
Tenía 16 años cuando decidí que quería formar una banda de rock'n'roll, para ello sólo debía superar un pequeño obstáculo: debía aprender a tocar un instrumento. No tardé en elegir la guitarra, siempre me había gustado su sonido, sus formas, e incluso tenía estudiadas las poses de aquellos guitarristas que más me gustaban. Un verano tomé prestada la guitarra de una buena amiga y empecé a rasgar sus cuerdas con verdadera vehemencia, era capaz de pasar tardes enteras intentando extraer algún sonido de aquel complejo instrumento, además descubrí que el hecho de sentarme a intentar desentrañar los profundos misterios de la guitarra española me relajaba, hecho que no debemos pasar por alto en un momento tan complejo y agitado de la vida como es la adolescencia. Pasaban los meses y mi carrera como guitarrista apenas experimentaba mejorías, seguía sin saber cómo debía colocar los dedos, desconocía si el instrumento estaba afinado o no, y lo peor de todo, me había cargado dos cuerdas; eso sí, mis poses ante el espejo de la habitación de mis padres habían mejorado notablemente, no es lo mismo posar con una vieja raqueta de tenis que hacerlo con una guitarra auténtica, por muy desvencijada que esté. A pesar de que todos esos contratiempos me remitían a mi frustrante relación con la música, que comenzó a los ocho años cuando fui incapaz de aprender solfeo, estaba muy contento de tener un instrumento, yo me consideraba un guitarrista en ciernes, y vivía convencido de que en poco tiempo la guitarra no tendría secretos para mí. Un buen día una nueva cuerda se desgarró, quedando sólo tres cuerdas de las seis que componen este noble instrumento, entonces, como por arte de magia aquella guitarra empezó a sonar bien, quiero decir que a mí me sonaba bien. Era capaz de interpretar, a mi manera, canciones de otros desplazando mis dedos adolescentes por las tres cuerdas, e incluso empecé a crear mis propias canciones, burlándome de los acordes tradicionales, de la métrica y de la armonía, entonces me hice una pregunta: ¿por qué no se podía tocar la guitarra sólo con tres cuerdas? Unos días más tarde, estaba escuchando la radio y la voz del locutor captó mi atención, hablaba de una banda formada por tres tipos en la que no había guitarras, sólo batería, bajo y saxo, aquel melómano visionario pregonaba las grandezas de esta nueva formación y entre sus peculiaridades citaba que su bajista le había extirpado dos cuerdas a su instrumento, aquella banda era Morphine y aquel heterodoxo bajista era Mark Sandman; sin duda me había encontrado con mi alma gemela.
Decir Morphine es decir Mark Sandman, es un ejemplo típico de cantante o "frontman", como dicen los anglosajones, que fagocita al resto de la banda. La personalidad de Sandman, su azarosa existencia, y sobre todo su trágico final, han dado forma a una de las principales figuras de culto de la música en los últimos 25 años. Poco se sabe de los primeros años de vida de Mark Sandman, salvo que nace en 1952 y que tras finalizar sus estudios universitarios comienza a trabajar en un barco pesquero. Será a mediados de los años ochenta cuando comience la documentada relación de Sandman con el mundo de la música, durante esa etapa se afinca en Boston y entra a formar parte de una banda denominada Treat Her Right, una formación de raíces blues y con regusto punk, Sandman tocará la guitarra y coincidirá con un futuro miembro de Morphine, el batería Billy Conway. A lo largo de sus cinco años de existencia la banda consigue alumbrar tres discos de estudio y cosechar algún que otro éxito de repercusión local, al mismo tiempo, Sandman actúa de manera anárquica e independiente, colaborando con numerosos músicos, además de liderar nuevos proyectos, como Treat Her Orange, Supergroup, y sobre todo Hypnosonics; uno de esos proyectos tomará forma en 1990 bajo el nombre de Morphine. Sandman contará con los saxos de Dana Colley, que procedía de otra banda llamada Three Colors, y con las baquetas de Jerome Dupree en la primera formación de Morphine, desde el principio se muestran como una banda diferente, con una propuesta musical arriesgada y valiente: una batería, un saxo y un bajo, personalizado por Sandman y tocado con slide, nada más. El resultado de este experimento será un sonido áspero, grave, pero tremendamente seductor, una mezcla de jazz, con graves líneas de bajo que recuerdan al funk, y blues pantanoso, con unas letras cercanas a la literatura beatnik, cargadas de poesía sucia, que aluden a experiencias con psicotrópicos y a situaciones tormentosas, interpretadas por la voz cavernosa de un Mark Sandman en estado de gracia; el eslabón perdido entre Iggy Pop y Nick Cave. De este modo, Morphine debuta en 1991 con un disco titulado "Good", como curiosidad hay que señalar que a mitad de la grabación del primer álbum de la banda se produce un cambio de batería, y Billy Conway, con quien Sandman había coincidido en Treat Her Right, pasará a hacerse cargo de las baquetas. "Good" ve la luz en el sello independiente Accurate / Distortion (más tarde sería reeditado en Rykodisc, en 1992) y sorprende a propios y a extraños, nadie había oído algo parecido, su refrescante originalidad le allana el terreno y le hace un hueco en casi todas las emisoras de radio, las críticas de la prensa especializada se deshacen en elogios hacia el debut de Morphine y pronto llegará el contrato con Rykodisc.
