jueves, 3 de febrero de 2011

C.W. Stoneking- Jungle Blues (2008)

Siempre me fascinaron las películas de Tarzán, su inocente y maravillosa combinación de aventuras, comedia y romance se ha convertido en santo y seña de mis primeros recuerdos cinematográficos. Seguro que más de uno de vosotros también recuerda aquellas tardes de sábado frente al televisor disfrutando de las andanzas del hombre mono, sus eternas luchas contra cocodrilos de cartón piedra y sus acrobáticos saltos de liana en liana. Sé que tiendo a ponerme melancólico y plasta con estas cosas, y que caigo fácilmente en la agridulce trampa generacional que nos lleva a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero es que en este caso lo creo así, y además con una fe inquebrantable. ¿Qué hacíamos nosotros, hijos de la Transición, disfrutando con películas de hacía más de 40 años? ¿Os imagináis a un niño de hoy en día viendo una película en blanco y negro en la que los efectos especiales no estén hechos con ordenador? Con todos mis respetos, a mí me cuesta mucho imaginarlo. A veces pienso que hemos sido una generación privilegiada, que aquellos que hoy tenemos entre 30 y 40 años hemos disfrutado de la mejor televisión que ha tenido este país, una tele que distaba mucho de lo que hoy denominamos "caja tonta". Aquella tele nos invitaba a soñar, como niños que éramos, pero al mismo tiempo se empeñaba en hacer de nosotros futuros adultos responsables, comprometidos con unos valores que hoy en día son ninguneados al ser considerados como algo caduco e incluso reaccionario; sin duda una relectura más que interesada por parte de aquellos a los que les interesa que la ciudadanía sea una masa iletrada y apática, dos cualidades que garantizan el inmovilismo y la desidia que tanto gusta a nuestros actuales dirigentes. Pero volviendo a las películas de Tarzán (que resultan mucho más estimulantes que la actualidad mundial), lo que más me ha llamado la atención con el paso de los años es comprobar como nuestro entrañable héroe de la jungla sobrevivía con un más que exiguo vocabulario. Apenas media docena de términos bastaban al hombre mono para comunicarse con la población local, animales incluídos, ríase usted del inglés en 1000 palabras. Entre aquellos vocablos sobresalían tres: Ungawa (léase "angagua"), Juju (pronúnciese "yuyu") y Chita (ésta, amigos, no necesita interpretación fonética); ahí prácticamente terminaba el vocabulario de Tarzán, fascinante. Como cualquier niño de mi generación, yo quería parecerme a Tarzán (a pesar de que me inquietaba aquel insignificante taparrabos y la posibilidad de dejar mis vergüenzas al descubierto), vivir un sin fín de aventuras, saltar de liana en liana con una guapa chica abrazada a mi hercúleo torso y someter a nativos y animales con cuatro ridículas palabras. Mis padres en cambio insistían en que estudiase, no acababan de ver claro lo de convertirme en hombre mono, sobre todo porque para ello se necesitaba una gran pericia como nadador, y mi familia ha sido víctima durante siglos de una terrible maldición que le impide desplazarse por el agua con la más mínima dignidad; pero ése es otro tema del que prometo hablaros otro día. Han pasado muchos años desde aquellas entrañables películas, cintas que ya no se pasan por la tele, y yo he ido fabricando mis propias junglas en las que poder sentirme como mi admirado Tarzán. Algunas de esas junglas son tortuosas y siniestras, por lo que procuro alejarme de ellas, otras en cambio son amables y están llenas de inofensivos animales y de simpáticos indígenas, es a ésas a las que me aferro desesperadamente. Y por supuesto también me adentro en multitud de junglas sonoras, todas ellas reconfortantes y estimulantes, por ello he querido dedicar esta entrada tan selvática a un disco con un título alusivo a la jungla, y con un repertorio musical plagado de ecos que nos hacen viajar a la época en que se filmaron todas aquellas películas de Tarzán; niños y niñas, con todos vosotros C.W. Stoneking y su Jungle Blues, preparaos para una increíble aventura.

