sábado, 31 de enero de 2009

Gilberto Gil & Jorge Ben- Gil e Jorge. Ogum Xango (1975)


Muchas veces mantengo conversaciones como ésta con mi sentido común:

- Sentido Común: Otro disco de música brasileña ¿estás loco? Pero si el último que recomendaste tuvo dos o tres comentarios, entre ellos el de una persona que se interesaba por la inclusión de un tema de Celso Fonseca en la banda sonora de un culebrón televisivo…

- El pobre y terco Binguero: Pero éste no es un disco de samba, ni de bossa, ni siquiera tengo claro que se trate de música brasileña propiamente dicha, éste es un disco diferente, es pura magia.

-Sentido Común: ¿Pura magia? Luego no me vengas llorando, no quiero volver a escuchar aquello de –me he equivocado- La música brasileña no ha cuajado en este blog y punto, ya hay muchas otras bitácoras dedicadas a estos sonidos.

- El pobre y terco Binguero: Las hay, y muy buenas. Yo simplemente quiero abrir los horizontes sonoros de este blog, es lo que me propuse desde el principio y voy a ser fiel a esa filosofía.

- Sentido Común: Hablas como un cultureta, o peor aún, como un snob. Al final siempre te sales con la tuya, así que haz lo que te dé la gana, pero que conste que, como tantas otras veces, te lo advertí

Sí, lo he vuelto a hacer, he hecho oídos sordos a los dictados de mi sentido común y vuelvo a proponer un disco “made in Brazil”. En esta ocasión he elegido un disco único (¡te estoy oyendo Sentido Común!), una colaboración histórica entre dos gigantes de la música brasileña: Gilberto Gil y Jorge Ben. Dos hombres muy distintos que se encontraron en uno de los momentos más dulces de sus respectivas carreras, consiguiendo crear una atmósfera irrepetible que serviría para gestar una verdadera joya, un disco que sigue manteniendo el tipo ante el envite de los años, un trabajo de una calidad vocal que se encuentra al alcance de muy pocos artistas, y de una inspiración casi supraterrenal. “Gil e Jorge” es uno de mis discos favoritos, lo fue casi desde el mismo instante en que escuché los primeros compases de “Meu Glorioso Sao Cristovao” y fui consciente de que me encontraba ante algo totalmente diferente de cuanto había escuchado hasta ese momento. Pero antes de hablar de las canciones que componen este maravilloso disco, repasemos brevemente el currículum de sus responsables, dos músicos tan brillantes como dispares.

Gilberto Gil es hoy en día el brillante Ministro de Cultura del brasileño gobierno de Lula, una figura que goza de reconocimiento no sólo en su país, sino a nivel global, una figura respetada. Pero los comienzos de Gilberto Gil no fueron precisamente fáciles. Su relación con la música comienza cuando contaba tan sólo con ocho años, será cuando aprenda a tocar el acordeón seducido por los cantantes callejeros que hipnotizaban al niño Gilberto en los mercados y en las calles de su Salvador de Bahia natal. Con el paso del tiempo se fue acercando a la música de manera más profesional, hasta el punto de formar parte de un grupo, se trataba de Os Desafinados, en aquella época Gilberto Gil era tan sólo un estudiante. Pero de repente, escuchando la radio, se encontró con algo que iba a cambiar su vida, un nuevo sonido llamado Bossa Nova y que combinaba elementos de la música popular brasileña con el jazz provinente de los ingratos vecinos del Norte, su mayor representante, un cantante llamado Joao Gilberto (ahórrate las ironías Sentido Común…). El joven Gilberto no tardaría en comprarse una guitarra para dedicarse en cuerpo y alma a cantar y a tocar bossa nova. En los comienzos de los años sesenta Gil componía canciones para anuncios publicitarios para la incipiente televisión brasileña, hasta que en 1964 empezó a trabajar en un show llamado “Nos Por Exemplo”, un programa en el que tenían cabida la bossa nova y la música popular y que dirigía un joven talentoso llamado Caetano Veloso. En el año 1965 decide mudarse a Sao Paolo, allí grabará con la cantante Elis Regina el que será su primer éxito “Louvaçao”, esta canción tuvo una enorme repercusión y colocó a Gilberto Gil en la onda de los jóvenes músicos brasileños que practicaban una suerte de canción protesta en la que se reivindicaban los derechos del pueblo, especialmente los de la siempre denostada población indígena, y en la que se volvía a las raíces de la música popular brasileña pero sin cerrarse a influencias externas como el rock, el pop o la recién nacida psicodelia; un movimiento que se denominó Tropicalia (también Tropicalismo) y del que Gil se convertiría en uno de sus principales representantes.