En 1993 Morphine graba su segundo trabajo, "Cure For Pain", el disco que contribuirá a consagrar al trío de Boston, una de las obras maestras de la música en estos últimos años. El éxito de "Cure For Pain" será tremendo, Morphine se convierte en la banda de moda, constantes apariciones en la televisión, vídeos en la MTV, y en plena efervescencia de los festivales de verano, serán objeto de deseo de todos los promotores de conciertos. La salida del disco lleva aparejada una intensa promoción y una interminable gira por Europa, finalmente se venden 300.000 copias del "Cure For Pain", unas cifras apabullantes para un sello como Rykodisc y para una banda tan personal e inclasificable como la de Boston. "Yes" será el sucesor de "Cure For Pain", un disco esperadísimo por la crítica internacional que había quedado atrapada por la hechizo hipnotizador del segundo disco de Morphine, corre el año 1995 y la banda ya se encuentra plenamente afianzada en la escena mundial. Con su tercer álbum la banda de Boston busca un sonido más accesible, pero sin perder la marcada personalidad de la que hacían gala sus predecesores, la propuesta sigue siendo la misma, aunque con matices que contribuyen a suavizarla para hacerla menos indigesta ante la maquinaria del mainstream; se trata de un disco lleno de instantes brillantes, aunque un peldaño por debajo de "Cure For Pain". Dreamworks (sello que más tarde sería comprado por Universal) echa sus redes sobre Morphine y en el año 1997 edita su cuarto disco de estudio, "Like Swimming", Sandman y los suyos no parecen sentirse del todo a gusto trabajando para una potente discográfica y firman su disco más flojo, no se trata de un disco malo, pero evidentemente pierde enteros si lo comparamos con trabajos de la talla de "Cure For Pain" o "Yes". Los temas del cuarto disco de Morphine han perdido la intensidad de la que hacían gala los mejores temas de sus anteriores discos, la fórmula, aunque sigue convenciendo, ha dejado de resultar original e incluso parece generar cierto hastío en sus creadores. Sandman es consciente de que la banda necesita dar un paso más allá, que necesitan dar forma a un disco que esté, como mínimo, a la altura de "Cure For Pain" y que suponga un punto de inflexión en la carrera de Morphine, de modo que se embarca en un proceso creativo de enorme intensidad que hará mella en la salud del bajista y cantante. También en 1997, Rykodisc aprovecha para apurar las migajas del pastel de Morphine, sacando al mercado un disco que recoge las caras B's y rarezas que la banda creó bajo su auspicio, su título "B-Sides & Otherwise". A comienzos de 1999 Morphine se encierra en el estudio para grabar su quinto disco, Jerome Dupree regresa a la banda, pero no lo hace para suplir a nadie, sino para enriquecer a la formación, que pasará así a contar con cuatro miembros. Sandman sigue perfeccionando los temas del último disco, al que deciden llamar "The Night", al mismo tiempo que comienza una intensa gira para la banda que les llevará, entre otros países, a Italia. El 3 de julio de 1999, Morphine toca en directo en los "Giardini del Príncipe" en Palestrina, a escasos kilómetros de Roma, en el festival Nel Nome del Rock, en medio de la actuación, y ante el estupor de todos los presentes, Mark Sandman se desploma, instantes más tarde fallece de ataque al corazón, tenía 47 años.
Aquella noche todo cambió, el pasado, el presente y el futuro de Morphine se fueron al traste como un castillo de naipes. La conmoción en la escena musical internacional fue absoluta, Sandman, azote de los críticos y periodistas por su difícil carácter en las entrevistas, había fallecido en lo más álgido de su carrera, justo cuando había colocado a Morphine entre los grandes de finales de los años noventa y cuando había dado forma a un nuevo disco, del que se sentía muy orgulloso. En ese momento Morphine se disuelve, ya no tenía sentido continuar sin la persona que había liderado este proyecto desde su nacimiento, aquel que era responsable de la práctica totalidad de los temas de la banda, un artista diferente y carismático con una personalidad única. Con la llegada de la nueva centuria, Dreamworks decide editar el disco póstumo de Morphine, el testamento sonoro de Mark Sandman, de este modo "The Night" verá la luz en 2000, al mismo tiempo que Rykodisc pone en el mercado un directo oficial de la banda, titulado "Bootleg Detroit", ¿casualidad u oportunismo? Sea como fuere, Colley y Conway se embarcan en nuevos proyectos, el primero de ellos será Orchestra Morphine, con el que junto a varios amigos de Sandman contribuyen a mantener vivo el espíritu del desaparecido músico, y sobre todo a sentar las bases del Mark Sandman Music Education Fund, creado en apoyo al sistema público de enseñanza musical de Cambridge, Massachussets. Otro proyecto que ha intentado retomar la propuesta de Morphine ha sido Twinemen, que cuenta con Colley, Conway y Laurie Sargent, además los dos componentes de Morphine han creado un sello llamado Hi-n-Dry, en el que han editado una caja bajo el título "Sandbox", que contiene material grabado por Mark Sandman, entrevistas, actuaciones en directo, etc. En 2006 Dana Colley formó la banda A.K.A.C.O.D., con quienes ha grabado un disco en 2008 titulado "Happiness".