Christopher William Stoneking nace en 1974 en la lejana y exótica Australia, más o menos cuando pasaban las películas de Tarzán por TVE. Hijo de estadounidenses, su infancia fue un tanto atípica, ya que sus padres se separaron poco después de que él naciera y el niño Stoneking pasó esta decisiva etapa en la vida de cualquier ser humano con su padre, el escritor y profesor Billy Marshall Stoneking, quien decidió criar al niño en una comunidad aborigen, concretamente la de Papunya. A los 9 años se mudaría con su padre a Sidney, donde tardaría poco en descubrir la música, allí comenzará a tocar la guitarra con 11 años, pasando a formar parte de algunas bandas locales con tan sólo 13. Recién empezado el instituto, C.W. Stoneking descubre las grabaciones de su padre, viejos discos y cassettes de blues y country, muchos de ellos de artistas de los años 20's y 30's que le descubren un universo totalmente nuevo. En 1997 decide mudarse a Melbourne, donde comienza a tocar como solista de blues y se autoproduciría un disco homónimo con versiones del género que vería la luz en 1998. Ese mismo año consigue formar una banda, a la que llamará C.W. Stoneking & the Blue Tits, y que tendrá una cortísima vida, ya que se desintegró debido a la muerte de uno de sus miembros, concretamente el mandolinista Charlie Bostock. De aquella época queda como testimonio una grabación no oficial, que ha estado en circulación desde 1999, titulada C.W. Stoneking & the Blue Tits y que recoge una actuación de la banda en una radio de Melbourne. Al igual que Tarzán, C.W. Stoneking también se verá envuelto en numerosas aventuras, fruto de sus viajes por medio mundo, en esos viajes vivirá insólitas experiencias, como cuando trabajó como asistente de un peculiar doctor vudú en Nueva Orleans. Pero sus frecuentes éxodos también le servirán para ir dando forma a su personal estilo, muestra de ello será su estancia en Trinidad, donde aprenderá las bases del calypso. Nuestro hombre de la selva particular estaba dispuesto a pelear contra cocodrilos, leones y cuantas fechorías le tuviese preparadas el temible hombre blanco, todo con tal de encarrilar su carrera como músico. Así es como decide volver al formato de solista para grabar un disco que recoge grabaciones originales inspiradas en su colección de discos de calypso, ragtime, blues, country, hillbilly y jazz. Tendrán que pasar unos años para que el primer disco oficial de C.W. Stoneking se convierta en una realidad, será concretamente en 2005 bajo el título de "King Hokum", editándose por primera vez en Australia en 2006 con el sello Low Transit Industries Recordings. Poco después el sello suizo Voodoo Rhythm editaría "King Hokum" en Europa, descubriendo a los melómanos del viejo continente a un músico fascinante, capaz de tocar y cantar blues como si hubiera nacido a principios del difunto siglo XX. La crítica se rendiría ante el disco de C.W. Stoneking, su personal voz, que recuerda inevitablemente a Tom Waits, su añejo recetario musical e incluso su excéntrica indumentaria, lo convertirán en un personaje difícil de clasificar y "King Hokum" aparecerá entre los favoritos del año en Australia, al mismo tiempo que irá sonando cada vez con más fuerza en Europa y América. Finalmente C.W. Stoneking dará forma a su banda, un asunto que parecía obsesionarle desde hacía años, a la que aglutinará bajo el nombre de The Primitive Horn Orchestra, y que incluirá a Ros Jones a la tuba, Ed Farlie como trompetista, Kynan Robinson al trombón y Kirsty Fraser, esposa de Stoneking, haciendo voces; esta es la formación que le acompañará en su segundo disco, "Jungle Blues".