La controvertida propuesta musical de Gilberto Gil, así como su comprometida postura política, le acarreó más de un problema con el dictatorial régimen brasileño de la época, llegando a estar detenido en más de una ocasión, finalmente el músico se exilió a Gran Bretaña, huyendo de un entorno político e intelectual asfixiante para recalar en un país que, por aquel entonces, rebosaba libertad creativa. Los tres años que Gil pasó en Gran Bretaña fueron realmente enriquecedores, llegó a tocar con estrellas del momento como Pink Floyd o The Incredible String Band, se empapó de lo mejor de la cultura pop del momento y estuvo en contacto con la vanguardia intelectual y artística a nivel internacional. En 1972 regresó a Brasil y grabó uno de sus mejores trabajos “Expresso 2222”, durante los siguientes cinco años verán la luz sus discos más importantes y se embarcará en una inolvidable gira con tres monstruos: Maria Bethania, Caetano Veloso y Gal Costa; Gilberto Gil se encontraba en su mejor momento. A finales de los años setenta, Gil ya era una figura a nivel mundial y había firmado por una multinacional de conocido prestigio internacional, había realizado una exitosa gira por los USA y había tocado en los mejores festivales de jazz del planeta. Durante una de sus giras Gil formó equipo con el músico jamaicano Jimmy Cliff, ambos recorrieron juntos Brasil, corría 1980 y comenzaba el idilio de Gilberto Gil con el reggae; la versión que el músico brasileño hizo de “No Woman, No Cry” vendió 700.000 copias. La pasión de Gil hacia la música jamaicana le llevó a grabar un disco con los Wailers, “Raça Humana” (1984) e incluso a realizar un disco de versiones de Bob Marley, “Kaya N’Gan Daya” (2002). Durante los años ochenta la calidad de la producción musical de Gilberto Gil decreció de manera importante al tiempo que aumentaba su compromiso político, Gil se había convertido en una figura consagrada pero se mostraba incapaz de repetir la frescura de discos como “Gilberto Gil” (1971), “Expresso 2222” (1972), “Gil e Jorge” (1975) o “Refazenda” (1975). Con el tiempo nacería un político activo, que comenzaría su carrera en su natal Salvador de Bahia y que acabaría siendo Ministro de Cultura de Brasil; a pesar de su militancia, Gil ha intentado mantener viva su carrera como músico, de hecho no hace mucho que se le pudo ver girando por España, a pesar de no contar con la energía ni con el talento de antaño.

Jorge Ben tiene un perfil muy diferente al de Gilberto Gil, él no tuvo los problemas políticos que atenazaron a los tropicalistas, y aunque sí gozó de gran popularidad en su país, no tuvo el reconocimiento que artistas como Caetano o el propio Gil tuvieron más allá de sus fronteras. A pesar de las diferencias, Gil y Jorge Ben tienen un nexo común en su despertar artístico, y ese nexo tiene nombre y apellidos: Joao Gilberto. Nacido en Rio de Janeiro, Jorge Ben decide dedicarse a la música tras escuchar las populares tonadas del maestro Joao Gilberto, pero se encuentra con un problema, la tremenda complejidad que esconde la aparente sencillez de la técnica de la bossa nova. Lejos de desesperarse ante las dificultades, Jorge Ben decide crear su propia técnica, y lo hará tocando la guitarra como si se tratase de un bajo; así es como consigue el particular sonido de sus primeros éxitos, entre ellos el célebre “Mas Que Nada”, uno de los hits brasileños más reinterpretados y que este joven carioca escribió con tan sólo 23 años. Durante la dictadura militar que se estableció en el país en los años sesenta, Jorge Ben no tuvo excesivos problemas para actuar o para grabar sus discos, y eso que la suya era una propuesta novedosa que realizaba una relectura de la bossa y que introducía pinceladas de estilos negros como el soul, pero evidentemente el compromiso político de Ben no era equiparable al de Caetano o al de Gilberto Gil, por lo que el régimen no lo interpretaba como una amenaza. Entre 1963 y 1976 Jorge Ben graba ocho discos de una enorme calidad, ocho magníficos trabajos en los que el swing, el soul y la música brasileña conviven en perfecta armonía, ocho grabaciones en las que se pueden encontrar trallazos bailables, maravillosas baladas y composiciones de una inspiración y una frescura inigualable en la bossa de su tiempo; títulos como “Samba Esquema Novo” (1963), “O Bidú” (1964), Jorge Ben (1969), “Força Bruta” (1970) o “Africa Brasil” (1976) son de escucha obligatoria. Jorge Ben se convierte en una figura muy popular en Brasil, un músico apreciado y reconocido, al mismo tiempo su música evoluciona y se muestra cada vez más influída por los sonidos africanos y por el funk. En 1989 verá la luz su disco “Benjor” a la vez que anuncia que va a cambiar su apellido, alargándolo y convirtiéndolo precisamente en Benjor, Jorge Benjor; su acercamiento a la música africana es ya evidente y empieza a colaborar con músicos del continente negro como el nigeriano King Sunny Ade. Durante los últimos años la figura de Jorge Ben ha sido objeto de una reivindicación, pudiendo hablar casi de un redescubrimiento por parte de países como los USA, donde durante los años sesenta y setenta fue casi ignorado, parte de la responsabilidad de esta nueva visión de Jorge Ben la tiene David Byrne, declarado admirador del carioca.

