su criterio. Sea como fuere la buena reputación de la banda y la calidad de sus primeros trabajos hizo que un sello grande, de repercusión internacional, se fijara en The Decemberists y acabara echando sus redes sobre los muchachos de Portland. El siguiente trabajo de The Decemberists verá la luz con Capitol y se titulará "The Crane Wife", no sólo significará el cambio de sello sino que además implicará un pequeño retoque en la formación, ya que coincide con la salida de Ezra Holbrook y la llegada de John Moen, que pasará a ser el titular de las baquetas de la banda. "The Crane Wife", o "La Esposa Grulla" para los que no hablan lenguas bárbaras, toma su nombre directamente de un cuento popular japonés, y para quien escribe estas líneas, es el disco más flojo de la banda, y no precisamente porque su sonido resulte previsible o comercial a raíz de su contrato con una multinacional, sino porque se acerca a postulados más cercanos al rock progresivo, perdiendo así la frescura que emanaba de las composiciones más portuarias y taberneras de The Decemberists. Aún con todo, "The Crane Wife" es un disco muy recomendable, de digestión más pesada que la de sus predecesores, una grabación ambiciosa que contará con colaboraciones de calidad, como la de la cantautora de Seattle Laura Veirs; se trata del trabajo que consagró definitivamente a la banda de Portland a todos los niveles, un LP que se coló en todas las listas de lo mejor del año en 2006. El éxito acarreará giras interminables, apariciones en los principales shows de la TV estadounidense, e incluso el apoyo público a la campaña del, por entonces, candidato a presidente Barack Obama. Afortunadamente este año la banda ha regresado a los estudios de grabación para dar forma a su, hasta la fecha, último album, "The Hazards Of Love", un trabajo que acaba de cumplir tan sólo un mes de edad y del que lamentablemente no puedo decir nada porque todavía no lo he escuchado. Es evidente que es un disco muy esperado y que gozará de un recibimiento espectacular a lo largo de los siguientes meses, todo apunta a que The Decemberists han retomado la senda de la inspiración folk que tan buenos resultados les había dado en sus tres primeros trabajos. Entre tanto la banda ha editado varios singles y EP's, e incluso su líder, Colin Meloy, ha encontrado tiempo para debutar en solitario, grabando varios EP's en los que se atreve con versiones de Morrisey o de Sam Cooke, entre otros, y en los que cuenta con la colaboración de artistas como Laura Veirs, a la que casi se puede considerar una "decembrista" a tiempo parcial.

"Castaways and Cutouts" es uno de los mejores discos de The Decemberists y podríamos decir que es el manifiesto fundacional de sus intenciones sonoras. En el primer disco de la banda de Portland se dan cita todos los parámetros musicales que en adelante manejarán The Decemberists, que son aquellos que habían asomado en el EP "5 Songs"; un gran sentido teatral, tanto en la interpretación como en las propias letras de las canciones, una querencia no disimulada por el melodrama y por géneros como el music hall o el cabaret, la influencia del folk de finales de los sesenta y principios de los setenta, y un evidente gusto por el pop de cámara. Todo ello conforma una personal amalgama en la que conviven los ambientes refinados del pop cuidado y trabajado con las atmósferas inquietantes de los bajos fondos, escenas de puertos y prostíbulos que nos vienen a la imaginación cada vez que oímos el acordeón de Jenny Conlee o prestamos atención a las esmeradas letras de Colin Meloy. The Decemberists es una banda que cuida su imagen de manera escrupulosa, en sus fotos promocionales suelen aparecer con trajes que parecen sacados de finales del siglo XIX o principios del XX, también se visten con casacas militares inspiradas en la Guerra de Sucesión, y además de todo esto, son una formación que pone un celo especial en el diseño de sus discos, algo que todos aquellos que seguimos comprando música original agradecemos sobremanera. La encargada del diseño en los albumes de The Decemberists no es otra que Carson Ellis, la esposa del líder de la banda, Colin Meloy, una fantástica diseñadora de Portland que ha trabajado también para otras bandas, como Weezer, y aportando sus ilustraciones a una buena cantidad de libros. "Castaways and Cutouts" es un album maravilloso, tremendamente evocador, tanto en sus sonidos como en sus letras, una auténtica experiencia por la que desfilan desde gitanos españoles hasta prostitutas turcas, un disco con una producción exquisita donde casa instrumento está en su lugar idóneo, un trabajo en el que no sobra, ni falta, absolutamente nada. El primer larga duración de The Decemberists cuenta con momentos tremendamente emotivos, reflejados en temas como "Here I Dreamt I Was An Architect" o "Grace Cathedral Hill", conmovedoras baladas como "Cocoon" o "Clementine", composiciones de ambiente cabaretero como "A Cautionary Song" o "The Legionnaire's Lament", dos temas donde el acordeón tiene un papel fundamental, y sobre todo contiene una joya de casi diez minutos de duración que navega entre la psicodelia, el acid folk y el pop barroco, y que se titula "California One Youth and Beauty Brigade"; todo ello da forma a un disco que debería figurar por méritos propios entre lo mejor de los últimos 10 años.