Cuando uno se adentra en el universo de C.W. Stoneking e intenta descifrar sus letras (tarea siempre compleja para los que no somos angloparlantes) enseguida se da cuenta de que el australiano es un magnífico contador de historias. No tengo muy claro si es una muestra más de su imaginación y su talento como escritor y letrista, pero C.W. Stoneking afirma que "Jungle Blues" nació inspirado, en parte, por una rocambolesca historia (que él mismo relata en la contraportada del disco), concretamente un naufragio en la costa occidental de África del que nuestro hombre consiguió sobrevivir. Sea como fuere, es innegable que "Jungle Blues" es un disco único, una verdadera rara avis en los tiempos que corren, fruto del talento y de la cultura musical de su autor. El disco se abre con la canción que le da título, "Jungle Blues", con sólo escuchar las primeras notas ya nos hemos embarcado en un maravilloso viaje, una aventura terpidante que nos llevará a lugares que nunca habíamos soñado visitar. Los metales y el banjo abren fuego y enseguida hay un lugar que nos viene a la mente: Nueva Orleans, es entonces cuando irrumpe una voz masculina haciendo las veces de maestro de ceremonias advirtiéndonos de los peligros de este viaje, acto seguido la tuba se hace dueña y señora de la canción y C.W. Stoneking comienza a relatar la aventura de su naufragio en las costas africanas; apenas ha paado un minuto y estoy seguro de que ya estás enganchado. La voz de C.W. Stoneking se compara a menudo con la de Tom Waits, no se puede negar que hay un cierto parecido en la manera en que arrastran las sílabas y en el tono cavernoso que sale de la garganta de ambos, pero sin duda el australiano tiene personalidad propia, y es que C.W. Stoneking no tiene nada que ver con la figura del crooner que tanto inspira a Tom Waits, sobre todo en sus celebrados primeros trabajos. Sea como fuere, el hecho es que "Jungle Blues" acaba de empezar y nosotros queremos más; la réplica llegará con "Talkin' Lion Blues". El segundo corte del disco es un blues que nos retrotrae a la música tradicional del período Entreguerras, canciones que sonaban con frecuencia en el sur de los Estados Unidos y que emanan un aroma a algodón recién recogido, un tiempo visitado a menudo por otro enorme genio, Robert Crumb, un defensor a ultranza de esta tradición musical. "Talkin' Lion Blues" es una hilarante historia acerca del encuentro del protagonista con un león parlanchín, que consigue embaucarle para finalmente acabar preso y sentenciado por un mono; muestra a un Stoneking más contenido, alejado de sus registros más oscuros. El tercer tema del disco lleva por título "Jungle Lullaby" y es uno de los momentos fuertes de "Jungle Blues". La historia sigue ambientada en África, como sus predecesoras, y nos transporta a los últimos estertores del colonialismo, dibujando un paisaje exótico y siniestro al mismo tiempo, un escenario en el que el protagonista sale a pasear con una bella muchacha y acaba embarcado en una nueva aventura repleta de peligros y sobresaltos. La melodía me recuerda a "Quiero ser como tú" de "El Libro de la Selva", sé que hay quien creerá que estoy loco, pero me suena como una versión ralentizada del célebre tema de la factoría Disney. Comparaciones al margen, "Jungle Lullaby" es una canción inquietantemente bella, con unos metales y un violín sencillamente maravillosos. La cuarta canción del disco es una de mis favoritas, "Brave Son of America", un tema en el que C.W. Stoneking abandona momentáneamente el continente negro para centrarse en la figura del general MacArthur, ahí es nada. Ferviente anticomunista, MacArthur es un verdadero héroe militar, un tipo que fue nombrado general con tan sólo 32 años y que participó en tres guerras (Las dos Grandes y la de Corea), venerado por unos y odiado por otros, el viejo general es el icono perfecto del belicismo y de la épica militar estadounidense, alguien a quien muy poca gente hoy en día le dedicaría una canción, aunque claro, C.W. Stoneking no tiene nada de convencional. "Brave Son of America" es un calypso en el que los metales tienen un enorme protagonismo, un tema que da rienda suelta al Stoneking más cavernoso y visceral y que nos regala un solo de trompeta magistral, una canción que nos traslada al Pacífico Sur y que casi nos permite ver al general fumando una de sus características pipas de mazorca.