Nuestros dos hombres se encuentran en 1975, cuando se les encarga la grabación de un disco conjunto. Ambos se hallan en la cima de su creatividad y rebosan talento a raudales, de hecho mantienen una cierta rivalidad debido a su éxito, lo cual no hace sino aumentar las expectativas ante la que será la primera y la única grabación que realizarán juntos. La idea no puede ser más simple, se trata de realizar un disco donde prime la improvisación, que cuente únicamente con las guitarras de Gilberto Gil y Jorge Ben, un bajo, el de Wagner, y la correspondiente percusión, que correría a cargo de Djalma Correa. Los temas irán fluyendo como si de una jam session se tratara, para ello se elegirán varios éxitos de ambos músicos: cuatro de Jorge Ben, tres de Gilberto Gil y un tema de autoría compartida. El disco se grabará en una sola noche, intentando recoger la magia y el carácter irrepetible de las sesiones improvisadas en lo que es un verdadero homenaje a la música popular, a su forma de desarrollarse y de interpretarse, con una sola toma y sin ningún tipo de mezclas. La estructura de las canciones funciona a modo de diálogo entre ambos músicos, y la intensidad de las interpretaciones va en aumento, en función de la capacidad de improvisación del momento. Gilberto Gil muestra una valentía inédita en cualquiera de sus grabaciones posteriores, y se lanza a la improvisación más absoluta sin reprimir ningún tipo de sonido salido de su garganta y demostrando que es un verdadero maestro del falsete y un conocedor de la técnica del scat. Jorge Ben no se queda atrás, de hecho en muchos de los temas es él quien maneja el timón sin miedo y con una energía que por momentos parece sobrenatural teniendo en cuenta que algunas de las canciones superan los diez minutos y que están grabadas en directo, sin ninguna manipulación de estudio, sin postproducción. Es difícil encontrar calificativos estilísticos para referirse a este disco, a veces tenemos la sensación de estar ante un disco de bossa nova, otras parece acercarse al funky, en ocasiones nos recuerda al jazz, e incluso encontramos retazos de psicodelia en algunos de sus momentos más álgidos. Sin duda es un disco que rinde homenaje a una forma de entender la música basada en las raíces, en la tradición, en el sustrato popular del arte; el disco lleva por título “Gil e Jorge”, aunque no en vano también se le conoce como “Ogum Xango” (Dioses u Orixas de la guerra y la justicia respectivamente) en clara alusión a la cultura negra brasileña de origen africano, toda una declaración de principios. Entre los mejores momentos del disco, yo destacaría personalmente el arranque del mismo, la maravillosa “Meu Glorioso Sao Cristovao”, donde el nivel vocal de Gilberto Gil y Jorge Ben es apabullante; “Jurubeba”, en la que ambos músicos se divierten improvisando con las sílabas de esta mágica palabra; y la tremenda “Taj Mahal”, un tema que supera los catorce minutos, una canción compuesta por Jorge Ben y que tuvo que defender en los tribunales ante el mismísimo Rod Stewart, quien le acusó de haberle plagiado su célebre “Do You Think I’m Sexy?” (realmente son calcadas en su estribillo), finalmente el carioca salió victorioso de la contienda y se le reconoció legalmente la autoría del tema. También hay que prestar una atención especial a la interpretación de “Filhos de Gandhi”, donde el duelo de voces entre Gilberto Gil y Jorge Ben es inolvidable.

Bueno, ¿qué te parece Sentido Común? Me he saltado a la torera todas tus recomendaciones, no sólo repito un probable fracaso con un nuevo disco brasileño, sino que además acabo de redactar la entrada más larga de cuantas hay hasta el momento en este blog, burlándome así de esas recomendaciones que aseguran que el tope de caracteres de un escrito en internet debe estar en torno a los 1.500. Sinceramente nada de eso me importa, acabo de hablar de un disco que me apasiona y realmente he disfrutado como nunca redactando esta entrada, sólo me queda esperar que a vosotros, visitantes de este humilde blog, os enganche este disco como me enganchó a mí la primera vez que lo escuché, o por lo menos que le deis una oportunidad y os perdáis en su mágica sencillez durante los casi ochenta minutos que dura. Como extras, os dejo dos enlaces, poca cosa ya que se trata de las respectivas páginas web oficiales de ambos artistas, y os dejo en este caso (para coronar así el post más largo de la historia de los blogs) dos videos, uno por cada músico, que recoge a Gilberto Gil y a Jorge Ben en dos de los mejores momentos de sus carreras, interpretando dos temas de una gran calidad. Queridos visitantes, queridísimo Sentido Común, eso es todo, simplemente espero que hayáis aguantado toda esta parrafada de fan declarado e irredento y, por supuesto, deseo que os guste este inolvidable “Gil e Jorge”.


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GILBERTO GIL & JORGE BEN- GIL E JORGE. OGUM XANGO

miércoles, 21 de enero de 2009

Una recomendación: Cuchillo


¿Pero quién demonios son Cuchillo? Ésa es la pregunta que me hice hace unos meses cuando el nombre de este dúo barcelonés estaba en boca de todo el mundo. No tuve más remedio que bucear en los profundos mares de internet en busca de información acerca de estos muchachos que tenían totalmente alborotada a la prensa musical de este país, y sólo pude encontrar elogios y parabienes acerca de su disco de debut, incluso una frase que proclamaba con rotundidad: "de Cuchillo sólo se puede ser fan". ¡Madre mía! estaba claro que tenía que escuchar a Cuchillo y comprobar si todos los halagos vertidos hacia estos dos pájaros tenían su razón de ser, así que introduje en la barra de direcciones de mi ordenador el myspace de Cuchillo y me dispuse, no sin cierto escepticismo, a degustar sus canciones. Desde que escuché "Summertime In Sweden" me enganché, a día de hoy no conozco el antídoto que pueda librarme de mi adicción a Cuchillo.