Entre los extras de esta entrada encontraréis un buen número de enlaces, por supuesto aparecen la página web oficial de la banda, así como su myspace, también he querido incluir dos entrevistas realizadas a The Decemberists, una de ellas en español para la página web Ultrasónica, y la otra en la lengua de los hijos de la Gran Bretaña para Pitchfork. Y por último la joya de los enlaces, un link al apartado que The Decemberists tienen en la página web de la NPR, donde, además de información, podréis disfrutar de varios directos de la banda, no os lo perdáis. Como siempre, he querido completar la entrada con un par de vídeos, en este caso me he decantado por una fantástica interpretación del tema "The Mariner's Revenge Song", incluído en el disco "Picaresque", una auténtica maravilla que debería enseñarse en todos los colegios del mundo, públicos y privados, y lo he acompañado del vídeoclip de "Here I Dreamt I Was An Architect", canción que figura precisamente en "Castaways and Cutouts". Espero que os guste.




PÁGINA WEB OFICIAL DE THE DECEMBERISTS

MYSPACE DE THE DECEMBERISTS

ENTREVISTA A COLIN MELOY EN ULTRASONICA

ENTREVISTA A THE DECEMBERISTS EN PITCHFORK

THE DECEMBERISTS EN NPR




THE DECEMBERISTS- CASTAWAYS AND CUTOUTS

jueves, 2 de abril de 2009

Claudine Longet- Cuddle Up With... The Complete Barnaby Records Sessions 1970 / 1974 (2003)


La primera vez que fui consciente de la existencia de los años sesenta tuvo lugar cuando vi, a la tierna edad de 10 años, "El Guateque" ("The Party" para los no hispanohablantes). Recuerdo aquella tarde de sábado frente al televisor siguiendo las desventuras de Hrundi V. Bakshi, hipnotizado por los colores de la película de Blake Edwards, sorprendido ante las ropas y los peinados, tan diferentes a los de la década en que me había tocado vivir, unos años ochenta crueles y despiadados que hicieron del exceso y del mal gusto su santo y seña. Ese día descubrí lo que para mucha gente significaba aquella década, para mí remota, casi perdida en el tiempo, y sobre todo descubrí que te podía doler el estómago de tanto reír. Con el tiempo "El Guateque" se convirtió en una de mis películas favoritas, pero curiosamente me resistía a volver a verla, me daba miedo enfrentarme a un recuerdo tan bueno, por otro lado, mi interés por los años sesenta comenzó a aflorar desde el punto de vista musical, gracias a la colección de singles de mi padre; fue así como conocí a The Kinks, The Monkees, The Music Explosion, The Left Banke o a Los Salvajes, todos ellos se convertirían en eternos compañeros de viaje. Inevitablemente llegó el día en que me enfrenté de nuevo a mi recuerdo de "El Guateque", para entonces ya era un adolescente en plena crisis emocional y existencial, y allí me encontré con ella. En mi recuerdo infantil de la película de Blake Edwards el protagonista absoluto era Peter Sellers, pero de repente mis desatadas hormonas de quinceañero sólo tenían ojos para Claudine Longet, pura inocencia sensual al servicio del séptimo arte. Así fue como me enamoré de Claudine Longet, o más bien de Michele Monet, que era como se llamaba el personaje que protagonizaba en la mencionada película, de hecho la escena que hizo aflorar mi líbido adolescente mostraba a Claudine, o Michele como se prefiera, guitarra en mano, interpretando para los invitados de la fiesta una canción con aires de bossa nova, al mismo tiempo que el pobre Hrundi, en segundo plano, se esforzaba por aguantarse unas terribles ganas de descargar su vejiga.