Tras glosar las hazañas de MacArthur, C.W. Stoneking regresa al sur de los USA con "Jailhouse Blues", un blues de corte clásico en el que el australiano se acompaña únicamente de su guitarra. Se trata de una historia de ambientación presidiaria y de amores fatales: "Some would murder with a gun or a knife, Some would lock a man away the rest of his life, Lord, lord, lord, I got the Jailhouse Blues", se lamenta Stoneking. "Housebound Blues" marca el ecuador del disco y es la única canción en que la voz cantante la lleva Kirsty Fraser. Es un tema que cabalga entre el ragtime y los ambientes más cabareteros, donde sobresale, de nuevo, la magnífica trompeta de Ed Farlie. La letra ironiza sobre la desigualdad entre sexos, y con un delicioso aire añejo (que no retro) muestra las quejas de una mujer harta de las continuas salidas de su esposo y cansada de estar encerrada en casa al cargo de las tareas domésticas, una situación insostenible que llevará a nuestra protagonista a abandonar a su holgazán compañero. "I Heard the Marching of the Drum" es el séptimo tema de "Jungle Blues", un tema que, a pesar de no seguir los patrones del calypso, nos remite a "Brave Son of America" por su brillante sección de metales: tuba, clarinete, trompeta y trombón, que suenan como un cañón y con una sincronía que recuerda a las fanfarrias de la Europa oriental. La fórmula sigue siendo la misma, y además tiene más de setenta años de existencia, pero si a estas alturas todavía no te has enganchado a "Jungle Blues" posiblemente tengas un problema. Por si acaso, C.W. Stoneking te lo va a poner fácil con otro de los momentazos del disco, un nuevo calypso titulado "The Love Me or Die". Stoneking se descuelga con otro tema que enlaza con su peculiar biografía, el vudú, en este caso la historia relata las penurias de un enamorado no correspondido que recurre a sus conocimientos sobre magia negra para fabricar una poción llamada "The Love Me or Die". Ante la reticente postura de su amada el protagonista decide hacer uso de la fórmula mágica obteniendo un resultado no deseado, así es como termina este octavo tema de "Jungle Blues", una verdadera maravilla que cuenta con un fraseo de trompeta que no podréis sacaros de la cabeza en meses. Superado el desparrame de "The Love Me or Die", Stoneking vuelve a encarar un blues clásico, se trata de "Early in the Mornin". En esta ocasión, nuestro Tarzán austral se hace acompañar de un contrabajo que dota de más cuerpo a la canción, un tema que alude a un lugar inhóspito al que Stoneking asegura no querer regresar jamás. Y llegamos al final de la mano de "The Greatest Liar", el corte que cierra "Jungle Blues". Una voz masculina se encarga de presentar a una estrella llegada de Nueva Orleans, King Hokum (recordad que éste era el título del primer album de C.W. Stoneking), que nos cuenta una rocambolesca historia acerca de un tipo al que considera el mayor embustero del mundo, un discurso de unos tres minutos tras el cual irrumpe la banda de Stoneking atacando, de manera fugaz, un tema de jazz con regusto añejo y ragtime, puro New Orleans para cerrar un disco enorme.