Israel Marco (guitarra y voz) y Daniel Domínguez (batería y percusión) se conocen hace unos tres años por medio de una amiga común, desde un principio muestran una gran sintonía musical y en sus conversaciones surgirán los nombres de Syd Barrett, Matt Elliott o Robert Wyatt, poco más tarde, y ante la evidente quimica, deciden formar Cuchillo. La evolución de este dúo es meteórica, sus primeras demos y conciertos comienzan a generar una gran expectación y pronto la prensa especializada se hará eco de sus andaduras; su propuesta musical, que bebe del folk y de la psicodelia principalmente, es vista como un soplo de aire fresco y de originalidad dentro del anémico panorama musical español. A pesar de ello, estos jóvenes seguirán trabajando con humildad, concentrados en fabricar verdaderas gemas musicales y en perfeccionar la peculiar puesta en escena de sus directos, por si esto fuera poco, se lían la manta a la cabeza y se embarcan en una gira por los Estados Unidos, demostrando que se toman el asunto en serio y que no le tienen miedo a nada. Finalmente el año pasado vio la luz el disco de debut de Cuchillo, un trabajo homónimo que plasma la filosofía sonora de Israel y Daniel, y que cuenta con el inestimable trabajo de Paco Loco en la producción. Con un enorme sigilo, el primer disco de Cuchillo se ha ido colocando en la cabeza de las listas de lo mejor de 2008, y no sólo en el ámbito nacional, también hay algún visionario allende los mares que cree ver en Cuchillo "The Next Big Thing". Ciertamente corren buenos tiempos para el folk, y parece que más concretamente su vertiente psicodélica se ha puesto de moda, por lo que podemos decir que Cuchillo han emergido en el momento exacto, no hay que ver por ello oportunismo alguno en su propuesta, sino más bien al contrario, este dúo demuestra una honestidad y un talento que están más allá de cualquier tipo de duda, no obstante algo me hace sospechar que nos espera una avalancha de propuestas de inspiración folkie con arrebatos lisérgicos que pueden resultar un tanto impostadas y prefabricadas, habrá que estar atentos.

A pesar de todo lo señalado sobre Cuchillo, si alguno de vosotros necesita someter al dúo a la "prueba del algodón", o lo que es lo mismo, al examen del directo, estáis de suerte porque Israel Marco y Daniel Domínguez estarán girando por nuestro país durante buena parte del año, habrá que comprobar si todas las virtudes que se atribuyen a su directo son verdad o fruto de una pasión momentánea y arrebatadora de la crítica musical española. Si queréis informaros acerca de Cuchillo, os dejo un buen número de enlaces, concretamente seis, en los que encontraréis el myspace del dúo, entrevistas y reseñas de su debut discográfico, además para amenizar esta entrada y hacer más llevadera la ola de frío que nos invade, también podéis escuchar uno de los temas de Cuchillo, que lleva por título "Behind", y un vídeo que muestra a Cuchillo en vivo y en directo interpretando el tema "Breathing Again" durante su actuación en el Daydream Festival, el 12 de junio del pasado año. Espero que os guste.




MYSPACE DE CUCHILLO

CUCHILLO EN SINNAMON RECORDS

RESEÑA DEL DEBUT DE CUCHILLO EN MUZIKALIA

RESEÑA DEL DEBUT DE CUCHILLO EN HIPERSÓNICA


ENTREVISTA A CUCHILLO EN SUPERNOVAPOP

VIDEOENTREVISTA A CUCHILLO EN INDIENAUTA

jueves, 15 de enero de 2009

Lucky Fonz III- Life Is Short (2007)


Lejos de pensar que la música sufre una de las mayores crisis de su historia, a mí me ha dado por pensar precisamente todo lo contrario. Considero que hay que ver más allá de la demagogia y del maniqueísmo que nos plantean habitualmente los medios al hablar de las descargas ilegales y de los supuestos daños que las nuevas tecnologías están causando a la música, tal vez el problema es que hay quienes confunden música con industria musical, dos conceptos éstos muy diferentes, ya que mientras que uno se ciñe meramente al acto creativo, el otro atiende a cuestiones de mercado, que poco tienen que ver con la originalidad, la calidad, ni por supuesto la honestidad. No quiero demonizar a la industria discográfica, estaría cayendo precisamente en la demagogia que estoy criticando, también soy consciente de que al paraguas de una supuesta libertad y del progreso tecnológico se amparan toda una serie de delincuentes y de mafias que están sacando su tajada, provocando daños irreparables en una importante estructura social. Pero pienso que si en el siglo XIX fue la fotografía la que liberó a la pintura, abriendo un nuevo campo expresivo, son ahora las nuevas tecnologías las que están liberando a la música de un yugo mercantil y comercial que ejercía un papel casi dictatorial en aspectos como la difusión de nuevos artistas. La primera prueba en la que fundamento mi postura es que ha resurgido con fuerza una de las máximas más auténticas desde el punto de vista musical, el célebre "hazlo tú mismo", en este caso aplicado a la promoción y difusión musical; la muestra palpable son las páginas web de las bandas y herramientas como myspace, recursos que abren una ventana al mundo a los nuevos artistas, cuya única forma de promoción hasta hace unos años era la venta de maquetas en bares o en conciertos (si es que conseguían alguno, claro está). Precisamente los conciertos son el segundo punto, y casi podríamos considerarlo el prioritario, de esta apreciación, la crisis del mercado discográfico ha obligado a sacar a la calle a sus mimados artistas, lo que ha provocado una verdadera proliferación de la música en directo ¿Es mi impresión, o realmente hay más conciertos que nunca? Ésa es la sensación que me invade, curiosamente en un momento en el que programar conciertos es cada vez más complicado, dada la persecución política a la que se ven sometidos algunos profesionales y algunos locales (echad un vistazo a éste link para que veáis como está la situación en Madrid), curiosamente, repito, es cuando más conciertos se pueden ver. Llevo asistiendo a conciertos en mi ciudad desde hace casi veinte años y nunca recuerdo enfrentarme a situaciones como las que me ha tocado vivir últimamente: hace unos meses tuve que decidir entre asistir al concierto de Mark Kozelek, o al de Mark Olson y Gary Louris, porque ambos coincidían en día y hora; del mismo modo me he enfrentado a situaciones como la de éste mismo fin de semana, en el que puedo elegir entre tres conciertos en tres días; figuras de primera línea como Paul Collins han visitado mi ciudad tres veces en un año... Nunca había vivido algo similar, y se supone que vivo en la quinta ciudad en tamaño e importancia de este país, una ciudad en la que cada vez son más escasos los locales donde programas conciertos, y aún así sigue habiendo opciones con cierta periodicidad ¿os ocurre a vosotros lo mismo?