Claudine Longet nace el 29 de enero de 1942 en París, enseguida pronuncia esa frase que toda madre tiene pavor a escuchar: "mamá, quiero ser artista", y con tan sólo 18 años decide mudarse a los Estados Unidos de América en busca de fortuna. Poseedora de una belleza delicada y sofisticada, la joven Claudine encuentra trabajo como bailarina principal en el show del Folies Bergere en Las Vegas, donde conocerá al que se convertirá en su esposo, el crooner Andy Williams. En 1961 suenan campanas de boda para Claudine Longet, su prometido se encuentra en la cima de su popularidad, y los 14 años de diferencia existentes entre ambos provocan más de un recelo entre los seguidores de Andy, la joven bailarina decide aparcar su carrera y dedicarse a formar una familia. Tras un período en el que Claudine ejerce de perfecta madre y ama de casa, entre 1963 y 1964 llegarán las primeras oportunidades para que la bella parisina se asome a la pequeña pantalla, y lo hará apareciendo como estrella invitada en varias series, entre ellas: "Combat!", "Hogan's Heroes", "Run For Your Life" y "The Rat Patrol", al mismo tiempo, y como era de esperar, Claudine aparecerá de manera intermitente en el programa de su marido, "The Andy Williams Show". En 1966 se le abre la puerta de la música y se le ofrece un contrato con A&M Records, a pesar de sus evidentes limitaciones vocales Claudine no lo desaprovecha y graba su primer single, "Meditation", que se convertirá en un pequeño éxito. Un año más tarde verá la luz su primer larga duración, titulado "Claudine", un disco íntegro de versiones en el que con su sensual y susurrante voz reinventa alguno de los temas originales, dotándoles de unos matices inexistentes en las interpretaciones de sus creadores. El acento francés y la estética de Claudine se convierten en su peculiar seña de identidad, tiene el exotismo de algunas estrellas del pop francófono, pero sin el transgresor componente erótico que tanto asusta a la mojigata sociedad yanqui. A lo largo del primer LP de Claudine Longet suenan versiones de The Beatles, "Here, There and Everywhere", o de Vinicius de Moraes y Tom Jobim, "A Felicidade", aparecen hits como "My Guy", que fue compuesta en 1964 por Smokey Robinson para Mary Wells, o incluso el tema principal de la banda sonora de "Un Hombre y Una mujer" ("Un Homme et Une Femme"); ese será el estilo de Claudine Longet, eclecticismo pop con muy buen gusto. También en 1967 verá la luz su segundo LP, que tomará su título de un célebre tema de Burt Bacharach, "The Look Of Love", de nuevo esa amalgama de pop sofisticado, jazz suave y bossa nova dará sus frutos gracias a unos buenos arreglos y a una magnífica producción. La popularidad de Claudine Longet crece como la espuma gracias a sus apariciones en la poderosísima televisión y a sus dos primeros discos, y en 1968 alcanzará su cima gracias a la grabación del que es posiblemente su mejor disco, "Colours", y a su papel en la película de Blake Edwards, "El Guateque".

En 1970 Claudine Longet edita su cuarto disco, "Run Wild, Run Free", que será su último trabajo para A&M, ya que no tardará en firmar por un nuevo sello, Barnaby Records, una discográfica que había fundado su marido en 1963. Son momentos de cambio para Claudine, no sólo en el aspecto profesional, sino también en el plano personal, ya que su matrimonio comienza a hacer aguas, las diferencias con su marido son irreconciliables y finalmente la pareja opta por separarse en 1971, curiosamente en ese mismo año aparece un nuevo album de Claudine bajo el irónico y premonitorio título de "We've Only Just Begun". Con Barnaby Records, Claudine grabará varios singles y dos LP's, el ya mencionado y un segundo trabajo editado en 1972 que lleva el título de una célebre canción de los Stones, "Let's Spend The Night Together", además también dejó material grabado para un tercer disco que permanecería inédito, aunque muchos de los temas de ese disco frustrado aparecerían en 1993 en un album titulado "Sugar Me", lamentablemente los masters de alguna de aquellas grabaciones no incluídas en este disco han desaparecido. "Cuddle Up With Claudine Longet" es un disco editado en 2003 por el sello Vampisoul, subsidiario de Munster Records, y que recoge gran parte de las grabaciones que la cantante y actriz realizó para el sello Barnaby, canciones que mantienen la línea de los dos primeros discos de Claudine y que siguen apostando por la combinación de pop exquisito, jazz reposado y comercial, y bossa nova, todo ello susurrado por este ángel que se escapó de París para vivir un sueño que acabaría convirtiéndose en su peor pesadilla.