"Jungle Blues" vio la luz en 2008 y lo hizo bajo el propio sello de Stoneking, King Hokum, el disco refrendaría las buenas críticas de su antecesor y supondría el despegue definitivo de su autor, coronado como una de las mayores figuras del blues moderno, además de un verdadero arqueólogo musical, capaz de rescatar tradiciones que amenazan con caer en el olvido en éstos nuestros días en los que todo se vive demasiado deprisa. A pesar de ello hay quien considera a Stoneking un impostor, e incluso quien critica su marcada pronunciación y su forma de cantar; en mi humilde opinión, Stoneking está en las antípodas (nunca mejor dicho) de resultar un farsante. Es evidente que no es un anciano negro y ciego (puestos a exagerar tópicos) que canta blues después de una dura jornada de trabajo en el campo, pero también es innegable que lo que hace no es una parodia ni una simple revisión, Stoneking muestra una pasión desenfrenada por aquello que hace, y alguien que se apasiona con su trabajo nunca puede ser un embaucador. Sigo sin entender a quienes critican a aquellos que encuentran en épocas pasadas su fuente de inspiración, a nadie se le ocurre censurar a un cantante de jota, y lo que está haciendo es continuar con una antigua tradición musical, inspirarse en ella y dotarla de dignidad y vigencia, ¿por qué no ocurre lo mismo con el rock'n'roll y con el pop, que es la música popular del siglo XX? Uno ya se cansa de escuchar aquello de "no crean nada nuevo, es más de lo mismo", creo que existe un culto mal entendido hacia la originalidad, que es precisamente el que se encarga de crear pastiches infumables y que genera artistas y estilos que acaban sumidos en el olvido con el paso de los años. Dudar de la integridad de músicos como Stoneking es propio de necios, lo que deberían hacer estas personas, por muy puristas y entendidos que sean, es agradecerle al australiano que haya dado a conocer una riquísima tradición musical a varias generaciones que hasta ahora la ignoraban. Los pobres iletrados, que nos emocionamos y conformamos con muy poquito, esperaremos a la tercera entrega de nuestro particular Tarzán, quien mientras tanto se dedica a disfrutar de una plácida existencia junto a su esposa y sus dos hijos, al margen de absurdas polémicas sobre certificados de autenticidad.

Ya va siendo hora de poner el punto y final a esta entrada, y lo haremos, como siempre, con unos cuantos enlaces. Como no podía ser de otra manera, comenzamos con los enlaces a la web oficial y al myspace de C.W. Stoneking, no os perdáis su web oficial, entre otras cosas porque allí encontraréis las letras de todas las canciones de "Jungle Blues", algo más que necesario si no eres angloparlante y quieres desentrañar su contenido. Continuamos con un enlace a la web de la BBC, donde aparece una crítica de "Jungle Blues", y otro link a Soulshine, una web australiana dedicada a la música independiente, en el que podréis leer una entrevista realizada a Stoneking el pasado 2010; ambos enlaces en la lengua de Shakespeare. Como último enlace he seleccionado una videoentrevista realizada al músico australiano y emitida por la canadiense Falls TV, de nuevo tendréis que poner a prueba vuestras meninges y hacer uso de esos cursos de inglés de CCC. Y finalmente los consabidos videos, el primero de ellos, el videoclip oficial del tema que da título al disco, "Jungle Blues", y el segundo, una actuación en directo en el Barbican de Londres, donde C.W. Stoneking y su banda interpretan dos temas: "Don't Go Dancin' ", incluído en su primer disco, y el tremendo "The Love Me or Die". Por mi parte, no tengo nada más que decir, bueno sí, Juju Ungawa Chita, o lo que es lo mismo, espero que os guste.

PÁGINA WEB OFICIAL DE C.W. STONEKING

MYSPACE DE C.W. STONEKING



RESEÑA DE JUNGLE BLUES EN LA WEB DE LA BBC

ENTREVISTA A C.W. STONEKING EN SOULSHINE

VIDEOENTREVISTA A C.W. STONEKING EN FALLS TV




C.W. STONEKING- JUNGLE BLUES

6 comentarios:

closada dijo...

Con tan maravillosa introducción en la jungla, la (como siempre), currada que has realizado reseñando el disco y los dos vídeos del youtube, no he podido resistirme y darle rulo al enlace.