Bajo mi punto de vista, valorando este fenómeno, deberíamos hablar de una pequeña (o gran, según se mire) revolución en el campo de la música, que ha revitalizado la verdadera forma de expresión musical por excelencia, el directo, el contacto con el público, un contexto en el que resulta fácil desenmascarar a los impostores, quizás por eso las multinacionales y las fábricas de ídolos juveniles estén tan rabiosas. Gracias al renacer de la música en directo, podemos disfrutar no sólo de nuestros músicos favoritos, sino de toda una avalancha de artistas inéditos en nuestras tierras que de otra forma nos pasarían desapercibidos, es así como me he acercado a músicos como el que os traigo hoy, el simpar Lucky Fonz III, a quien pude ver en directo hace tan sólo tres meses. Otto Wichers es un cantautor holandés nacido en 1981, y desde su más tierna infancia se muestra interesado en el lenguaje musical, tendrán que pasar varios años para que su transformación en Lucky Fonz III tenga lugar, y para ello será clave su estancia en Escocia. Durante su período escocés, Otto vive principalmente en Edimburgo, donde trabajará como pianista, DJ y músico callejero, será entonces cuando empiece a mostrarse atraído por la música folk, así como por la música norteamericana de raíces; figuras como Bob Dylan, Neil Young, Johnny Cash o Hank Williams, siempre aparecen citadas como sus principales referencias. Tras su regreso a Amsterdam, donde se establecerá definitivamente, y ya bajo el seudónimo de Lucky Fonz III, Otto se consolida como cantautor solista y comienza a dar conciertos de una forma periódica, hasta el punto de que no tardará en adquirir un cierto renombre en los circuitos underground del folk holandés.

La popularidad de Lucky Fonz III irá en aumento, y no tardará en convertirse en un icono del nuevo folk holandés, al mismo tiempo que sus fans se multiplican seducidos por la cadencia de sus canciones y por su peculiar carisma, que le convierten en una especie de Jonathan Richman del folk. En 2006 decide sacar al mercado su primer trabajo, un disco autoproducido y que llevará por título "Lucky Fonz III", el cual será muy bien recibido por la crítica. A partir de entonces Otto se lanza a la carretera, incrementando notablemente sus conciertos, de este modo recorrerá los Países Bajos, e incluso realizará una gira por Australia; durante este período actuará en solitario o prestando sus servicios como telonero a músicos como Jason Molina o Curtis Eller. Será en la primavera de 2007 cuando Lucky Fonz III decida grabar su segundo disco, "Life Is Short", un trabajo más ecléctico, en el que, según la prensa especializada, Otto se abre a nuevos sonidos como la chanson francesa o las melodías gitanas del jazz manouche (a mí me cuesta encontrar alguna de estas influencias...), pero sin perder de vista el folk, el country y el blues, sonidos en los que ha cimentado su personal lengaje musical. Cuando vi a Lucky Fonz III me sorprendió su ambigüedad, su aspecto andrógino, su aire de rubio pillo atrapado para siempre en una eterna adolescencia. Recuerdo el instante en que cesó la música del local como preludio de su actuación, y cómo él se levantó de una banqueta que ocupaba en la barra y pidió, sorprendido, cinco minutos más para ir al baño; el comienzo de su concierto fue, cuando menos, entrañable. Esa sensación se incrementó cuando comenzó a tocar acompañado únicamente de su guitarra y una eterna sonrisa, su voz frágil y los sonidos cálidos que extraía al rasgar las seis cuerdas consiguieron crear un ambiente realmente confortable, que se veía reforzado con el agudo sentido del humor del que este joven de Amsterdan hacía gala. Poco a poco fue repasando los temas de sus dos discos, dando muestras de una verdadera vocación de músico de directo que no paraba de pedirle al público (lamentablemente escaso) que se acercara e interactuara, y así transcurrió más de una hora que consiguió dejarnos a todos con una sonrisa en los labios ¿se puede pedir más? Todo éso es lo que vais a encontrar en "Life Is Short", un artista cercano, un meticuloso creador de canciones que emanan sentimiento y sentido del humor a partes iguales, melodías a medio camino entre las canciones infantiles, como es el caso de "Drops of Water", y baladas monumentales, como la que abre el disco, "Draw Me A River"; un trabajo en el que lo dramático y lo cómico se dan la mano, al fin y al cabo así es la vida. Entre los momentos estelares del disco hay que señalar "Once I Was A Lady", "All My Days", "The Island" y la ya mencionada "Draw Me A River".