Y es que a partir de 1974 la carrera de Claudine Longet entra en un importante declive, hasta el punto de que no se puede citar ningún trabajo de relevancia en el que intervenga la musa del susurro, parecía que el destino le estaba preparando para lo que se le avecinaba. Al mismo tiempo que su fama y su carrera como actriz y cantante son engullidas por el implacable olvido, Claudine Longet se enamora perdidamente del campeón olímpico de esquí Spider Sabich, con quien decide mudarse en 1974 a Aspen, Colorado, allí residirán de forma habitual y llevarán una convivencia con muchos altibajos, Sabich es un apuesto atleta acostumbrado a flirtear con numerosas jóvenes, y la presencia de Claudine y sus tres hijos trastoca radicalmente su estilo de vida. El 21 de marzo de 1976, suena un disparo y el cuerpo del deportista cae sin vida al suelo, el arma se encontraba en las manos de Claudine Longet, que comenzaba de este modo su calvario personal. Mucha gente se dedicó a inculpar a Claudine, señalando que se trataba de un crimen a sangre fría, motivado por las continuas desavenencias de la pareja, pero ella se empeña en demostrar su inocencia y señala que el arma se disparó accidentalmente cuando la víctima le estaba enseñando a manipularla. El caso se convierte súbitamente en carnaza para los tabloides más amarillos y para la despiadada televisión, Claudine Longet, una actriz y cantante de éxito en la década de los sesenta, amiga personal de Bob Kennedy, se convierte ahora en un monstruo capaz de asesinar a su pareja sentimental; ciertamente la cantante de la respiración entrecortada protagoniza el papel principal de una película que desearía que no se hubiese estrenado jamás. Tras un doloroso, polémico y largo juicio, en el que siempre contó con el apoyo de su ex marido, a Claudine se le encuentra culpable de negligencia criminal y se le condena a una multa y a cumplir treinta días en prisión, un mal menor si tenemos en cuenta la gravedad de los hechos ocurridos. Todo cuanto envuelve este turbio episodio de la vida de Claudine Longet es realmente oscuro y escabroso, el tiempo ha demostrado que durante el proceso judicial y en la investigación del crimen se cometieron sorprendentes errores que evitaron la incriminación de la actriz y cantante; muestras de sangre de la imputada que contenían cocaína, las páginas de un diario en las que Claudine escribía sobre su amarga relación con Sabich, todo ello no se pudo utilizar como prueba en el juicio por no haberse obtenido siguiendo los cauces que marca la legislación. La familia de Sabich no se dio por satisfecha con el fallo judicial e intentó reabrir el caso, que finalmente se cerró gracias a un acuerdo económico que además incluía la condición de que Claudine Longet nunca escribiría ni hablaría sobre los hechos ocurridos, punto este último que contribuye a dotar de más misterio si cabe a esta historia. Toda esta enrevesada trama inspiró a sus satánicas majestades, concretamente a Mick Jagger, que compuso un tema titulado "Claudine" que finalmente quedó fuera del disco "Emotional Rescue" de 1980, en algunos bootlegs de la banda se puede encontrar la citada canción.

Tras cumplir con la justicia, Claudine Longet retomó su vida y lo hizo al lado del abogado que le había defendido durante el juicio, Ron Austin, quien abandonó a su familia para enrolarse en una historia de amor que permanece viva. Claudine Longet abandonó el mundo de la música y de la interpretación y se recluyó en su casa de Aspen junto a su nueva pareja, con la que esperaba encontrar una nueva oportunidad para ser feliz tras la amarga experiencia por la que había pasado. Ya en los años noventa, la figura de Claudine Longet como cantante empezó a reivindicarse, su voz y su estética se convirtieron en signo de sofisticación y elegancia y sedujeron a bandas como Stereolab o Ivy, al mismo tiempo que aparecían recopilatorios con lo mejor de su carrera y reediciones de sus trabajos con A&M. Finalmente la fama y el reconocimiento que se le habían negado a Claudine durante los últimos veinte años hacía acto de presencia y contribuía a limpiar la imagen de esta artista, que tan deteriorada y vilipendiada se había visto desde mediados de los años setenta. A mí poco me importa si Claudine apretó o no el gatillo de ese revólver, para mí siempre será la chica de "El Guateque", aquella que nos hizo perder el sentido a Hrundi V. Bakshi y a mí. He querido completar esta entrada con unos enlaces y un vídeo, como viene siendo habitual; entre los links, que esta vez están todos en el idioma de la Pérfida Albión, encontraréis la entrada que Wikipedia le dedica a la cantante, en segundo lugar, la página web del club de fans de Claudine Longet, en tercer lugar, un blog dedicado en cuerpo y alma a Claudine , y por último un enlace a un maravilloso especial dedicado a la cantante parisina y que aparece en una página llamada Confessions of a Pop Culture Addict. En cuanto al vídeo, no podría ser de otra manera, os dejo con la impagable escena de "El Guateque" en la que Claudine interpreta la canción "Nothing To Lose", un tema escrito por Henry Mancini y con letra de Don Black. Espero que os guste.


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