Gracias y besicos yucapalmeros

PS. Aún queda esperanza. Los/as niños/as de mi Centro estuvieron viendo en nuestro videoforum Las aventuras de Tom Sawyer (en blanco y negro), y disfrutaron muchísimo. Es más, luego hacían muchas referencias a ella. A veces, nos sorprenden...

Anónimo dijo...

Buenas Binguero!

He escuchado este disquín esta tarde con mucho disfrute y auguro que va a ser uno de los top ten en mi tocata en la próxima temporada.

¡¡¡Viva los farsantes!!!

Gracias, un abrazo y hasta pronto!

Iñaki

Redacció dijo...

Muchas gracias por el enlace. Recuerdo como si fuera ayer esas tardes del sábado, una emoción similar a la llegada del verano cuando eramos pequeños. Me gustan mucho estas asincronias, leí unas declaraciones de Richard Hawley que describía muy bien la música actual y sus influencias: "Mientras casi todo el mundo bebe del inmenso mar, yo prefiero beber del mismo manantial". No quiero decir con eso que es fácil beber del manantial, hay que saber y conocer a la perfección estas fuentes, como Stonekin. Excelente post compañero, un placer poder encontrar aún a gente como Stonekin.
Saludos

Anónimo dijo...

Hola Bingue,
excelente música para poner de banda sonora a los recuerdos de aquellas memorables tardes de sábados que comenzaban con la peli de despúes de comer...estoy de acuerdo contigo en que fuimos una generación privilegiada con la calidad de televisión que podiamos ver...ahora duele ver a que extremos se ha llegado y cómo han embrutecido al personal...(que es de lo que se trata,claro)
En fin,siempre nos quedará C.W. Stoneking para seguir bailando en la jungla...
Excelente trabajo como siempre,por cierto.
Mr.Bojangle

binguero dijo...

Bueno, como siempre, pasados unos cuantos días me dispongo a agradeceros vuestros comentarios. ¿Por qué tardo tanto? Pues porque me gusta dejar tiempo para que la gente se exprese, y cuando considero que los comentarios a la entrada ya están finiquitados es cuando decido entrar a daros las gracias uno por uno; vamos allá.

Closada, que bueno verte por aquí, estoy seguro de que el bueno de Stoneking te sorprenderá y pondrá tu cuerpesito rumbero a bailar en más de una ocasión, como si estuvieses en una verbena de las de antes. Me alegra comprobar que todavía quedan chavales con ganas de bucear en el pasado y con la capacidad de dejarse sorprender por cosas que muchos otros consideran caducas. En el fondo tengo más fe de la que parece en las nuevas generaciones, lo que ocurre es que me queda muy bien el traje de cenizo y el pesimismo hace juego con mis ojos. Si algo está bien es que la gente nos siga sorprendiendo. Un beso. Iñaki, me alegra que te haya enganchado el disco de Stoneking, yo he estado muy pillado y casi te diría que ha sido mi disco de enero; ahora en febrero he cambiado de amante, ya te contaré. ¡Viva la impostura y el fraude! Besos y abrazos. Txals, sigues fiel a la cita, que bueno haberte recordado aquellas tardes de cine y sofá; hoy pagaría por ellas. Fantástica la cita de Hawley, este tipo hace buenas hasta las citas, qué grande es. Gracias por los piropos, como siempre, inmerecidos. Un abrazo enorme, compañero. Y por último, Bojangles, ciertamente fuimos unos privilegiados, vivimos el mejor momento de la tele en España, en su justa madurez, libre de censuras y ávida por explorar y divulgar todo tipo de campos, sobre todo los relacionados con el arte. Que me llamen carca si quieren, pero jamás habrá una tele como esa. Sigue bailando con Stoneking. Un abrazo.

Muchísimas gracias a todos por vuestra fidelidad y por vuestras palabras, sois un lujazo. Besos y abrazos selváticos para todos.

Anónimo dijo...

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