Un año depués de sacar al mercado "Life Is Short", Lucky Fonz III se embarcó en una gira por Sudáfrica, pocos meses más tarde recalaría en Europa, donde comenzaría un periplo que le traería por primera vez a nuestro país. En la actualidad, este Peter Pan del folk sigue trabajando en nuevos temas, también escribe canciones para otros artistas y además mantiene activa su faceta como pianista, formando parte del trío de free-jazz Aemstellarcreek. Cuando le preguntan acerca de sus obejetivos como artista, Lucky Fonz III dice lo siguiente (extraído de su página web): "to make many beautiful songs and albums, to give many beautiful performances, to have many beautiful fans, and to be an artist worthy of existence", creo que no necesita traducción. Quiero despedirme, agradeciéndoos que hayáis aguantado el tipo ante una nueva muestra de incontinencia verbal (o gráfica, según como se mire), espero que las reflexiones con las que he comenzado esta entrada sirvan para abrir un pequeño debate en el que cada uno expongamos nuestras impresiones acerca de este tema que tanto nos afecta, la música y las nuevas tecnologías. Tal vez sea un idealista, pero pienso que las discográficas (sobre todo las grandes) no tienen más remedio que asumir que las reglas del juego han cambiado y que el terreno en el que ahora se mueven es totalmente diferente al de hace 10 años; malgastando esfuerzos en luchar contra una lógica fruto de la evolución humana, sólo van a conseguir hacer daño a los artistas, que en muchas ocasiones son los grandes perjudicados. La solución reside en la adaptación al nuevo medio y sobre todo en la honestidad, vuelvo a preguntar, como en su día hice a los responsables de blogger, a todo aquel que quiera responder ¿de verdad pensáis que yo estoy haciendo algo ilegal? En fin, el camino es largo y no nos queda más remedio que recorrerlo todos de la mano: industria, políticos, artistas y ciudadanos.

Y por último los enlaces, no es fácil encontrar información de Lucky Fonz III en la red, a menos de que leas perfectamente el holandés, así que esta vez hay pocos links, tan sólo dos y pocas sorpresas; el enlace a su página web y el enlace a su myspace. También podéis disfrutar de un maravilloso vídeo en el que el artista holandés Dirk Verdult pone imágenes a uno de los temas incluídos en "Life Is Short", se trata de "Seven Years Of Observation". Espero que os guste.


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MYSPACE DE LUCKY FONZ III




LUCKY FONZ III- LIFE IS SHORT

jueves, 8 de enero de 2009

Jan & Dean- Save For A Rainy Day (1966)


Los comienzos son siempre complicados, así lo atestiguan la primera cita con la chica que te gusta o el primer día en un nuevo puesto de trabajo. En este caso lo que nos toca comenzar es un nuevo año, y me veo en la obligación (siempre gratificante, por supuesto) de hacerlo con una nueva entrada. Creedme si os digo que le he dado bastantes vueltas al asunto, en primer lugar me debatí sobre la conveniencia de abrir el telón de esta nueva temporada simplemente con un texto cargado de buenos deseos y mejores intenciones, o de hacerlo con un nuevo disco. Finalmente me decidí por lo segundo, al fin y al cabo éste es un blog sobre música, pero ahora surgía la duda más grande ¿qué disco debía elegir? Tras pasar varios días de frustración, días en blanco en los que he sido incapaz de decidirme por un disco, tras devanarme los sesos y desechar opciones, una tras otra, he dado con la solución a este problema existencial. A veces la respuesta a nuestros conflictos está tan cerca de nosotros que somos incapaces de verla, éso es lo que me ha pasado, ¿qué mejor disco para empezar una nueva temporada en este blog lluvioso que "Save for a Rainy Day" de Jan & Dean?

Estoy convencido de que todos vosotros conocéis a Jan & Dean, o al menos seguro que alguna vez habéis oído hablar de ellos, lo que no tengo tan claro es que hayáis oído su música. No creo que me equivoque al afirmar que este dúo californiano es probablemente una de las formaciones más injustamente infravaloradas de la historia de la música. Es posible que la imagen sana, y un tanto frívola, de estos inofensivos adolescentes surferos, más próxima a la del yerno perfecto que a la de un rebelde rockero, sea la responsable del desapego que Jan & Dean han merecido por parte de algunos críticos e historiadores del pop y del rock'n'roll. Pero más allá de aquella fachada que se quería vender se escondía un verdadero talento musical capaz de alcanzar grandes momentos, tanto interpretativos como compositivos, y también una apasionante historia personal trufada de desatinos y desgracias. Todo comienza cuando Jan Berry y Dean Torrence coinciden en el instituto en West Los Angeles, allí serán compañeros de clase y del equipo de fútbol americano, su afición por la música les llevará pronto a cantar junto a otros compañeros, formando el grupo de doo wop The Barons. El grupo realiza versiones de los éxitos de la época, mostrándose como una de las formaciones más sólidas de la zona, fruto de este éxito local deciden presentarse a un concurso de jóvenes talentos, lo que requerirá un buen número de ensayos. Jan Berry se destapa como un joven músico ambicioso que había convertido el garage de sus padres en una especie de estudio de grabación amateur, allí se reunirá la banda, que contará con la ayuda de dos vecinos en sus ensayos, el futuro productor y miembro de The Beach Boys, Bruce Johnston, al piano, y un invitado muy especial a la batería, el mismísimo Sandy Nelson. Finalmente The Barons se disolvieron, aunque Jan Berry seguiría citándose con algunos de sus excomponentes en el garage de sus padres, con la ayuda de sus amigos Berry experimentaba con nuevos sonidos, consiguiendo efectos totalmente nuevos y abriendo un panorama desconocido en la música pop por el que luego transitarían un sinfín de bandas; ojo porque estamos hablando de finales de los años 50's.