"Cure For Pain" es la piedra angular de la propuesta musical de Morphine, su disco más brillante. Es un álbum que te atrapa desde el primer tema, un disco que te engulle sin que puedas remediarlo y te sumerge en un mundo desconocido, donde los instrumentos han mutado y no suenan como solían hacerlo, y los cantantes tienen una extraña e hipnótica voz, a medio camino entre un crooner y un actor de doblaje. ¿A qué demonios suena Morphine? es complicado describirlo, en cierta ocasión un crítico musical le preguntó a Sandman qué tipo de música hacía la banda, el enigmático cantante afirmó: "low rock". Objetivamente podríamos afirmar que el ideario musical de Mark Sandman bebe del jazz y del blues fundamentalmente, aunque sin desdeñar aspectos del rock'n'roll más clásico, el rock independiente americano de los años ochenta, la psicodelia e incluso el funk. Lo que hace verdaderamente único el sonido de Morphine es su bajo, instrumento omnipresente en todos los temas de la banda, el bajo de Sandman es un instrumento de fabricación casera, se trata de un bajo eléctrico despojado de dos de sus cuerdas, las dos existentes están tensadas de manera que emiten la misma nota, y la mayoría de las notas están ejecutadas con un slide, el resultado es lo que el propio Sandman define como "two-string slide bass". Uno de los momentos más brillantes del "two-string slide bass" es el comienzo del tema "Buena", incluido en "Cure For Pain", una de las mejores composiciones de Sandman. Pero el segundo disco de Morphine cuenta con otros grandes momentos, con temas como "I'm Free Now", "All Wrong", "Candy", "Let's Take A Trip Together", o "Sheila", por citar alguno de los clasicos que componen este disco. Las atmósferas que son capaces de crear Sandman con su bajo y Colley con su saxo son sorprendentes, caminan constantemente por el filo de la navaja, nos sugieren ambientes ácidos donde se desatan las más bajas pasiones, y al mismo tiempo nos transmiten una melancolía encubierta, fruto del placer que en ocasiones obtenemos cuando lamemos nuestras propias heridas. Siempre se ha establecido una evidente analogía entre las letras que Sandman escribe para Morphine y la literatura de la generación beat, este hecho se hace patente cuando escuchamos las canciones de la banda, en las que el sexo, las drogas y el rechazo a un modo de vida convencional, entroncado con el "american way of life", es más que evidente; las letras de Sandman son poéticas y sucias al mismo tiempo, evocadoras y oscuras, seductoras y crueles, son, en suma, el complemento perfecto a la música de Morphine. "Cure For Pain" es el gran disco de Morphine, el trabajo en el que encontramos a un trío que funciona como una maquinaria perfectamente engrasada, hasta el punto de que en ocasiones nos cuesta creer que en algunas canciones sólo intervengan tres músicos, es un album en el que se percibe perfectamente la libertad creativa de unos músicos que se encuentran en su mejor momento, un disco con pasajes innovadores que permanecerá para siempre entre las grandes grabaciones del siglo XX.
Es evidente que "Cure For Pain" es un disco que no guarda muchas similitudes sonoras con los álbumes que suelen asomarse por este blog, es una grabación dura, densa, áspera, pero tampoco todos los días de lluvia son iguales, de modo que he querido ver en Morphine el vigor de la tormenta y la inquietud provocada por sus poderosos rayos y truenos; quizás me equivoque, pero pienso que "Cure For Pain" es un disco perfecto para disfrutar de las repentinas tormentas de verano. En cuanto a los extras, he seleccionado cuatro enlaces, el primero de ellos a una completa biografía de Mark Sandman aparecida en The Boston Phoenix, en cuanto al segundo link, os conducirá a una página web dedicada a Morphine llamada The Other Side (que toma su nombre de un tema de la banda incluído en su primer disco, "Good"), he querido completar los enlaces con una entrevista realizada a la banda en Mondosonoro, y por último con un fantástico, y recomendadísimo, especia que Ruta 66 dedicó al trío de Boston en octubre de 1999. En cuanto al vídeo, me he decantado por una actuación en directo de Morphine para la televisión francesa, en la que interpretan dos temas, "All Wrong", incluido en "Cure For Pain", y "Whisper", de su tercer disco, "Yes". Espero que os guste.
BIOGRAFÍA DE MARK SANDMAN EN THE BOSTON PHOENIX
THE OTHER SIDE
ENTREVISTA A MORPHINE EN MONDOSONORO
ESPECIAL MORPHINE EN RUTA 66
MORPHINE- CURE FOR PAIN