Jan Berry no renunciaba a su pasión por la música, y no tardaría en aparecer su primer hit, se trata del tema "Jennie Lee", en el que Jan contará con la ayuda de Dean Torrence y de otro de los antiguos Barons, Arnie Ginsburg. Esta canción, inspirada en una stripper de Los Angeles, aparecería firmada como Jan & Ernie, ya que cuando el single vio la luz Dean Torrance se encontraba realizando el servicio militar; afortunadamente en otoño de 1958 Ernie abandona el barco y Dean finaliza su estancia en el ejército, será entonces cuando quede configurado definitivamente el dúo, habían nacido oficialmente Jan & Dean. Los dos californianos deciden realizar una serie de cambios, entre ellos, deciden buscarse dos nuevos productores, se trata de Lou Adler y, ni más ni menos que, Herb Alpert, los cuatro grabarán un buen número de temas hasta dar con "Baby Talk", con el que conseguirán un número 10 en el verano de 1959; comenzaban con ello los conciertos y las actuaciones en la televisión. Jan & Dean abandonarían el modesto sello Dore Records, que había editado sus primeros singles, y firmarían con una prometedora compañía, Liberty, pero lo que parecía una buena noticia quedaría empañada por la falta de miras de la nueva compañía, que frustró la evolución del dúo, haciendo que se estancaran en los sonidos doo wop. Todo esto haría que sus siguientes singles no alcanzasen puestos de relevancia en las listas, encontrándose el mejor situado de ellos en el puesto 69. Sin embargo este negativo panorama, fruto de los flojos temas que se veían obligados a interpretar, hizo que Jan & Dean comenzasen a escribir su propio material y a autoproducirse. El éxito no tardaría en volver a sonreír al dúo.

El destino puso a Jan & Dean en el mismo camino que el de una nueva y prometedora banda originaria de Hawthorne, California, unos jóvenes que se hacían llamar The Beach Boys, juntos compartirían escenario e inquietudes, lo que hizo que surgiese una profunda amistad entre ellos, sobre todo entre dos de sus miembros, Brian Wilson y Jan Berry, cuya forma de entender la música era muy similar. Precisamente Wilson tenía verdaderos problemas para terminar una canción, su título "Surf City", por lo que decidió regalársela a Jan & Dean para que probasen suerte y experimentasen con ella, el resultado sería el primer número uno del dúo y el comienzo de su etapa más exitosa. El éxito de "Surf City" supuso además una ruptura con sus anteriores singles y sembró el caldo de cultivo necesario para que la creatividad de Jan & Dean entrase en ebullición. No obstante, la popularidad de los singles de Jan & Dean eclipsó en cierta medida a alguna de sus composiciones más ambiciosas y complejas, que pasaban casi desapercibidas en sus LP's, el aire desenfadado y alegre de sus sencillos ocultaba un rico universo de arreglos vocales e instrumentales, un verdadero trabajo de artesanía pop, que pocos supieron valorar en su momento, ni siquiera su propia compañía, responsable de los lanzamientos de aquellos singles. Mientras tanto, la amistad entre Berry y Wilson se consolidaba, hasta el punto de que el papel que Jan Berry desempeñó para que discos como "Pet Sounds" viesen la luz fue importantísimo. Fue Berry quien sugirió a Brian Wilson un cambio en su manera de concebir el trabajo en estudio, y le recomendó, entre otras cosas, que contase con los músicos de estudio que grababan con Jan & Dean, comenzaba una etapa de oro para el pop norteamericano de la mano de The Beach Boys con "Today!"(1965), el citado "Pet Sounds" (1966) y el polémico Smile (que vería la luz definitivamente en 2004); era la contundente respuesta de los USA a la British Invasion.

Volviendo con Jan & Dean, su carrera de éxitos menores continuaba hacia 1965, el dúo seguía colocando sus sencillos entre el top 30, aceptaron aparecer en un telefilm (después de declinar un sinfín de ofertas) y todavía les quedaba tiempo para los experimentos sonoros de Jan Berry, que se encargó de la producción y de los arreglos de "Pop Symphony No.1", un disco que revisaba en clave orquestal los éxitos del dúo. Lamentablemente este idílico panorama se vería súbitamente alterado, en abril de 1966 Jan sufre un terrible accidente de tráfico. Las consecuencias del siniestro fueron terribles, hasta el punto de que Jan sufrió graves daños cerebrales y tuvo que volver a aprender a andar y a hablar, su carrera musical se había desintegrado junto con los fragmentos de su Corvette Stingray. Por su parte, Dean Torrence comenzó una existosa carrera como diseñador gráfico, pero antes grabaría este disco que nos ocupa, "Save For A Rainy Day". A pesar de las secuelas sufridas, Jan se recompuso y tras una larguísima rehabilitación pudo reunirse en alguna ocasión con Dean, de este modo reaparecieron esporádicamente durante los 80's y los 90's, e incluso grabó un disco en solitario en 1997 titulado "Second Wave". En 2004 fallecía Jan Berry a la edad de 62 años.

"Save For A Rainy Day" ve la luz en 1966 y se puede catalogar como un album conceptual, ya que tiene la lluvia como leitmotiv, se trata de un disco que se articula en torno a la lluvia y que utiliza incluso efectos de sonido para encadenar un tema con otro. Como señalábamos, Dean Torrence grabó este disco en ausencia de Jan, aunque utilice el nombre artístico de ambos para firmarlo, fue como una especie de reivindicación del dúo en un momento muy difícil, unos instantes en que Jan Berry se encontraba postrado en la cama de un hospital. Las intenciones de Dean eran por lo tanto nobles, en ningún momento buscaba aprovecharse del nombre de Jan & Dean, sino que más bien estaba abonando el terreno para una reaparición de la pareja confiado, como estaba, de que la recuperación de su compañero sería inminente. Lamentablemente no fue así, si bien es cierto que Jan consiguió salir adelante y evolucionar favorablemente, no lo hizo con la rapidez que esperaba Dean, sin duda ese accidente de tráfico sesgó una de las carreras musicales más prometedoras de los 60's ¿qué habría sido de Jan & Dean si ese siniestro no hubiese tenido lugar? En cuanto a Dean se encontró en una difícil situación, puesto que quien se encargaba de las tareas compositivas en el dúo era Jan, por eso en este "Save For A Rainy Day" se ve obligado a realizar versiones. Dean contará con la ayuda de varios amigos a la hora de escribir y realizar los arreglos del disco, entre ellos, Joe Osborne, Larry Knetchel y James Burton, pero de todos los nombres propios de este disco sobresale uno, se trata de Gary Zekley, santo y seña del sunshine pop. La mano de Zekley está presente en los dos mejores temas del disco, "Yellow Balloon" y "Like A Summer Rain", que anticipan el trabajo que este compositor y productor llevaría a cabo más tade con su propia banda, también llamada Yellow Balloon; las malas lenguas dicen que Zekley creó esta banda con el objetivo de volver a grabar otra versión de "Yellow Balloon", ya que no había quedado contento con el resultado de la grabación de Jan & Dean, sea como fuere, el resultado fue la grabación de uno de los mejores singles de sunshine pop de la historia. Es evidente que "Save For A Rainy Day" no es el mejor disco de Jan & Dean, tal vez no lo sea por la calidad que se le exige a un dúo que estaba mostrando una evolución fuera de lo común en la música pop de los primeros 60's, y evidentemente no lo es dada la ausencia de Jan Berry. A pesar de ello, este disco lluvioso tiene algo especial, el trabajo que se hace de las voces sigue siendo cuidadoso y artesanal, y en ocasiones destila un espíritu casero que lo hace particularmente entrañable. En su momento este disco no tuvo una gran repercusión, ya que se hizo una reducida tirada del mismo, con el tiempo se convirtió en algo así como "el disco perdido de Jan & Dean", hasta que la crítica, y la tecnología, consiguió rescatarlo del olvido gracias, entre otras cosas, a la reedición llevada a cabo por el sello Sundazed en 1996.

En fin, sólo puedo deciros que si habéis llegado hasta aquí sois unos verdaderos campeones, la verdad es que esta vez me he extendido más de la cuenta, pero creo que la historia de Jan & Dean bien lo merecía. Ahora no me queda más que dejaros con unos enlaces y un vídeo; entre los enlaces encontraréis la página web oficial de Jan & Dean y la biografía del dúo californiano en Wikipedia, ambos enlaces en lengua bárbara, para quienes sólo entendéis la lengua culta os dejo dos enlaces más, uno de ellos os conducirá a la página web Aloha Criticón, donde podréis disfrutar de una biografía de Jan & Dean en perfecto castellano del Siglo de Oro, y el otro link os brindará la oportunidad de disfrutar de una breve reseña de "Save For A Rainy Day" aparecida en un blog llamado Pepsounds. Y por último el vídeo, no ha sido fácil encontrar un vídeo convincente de Jan & Dean, de hecho el que he elegido no me convence pero me hace bastante gracia, aunque no sea su mejor tema ni ejemplifique la faceta de Jan & Dean que queremos mostrar, os dejo con una actuación de los rubísimos californianos vestidos de marinerito e intentando seducir a una ingenua sirena al ritmo de "There's A Girl", cuidado, el exceso de almíbar de este vídeo puede dañar la salud, quedáis advertidos. Por mi parte, os doy las gracias por aguantar este tostón. Espero que os guste.


PÁGINA WEB OFICIAL DE JAN & DEAN


JAN & DEAN EN WIKIPEDIA

BIOGRAFÍA DE JAN & DEAN EN ALOHACRITICON

RESEÑA DE "SAVE FOR A RAINY DAY" EN PEPSOUNDS




JAN & DEAN- SAVE FOR A RAINY DAY